Destinos Opuestos

Capitulo 7

Era raro volver a la oficina luego de haber salido con alguien de allí.

Nunca había tenido una cita, nunca me hubiera imaginado tener una. En mis planes no estaba enamorarme, ni tener una disque hermosa familia.

James podía parecer perfecto para cualquier chica, pero no para mí. Mis padres morirían de un infarto si se enteraran que salí con un obrero que ganaba la mitad que yo.

Mía y Carolina seguían insistiendo de la misma manera que aquella noche, mi vida era su serie favorita .

- ¿ No crees que vas muy temprano?- preguntó mi chillona amiga mientras llevaba los pelos disparados producto de que se acababa de levantar.

- Tengo mucho trabajo y el tráfico no ayuda mucho- Nunca me habia gustado llegado tarde, pero la verdad era que mientras más rápido este en esa oficina, habían más posibilidades de NO encontrarme con James.

Monreal acababa de llegar de viaje y todo tenía que estar listo, él señor debía encontrar todos los documentos en su oficina, sino mi cabeza correría en todo ese aburrido lugar.

Los reconocimientos para el gran ingeniero habían comenzado, la oficina estaba patas arriba y yo no podía ser ajena a ello.

- ¿Todo en orden Wilson?

- ¡Si en orden se refiere a que no tuve vida en todo este tiempo, pues si! - me encantaba responder de esa manera, como que le daba el toque divertido. Además desde el primer encuentro con Monreal todos los miedos y vergüenzas se habían disipado.

Era algo de locos trabajar con Sergio, pero a la vez recordaba la noche en que salí con James.

Mi teléfono no dejaba de vibrar y yo no dejaba de maldecir el hecho de haber recibido esos mensajes. Ya tenía suficiente como que para que de la noche a la mañana se les ocurriera a mis presumidas amigas realizar una fiesta de rencuentro. No puedo negar que en verdad quisiera ir, pero el hecho de volver a ver a las personas que arruinaron mi caracter me asustaba un poco.
Salí de la oficina corriendo a más no poder; la reunión era en dos días y entre asistir o no, había un dilema tremendo.

Me quedé parada esperando a que el bendito bus me recogiera, sin embargo, no pasaba ni uno solo y para variar la fila era inmensa.

- ¿Acaso te dejo el bus? - escuché detrás mio, mi obrero guardian había llegado, como que se había tardado un poco en rescatarme.

- No me dejó, yo lo deje ir - afirmé mientras él abría la puerta de su auto, subirme a aquel vehículo era mi única opción, así que no tuve otra cosa más que aceptar.

No podía dejar de pensar en todo, no había visto a esas brujas hace años. Nunca imaginé que me fueran a incluir a una de sus reuniones, yo no existía en la secundaria, no puedo creer que ahora lo hagan. De los hombres no puedo decir nada bueno, esos tipos se creían la última coca cola del desierto. Lo que menos quería, era volver a ver a Gael, ese idiota guapísimo que con el solo hecho de pasar me derretía como chocolate.
Gael, no era malo, pero su egocentrismo y vanidad lo caracterizaban de mil formas.

- ¿Esta todo bien? - preguntó James estacionando frente un carrito de Hot Dogs.

Necesitaba contarle a alguien y James era el único al que tenía en frente. No elimine ningún detalle de la invitación y hasta incluí a Gael en mi relato, James no paraba de reírse y yo maldecía el momento en que se me ocurrió contarle todo.

- ¿Así que no quieres ver a tus adorados compañeros?

- Si hubieras vivido lo mismo que yo, harías lo mismo- respondí, nadie se colocaba en los zapatos del otro, y es imposible que alguien sienta realmente lo que sufre con el bullying.

- ¿ Por qué no vas con tus amigas? Así no te sentirás sola - Era claro que Mía y Carolina también estaban invitadas, pero no irían. Mía tenía fiesta todos los días y no perdería su vida nocturna por ir a un rencuentro. Por otro lado, Carolina prefería quedarse dibujando en vez de ver a esas grinchs anoréxicas a las que tuvimos que soportar por más de cinco años.

- Mejor me quedo en casa, no quiero llegar sola a esa cueva de hienas.

- Tu vas a ir... Vas a ir conmigo