MI PADRASTRO MEGA HOT (LALITER) TERMINADA

CAPITULO 10.

—¡Dejame ya!–Escuche la voz de mi hijastra.

—¡Joder callate!–Escuche un golpe y después grito Lali de dolor.

—¡Lali!–Grite y empecé a golpear la puerta con mí pie derecho.

—¡Peter ayudame!–Grito mí pequeña y empecé a golpear la puerta con todas mis fuerza.

—¡Si tu padrastro rompe la puerta juro que lo matare con el arma que tengo!–Grito él chico y me detuve en seco.

—¡No por favor no le hagas daño!–Grito Lali llorando horrorizada.

—¡Entonces callate y que él tipo se aleje!

—¡No lo hare hijo de puta!¡ abre la puta puerta o te corto los huevos!

—¡Peter!–Escuche el grito de Lali llorando.

Pateo la puerta con tanta fuerza que lo rompo él tipo se levanta rápido de mí pequeña Lali, tomó un arma y disparo.

Sentí un dolor intenso cerca de mí hombro, escuche el grito de Lali y él tipo se va colocándose su ropa. No me importo que estaba sangrando, me acerque a mí pequeña Lali llorando y la abrazo aún qué me dolía el brazo izquierdo.

—¡Peter estas sangrando!–Dijo mí pequeña llorando.

—No importa cariño–Le acaricio la mejilla mientras secaba sus lágrimas.

—Gracias, papi–Dijo y sonreí algo doloroso.

Horas mas Tarde

Me habían sacado la bala un poco más abajo de mí hombro, me cocieron y ahora estaba en la habitación recibiendo comida de mí querida esposa.

—Enserio perdón Peter–Dijo mí pequeña Lali acariciandome el brazo.

—Descuida, cariño. Ese idiota te estaba violando y tenía que salvarte–La tomé de la mano.

Ella me dio un beso en la frente. Se sentía bien y le di una sonrisa.

Después de que volviéramos a Argentina, me acosté en mí cama, mí esposa estaba en el trabajo, mí hijo Santi estaba en la escuela y mí pequeña hijastra tenía una semana de vacaciones por asuntos de profesores, ella me iba a cuidar,mí esposa volvería en tres días por asuntos de negocios y mí hijo se quedaría a dormir en la casa de mis padres hasta mañana en la noche.

—¿Necesitas algo papi?–Dijo tiernamente mí pequeña al entrar.

—Ven aquí–La llamé.

Mí pequeña tenía un short súper pequeño color azul agua, un top negro, sin sostén, con una cebolla hacia arriba, se veía muy sensual, se puso a mí lado y le sonreí.

—¿Podrías recoger la ropa que esta junto a la puerta?

Ella asintió y se acerco hacía la puerta.

Se inclinó haciendo notar su increíble trasero, sin darme cuenta que ya tengo una erección, tomé mí pene, lo puse más entre mis piernas y las cruce.

—¿Esta sucia, papi?–Pregunto.

—Si, esta toda sucia–Dije y ella solo sonríe.

Lo puso en la cesta de la ropa sucia que estaba cerca del baño y la erección salía aún más. ¡Joder me esta torturando!

Ella se acerca a mí y me da un beso en la mejilla.

—Iré a buscar unas galletas–dijo sonriendo.

—Bien, mi pequeña.

—Ahora vuelvo.

Ella se va de la habitación, saque mis sabanas, tenía una gran erección,tenía solamente un bóxer azul oscuro, parecía un poste, lo tomé con mí mano derecha porque la otra me duele cuando lo muevo por culpa de la bala que me hirió. Él doctor dice que se me iría el dolor en tras semanas.

Baje y subí mí mano. Solo podía pensar en mí hermosa pequeña, mí pequeña Lali y gemí.

No podía pensar en ella, es mi hijastra, no puedo tomarla, no, no puedo, no lo soportaría y no me lo perdonaría.

Escuche la puerta abrirse y deje de masturbarme.

—No había de chocolates pero traje de coco–Dijo entrando al cuarto con una caja de deliciosas galletas de coco.

—Bien, no importa–Respondí sonriendo.

Se sentó a lado mío,me senté,me puso una almohada en mí espalda y empieza a darme de las galletas.

—¿Como están?–Dijo mí pequeña.

—Muy ricas–Dije con la boca llena.

—Me alegra–Me sonríe–¿Papi puedo ponerme encima de ti?

Trague saliva en seco mi consciencia decía ¡No no no no!

—Seguro–Respondí y sé subió en mí.

¡Bien echo idiota tu sexy hijastra se montara encima de tu pene erecto!

Gritaba mí consciencia.

—Ten papi–Dijo y me da otra galleta.

Comí de la galleta, ella sonría mientras me acariciaba el cabello.

—¿Oye?–Dijo mí pequeña.

—¿Que pasa?–Puse con cuidado mi mano en sus caderas al igual que mí otra mano.

—Tienes algo duro...

—Emm...5

Ella se movió, dio un gran movimientos de caderas, cuanto más se movían más se agrandaba mí pene erecto.

«¡Oh si papi,oh papi más duro!»

Es lo único que necesitaba de ella. Oír sus gemidos y hacerla gritar.

—¡Papi me estas escuchando!–Dijo molesta.

—¿Que me decías amor?

—Que si quieres jugo.

—No.

Ella sonríe y se acerca a mis labios.

—¿Y porque no?–Me sonríe casi cerca de mis labios.