Debe de ser la nueva, la que se ha mudado en la casa que está al lado de la de Chelsea, pienso al ver a la chica rubia. Chelsea había hablado el otro día de ella en la fiesta, dijo que sus padres eran gays y que tenía pinta de ser un bicho raro. Pero, ¡joder! Esta chica es preciosa, con curvas en los lugares adecuados y una sonrisa de anuncio de pasta de dientes. De repente, se da cuenta de que le estoy mirando y deja de sonreír, para mirarme fijamente con el entrecejo fruncido. La situación se vuelve extraña, así que, me acerco hablarle.
-Hola, soy Cameron, Cameron Taylor-le regalo una de mis sonrisas patentadas, esas que muestran mis hoyuelos, esas que nunca fallan y hacen que las chicas se derritan-Tú debes de ser la chica nueva.
-Sí, me llamo Mia Hayes, encantada -dice con un acento extraño.
-Bueno, Mia, ¿de dónde eres? –pregunto con curiosidad.
De cerca es todavía más guapa, incluso si eso parece imposible. Tiene algunas pecas en el puente de la nariz y en las mejillas que son casi imperceptibles por el maquillaje, por no decir que tiene los ojos de un color gris azulado increíble, son del mismo color que el mar embravecido.
¿Mar embravecido? Dios, suena tan gay.
-De Los Ángeles, aunque me he mudado muchas veces-eso explica su acento. Es como un mix entre el de un montón de lugares, tiene un punto californiano, aunque también pronuncia algunas palabras como los latinos.
-Tiene que ser genial vivir cerca de la playa-sus ojos brillan como si estuviera pensando en buenos recuerdos allí- Aunque las barbacoas de los texanos son insuperables-las hamburguesas, las costillas, las salchichas, la salsa BBQ,...Joder, me está entrando hambre solo de pensarlo.
El timbre interrumpe nuestra conversación y Mia sale disparada en dirección a clase, haciéndome acelerar el paso para poder alcanzarla. Aprovecho que voy unos pasos por detrás de ella para echar un buen vistazo a su precioso culo cubierto por unos vaqueros desteñidos, pero no del uso, sino de los que compras ya así.
-Oye Cameron, de verdad que me ha encantado conocerte y todo eso, pero necesito que me digas dónde está secretaría para poder ir a por mi horario-añade mirándome directamente a los ojos.
-Claro, te acompaño- digo todo amabilidad y sonrisas, no se va a librar de mí tan fácilmente.
-En serio, no hace falta, solo dime donde está. No me gustaría que te metieras en problemas por mi culpa.-dice con un tono diferente. Tiene pinta de ser una chica a la que no le gusta que le molesten y al parecer, yo lo estoy haciendo.
-No me importa perder clase mientras sea con un bombón como tú-mi voz pasa de ser amable a seductora.
-No, si ya sabía yo que eras un gilipollas. Tienes pinta de ser el típico deportista descerebrado que se cree el rey del mundo por jugar en el equipo de fútbol-eso no me lo esperaba.
-En realidad soy el quarterback-aclaro con chulería.
-¡Oh, perdona!-la ironía inundando su voz-Entonces debes estar en la cumbre de la pirámide social de este pueblucho, ¡qué suerte la mía! –ve la secretaría a lo lejos y su cara se ilumina, como si no pudiera soportarme un minuto más- Un placer conocerte, Cameron quarterback del equipo de fútbol-añade antes de entrar en la secretaría, dejándome plantado en mitad del pasillo como nadie había hecho antes.
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Desde que llegaste
Fiksi RemajaCam y Chelsea son los reyes del instituto Beraly High, Kyle es el fiel mejor amigo de Cam, todos saben que últimamente algo raro pasa entre él y Braeden pero están muy ocupados criticando Abbie, que se acostó con dos chicos en una noche. O al menos...