Capítulo XVIII: Forever

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«La noche sugiere, no enseña. La noche nos encuentra y nos sorprende por su extrañeza; ella libera en nosotros las fuerzas que, durante el día, son dominadas por la razón».

[Brassai]

Ginny apareció en su apartamento una hora después de que Hermione despertase, viese el vestido y mandase una nota a su amiga. Entró como un huracán a la casa y se dirigió directamente al cuarto de Hermione, soltando un grito agudo cuando vio el vestido sobre la cama.

—¡Oh, por Merlín, Hermione! —exclamó y la castaña miró a su amiga, aturdida por sus gritos—. Es precioso. ¿Quién te lo ha regalado?

—Pansy —dijo y la pelirroja la miró sorprendida—. Ayer estuvimos juntas y le comenté que no tenía vestido y cuando me desperté esa caja estaba sobre mi escritorio —explicó.

—Ya me gustaría tener una amiga como Pansy —suspiró Ginny y Hermione rodó los ojos—. Tengo ganas de verte con él puesto, estoy segura que te quedará perfecto.

—Es tan bonito, Gin, que no quiero ponérmelo —confesó la mujer, acariciando con sus dedos la falda del vestido.

—El pecado sería no usarlo, estoy deseando que llegue ya la hora de prepararnos para esa fiesta —dijo—. Además que estoy ansiosa de que todos me vean con el vestido que me he comprado.

Hermione se echó a reír.

...

Draco se levantó con pereza de la cama, se dirigió con pasos mecanizados hasta el baño y se aseó ligeramente, echándose agua fría en la cara antes de salir para poder despejarse. Bajó las escaleras hasta la cocina y se encontró con Pansy al borde de un ataque de nervios.

—¿Qué ocurre?

—No puedo ir a ese baile, no sé qué mierda se me pasó por la cabeza para pensar que puedo ir —susurró ella y su respiración se agitó—. No puedo ir, no. Él estará ahí, ¿entiendes, Draco? ¡Él estará ahí!

El rubio frunció el ceño y se acercó en dos zancadas a su amiga, la rodeó con sus brazos, sintiendo el ligero temblor que atacaba su cuerpo, y la pegó a su pecho. Dejó un pequeño beso en la parte superior de su cabeza y ella suspiró, rodeándolo con fuerza y hundiendo su cara en la unión de su cuello y su hombro.

—¿Quién es, Pansy? Dímelo, si no sé a qué le tienes miedo no podré ayudarte —le murmuró y ella negó—. Por favor, Pansy. Odio verte así. Dímelo y le plantaremos cara, juntos, como hemos hecho siempre.

Ella cerró los ojos antes de alzarse un poco y susurrar unas palabras en el oído de su amigo. Draco tragó saliva y trató de evitar que se reflejase en sus gestos la consternación que sentía, Pansy volvió a esconder su cara en su cuello y él le pasó una mano por la espalda, tratando de tranquilizarla.

—Vale —dijo—, no tienes por qué preocuparte. Estamos juntos. No te dejaré sola en ningún momento. Y si se acerca me encargo de patearle el culo, por subnormal.

Pansy se echó a reír, una risa ahogada que reverberó contra la piel de su amigo y que hizo a Draco sonreír.

Si estaban juntos podrían superar cualquier cosa.

...

La hora de prepararse llegó con rapidez, Ginny fue la primera en vestirse, maquillarse y peinarse. El vestido que había elegido se le ceñía al cuerpo con maestría, resaltando todas sus curvas; su pelo caía en cascada, algo ondulado, dándole la apariencia de estar rodeada por fuego.

Redención [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora