Alex 8 ahora son detectives genios

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Llegamos al parque de mi casa a las cinco de la tarde y al entrar vimos en un banco del centro a Judith, que por sí sola ya resaltaba gracias a su belleza, tal vez se veía mucho más por su pelo azul eléctrico, pero ese tipo de detalles me daban igual (te aseguro que su pelo era un maldito faro azul eléctrico, no tengo nada contra los peloazules, pero digamos que no soy muy de destacar en la multitud, aunque eso tampoco es cierto ahora ya que sin querer soy alguien bastante diferente a la multitud, nah, voy a dejarlo). Di un paso hacia ella y me asaltaron todas las dudas del día anterior ¿Qué debía decirle?¿Cómo debería dirigirme a ella?¿Todavía seguiría enfada conmigo? Pablo vio que me había quedado parada y reconoció a la peliazul del banco, ató cabos e imaginó todo, las dudas que me asaltaban incluidas.

- Alex tranquilizante, sólo hay que descubrir algo sobre lo que te ha pasado, no hay que convencerla de que eres tú o pedirle que nos ayude ni nada así, no nos tenemos que complicar, únicamente tantear el terreno y saber que es lo que sabe, válga la redundancia- Realmente parecía que me leyese la mente, cuando le interesaba era mejor que el maldito Sherlock Holmes

- Pero si...

- Alex, mejor no involucrarla. No vamos a pedirle ayuda, sobre todo si existe la posibilidad de que ya esté involucrada y todo esto haya sido por su culpa... de la forma que haya sido posible

- O vaya, ahora hablas como un profesional, como si supieras todo de todos- Ya me daba hasta rabia todo lo que había deducido ese maldito.

- Alex no tergiverses las cosas, no vamos a pedirle ayuda ¿vale? Y por si acaso no le digas tu auténtica identidad

-Vale...

Supongo que tenía razón. Resignada me dirigí hacia Judith, aunque recordé de repente que no sabía qué decirle, mire a Pablo y puse una cara de desesperación absoluta (¿te he dicho en algún momento que soy muy expresiva?), él me miró y puso una sonrisa de suficiencia, con unos hoyuelos muy monos por cierto, y sacudió la cabeza como diciendo que él sabía lo que tenía que hacer, era muy irritante cuando quería.
Nos acercamos por un lateral pero ya desde lejos nos vio y sonrió, me miro de forma pensativa muy exagerada (en plan el pensador de David o algo así), pero levantó un poco las cejas al ver a Pablo, al parecer estaba realmente sorprendida porque él estuviese allí.
Cuando estábamos a dos metros se levantó y nos saludó.

- Hola Pablo, Hola Alex

- ¿Alex?¿Pero como...?

- Se que eres tú Alex, tranquilo

- ¿Pero como...?- Disco rayado, bueno supongo que se puede pasar por la situación

- Si quieres saber quién eres tú, tendrás que venir conmigo, aunque tienes la opción de no hacerlo y morir, decide- Si quieres llevarte a alguien a cualquier sitio no creo que esa sea la mejor forma de hacerlo.

- ¿Pero cómo sabes que yo soy Alex?

- ¿En serio te preocupas por eso?, Bueno pues muy fácil: sabía que tú vendrías si o si y cuando vi a Pablo con alguien más supuse que serias tu y la cara que pusiste en cuanto lo dije acabó por confirmarlo- En aquel momento me sentí en la típica novela policiaca en la cual todos eran unos genios deduciendo todo, menos yo.

- Así que hemos de suponer que le ayudarás- Dijo Pablo en plan protector

- Deberíais, soy su única salida

- Sabes que así das mucho mal rollo, ¿no?- En realidad ya lo daba desde un principio, por si no lo has captado y eso.

- Lo que tu digas, pero tenéis que decidir

- ¿En serio tenemos opción?

- Bueno, como he dicho, puedes quedarte toda tu vida desconociendo lo que eres, reconstruyendo tu vida, intentando salir adelante solo y tratando de evitar que la gente corriente desconozca tu condición, buena suerte si decides eso, aunque el "mundo" no creo que te deje hacer eso y probablemente mueras pronto- No quiero ni pensar en lo que quería decir Carla con esa frase.

Al escuchar eso me quede pasmada, realmente sabía exponer las cosas muy bien. Pero Pablo salto.

- Bueno eso ultimo no creo que le sea difícil, pero por lo demás me tiene a mi y siempre me tendrá- Que mona fue aquella reacción.

- ¿En serio? ¿Y tú qué quieres de él?- Bum, golpe directo en la herida recién abierta.

- Yo...

- Da igual, mejor no me contestes, pero decide de una vez Alex

Nos apartamos y intercambios un par de palabras. Sabíamos que era nuestra (mi) única oportunidad de descubrir que me pasaba, pero todo eso era muy sospechoso y Judith empezaba a darme mal rollo, bueno, mal rollo tampoco pero en clase no tenía esa actitud tan decidida, como si controlara completamente todo lo que le rodeaba, y eso la envolvía en una aura de poder muy misterioso, tal vez algo excitante y aparte de cierto sentimiento de idiotez (si, sentimiento), algo muy común en mi últimamente.

- Vale, iremos contigo, pero debes entender que no nos fiamos de ti- Como si le importarse,¡Ja!

- Eso me da igual, si quieres respuestas sígueme, Pablo, haz lo que quieras

Y así hicimos, aunque Pablo dudo al seguirla. Eso hizo que me sintiera muy mal por él ¿A dónde lo estaba arrastrando?

Alex, El Mito AndróginoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora