Que bonita la vida (final alternativo)

Capítulo 4

-¿Os vais a ir? –Pregunta mi madre y Rick asiente.

-Nosotros vinimos porque nos dijeron que aquí sería más fácil conseguir un corazón y ahora que mi madre está bien, no tiene sentido que sigamos aquí –oigo que dice, sintiendo una presión en el pecho. De pronto, la habitación se ha vuelto más pequeña y yo siento que me estoy ahogando. Sin decir nada, salgo de allí corriendo.

Corro hasta que salgo por la puerta de emergencia, apoyando las manos en la barandilla, respirando para intentar calmar mi respiración acelerada.

¿Por qué tiene que ser todo así? ¿Por qué tiene que ser todo tan difícil? Ni siquiera puedo describir lo que estoy sintiendo. Por un lado, me siento culpable. Debí de haberlo escuchado, de haber hablado con él. Su madre se estaba muriendo y yo no lo apoyé después de cómo se portó conmigo cuando el padre de Sophie regresó. Pero por otro… él fue quien decidió dejarme al lado y no contarme nada. Tuvo muchas oportunidades y no quiso. Y el beso, el beso… todavía no sé la explicación a eso aunque ¿qué explicación puede haber? Se estaba besando con otra. Pero, a pesar de todo, yo lo quiero y me duele que sufra y que se vaya. Si regresa a Colombia será para siempre y estará muy lejos.

Me dejo caer en el suelo, apoyando mi espalda en el muro. Mi tapo la cara con las manos y dejo que mis lágrimas fluyan. Sophie… ¿qué pasará con ella cuando su amigo se haya ido?

Escucho que la puerta se abre a mi izquierda pero no me molesto a mirar quién es. Sé perfectamente que es mi madre la que acaba de entrar. La he reconocido por el ruido de sus zapatos. Se sienta a mi lado y me pasa el brazo por los hombros. Me abrazo a ella como cuando era pequeña y lloraba porque me había caído en el parque.

-¿Sabes que puedes evitarlo, verdad? –Dice de repente, haciendo que la mire desconcertada-. Rick solo se va porque siente que ya no tiene nada que hacer aquí, pero estoy segura que cambiaría de opinión si hablarás con él –mi labio tiembla al recordar lo que había dicho Martha-. Ahora sabes qué pasó. Habla con él y aclarad las cosas –me aconseja, limpiándome las lágrimas-. No tienes nada que perder y Sophie te lo agradecerá. Estoy segura que debe de haber algo más detrás de lo del beso. Ya has escuchado a su madre, estaba con ella cuando desapareció.- Intento decir algo pero mi madre me lo impide-. Katie, por una vez deja de actuar con la cabeza y hazlo con el corazón. El corazón nunca miente y podrías arrepentirte toda la vida de no haber hecho nada para que no se fuera.

Richard Castle

Miro a mi madre, quien sigue con Sophie entre sus brazos, por suerte la niña no se ha dado cuenta de nada.

-No debiste de haberme mentido –me recrimina y yo asiento.

-No quería que te sintieras peor –ella hace un gesto con la manos.

-Tonterías –dice y yo me vuelvo a mover, nervioso. No me esperaba la reacción de Kate al enterarse de que voy a regresar a Colombia, después de todo ella me echó de su vida-. ¿Vas a hacer algo? –Me pregunta, haciendo que alce mis ojos.

-Yo no tengo que hacer nada –digo con rabia. La imagen de Kate con aquel hombre se ha vuelto a pasear por mi mente.

-Katherine no tiene novio, ella misma me lo ha dicho –confiesa después de unos minutos, provocando que vuelva a centrarme en ella.

-Rick –me llama Sophie, alargando sus bracitos para que la coja. Fuerzo una sonrisa cuando la niña me sonríe enseñándome todos sus dientecitos blancos-, ¿cuándo vamos a jugar? –Me pregunta, removiéndose en mis brazos.

-Aquí no hay mucho sitio para jugar –hago un mohín con los labios y ella ríe.

-Vamos al parque –dice pero no me da tiempo a responderle pues Johana acaba de volver con Beckett, quien tiene la cabeza agachada. Aun así me doy cuenta de que ha estado llorando. Johana hace un gesto de disculpa y se acerca a mí para coger a Sophie de mis brazos, después regresa al lado de su hija y cuando pienso que se van a despedir, Kate habla.