¡Hola! ¿Vieron que ya no me tarde?
Aquí esta lo prometido <3
Espero que les guste!-¿Pudiste contenerte un poco, sabes?- Preguntó Melina. Decir que estaba impresionada era poco. El sospechoso que Leonardo había capturado estaba inconsciente a causa de un fuerte puñetazo en la cara. Y no era el único que tenía.
-Me ganó la adrenalina.-Reconoció él con un encogimiento de hombros. Tampoco él había salido limpio del encuentro, su playera estaba sucia y rota del cuello y una mancha morada comenzaba a aparecer en el área de la mandíbula. Pero estaba radiante. Melina no conocía su pasado más allá de lo leído en su expediente, pero tenía el presentimiento que no fue un chico tranquilo, aun antes de la prisión.
-¿Donde aprendiste a pelear?- Preguntó curiosa. Leonardo sonrió.
-No siempre tuve este tamaño. Solían golpearme en la preparatoria.-Admitió sin vergüenza alguna.
-¿Qué?- Preguntó Melina asombrada. Era realmente difícil imaginar a este hombreton siendo intimidado por alguien más.
-En serio.-Afirmó él asintiendo.- Era un verdadero nerd. Me encantaban las matemáticas y era vicepresidente del club de ciencias. El estereotipo perfecto, incluso usaba brackets.
Ella estaba cada vez más sorprendida. Trató de crearse una imagen así de él, desgarbado y torpe, pero era muy difícil. Era más sencillo creer que él había sido el chico popular.
-¿Y... Cómo es que llegaste a esto?-Preguntó señalandolo con una mano desde la cabeza hasta los pies.
-Había una chica, su nombre era Emma.- Respondió él pensativo.- Estuvo en una escuela militar o algo así, era bastantante genial. El punto es que nos hizo ver que sólo teníamos dos opciones. Dejar que nos siguieran haciendo puré o hacer algo, así que comenzó a darnos algunas clases de defensa personal y al final terminó gustandome. Seguí por mi cuenta.
-Vaya.- Respondió ella admirada. Recordó su propia experiencia en la preparatoria, la cual en comparación fue sumamente sosa. Nadie nunca se metió con ella porque para eso primero alguien tenía que notarla. Y ella era malditamente buena en no ser notada cuando quería.
-Si, vaya.-Concordó él.
-Esta listo.- Anunció Fany asomando su cabeza por la puerta de la oficina de Santora, donde los habían hecho esperar hasta que el sospechoso despertara de su inconsciencia. No estaba lo suficientemente herido como para ser llevado al hospital, así que Santora había elegido darle las curaciones necesarias aquí mismo para poder interrogarlo lo más pronto posible.
Ambos asintieron y siguieron a Fany por el pasillo hasta la sala de interrogaciones. El sospechoso ya estaba ahí, esposado a la mesa metálica. La parte izquierda de la cara estaba hinchada y enrojecida, sus labios gruesos estaban torcidos en una mueca de dolor y se encorvaba ligeramente hacia un costado.
Y ésto lo había hecho el nerd.
En cuanto notó la presencia de Leonardo dentro de la habitación, abrió los ojos asustado e instintivamente busco con la mirada la salida, pero al estar esposado lo único que pudo hacer fue mirar. Leonardo sonrió maliciosamente al notar su miedo y Melina lo codeo discretamente.
-Buenas tardes, señor Hurd. Soy la agente Dalton, del FBI y creo que ya conoce a mi compañero y asesor, el señor Jacques. Queremos hacerle unas preguntas...
-No diré nada.-La cortó él. Su voz ronca estaba distorsionada por la inflamación que comenzaba a llegar a su boca.
-Pongamos las cartas sobre la mesa.-Melina sonrió amablemente.-Saliendo de aquí ira inmediatamente a prisión coopere o no. Enfrenta los cargos de homicidio calificado, robo, múltiples allanamientos a casa habitación y estoy segura de que cuando salga sus resultados en el análisis toxicológico que le fue tomado mientras usted estaba inconsciente, saldrá algo más para agregar a la lista.
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Entre balas
ActionMelina Dalton, es la nueva agente de una fuerza gubernamental encargada de combatir amenazas terroristas. En su primer día piensa que todo es genial, tiene el trabajo soñado y su reputación de arisca y huraña la persigue, por lo que todos a su alred...