La Lista

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Espero les guste! Con todo mi amor hacia ustedes!

El hombre es la criatura que hizo Dios al término de una semana de trabajo, cuando ya estaba cansado. El hombre es un experimento; el tiempo demostrará si valía la pena. Todo hombre es como la luna: con una cara oscura que a nadie enseña.” -Mark Twain.


-¿Cómo lo hacemos?-Preguntó Melina en voz baja, acercandose a Leonardo lo suficiente para ser escuchada por sobre la alta música. -Tenemos al guardia y a la mujer cerca de la puerta, ninguno puede vernos.

-¿Recuerdas el plano del lugar?-Preguntó en un susurro cerca de su oído, haciendo que su piel se pusiera de gallina. Asintió a su pregunta, Fany les había proporcionado los planos del lugar para asegurarse que sabían todas las entradas y salidas por si acaso necesitaban huir de emergencia.-Hay un pasillo en el lado sur del local, escondido por aquella palmera falsa. Me escabullire mientras tú distraes al guardia.

-¿Como?-Preguntó tratando de guardar la calma.

-Con ese vestido, todo lo que tienes que hacer es pararte adelante de él.-Ella lo miro mal mientras intentaba inutilmente acomodarse dicho vestido.

-Ya se me ocurrirá algo.-Dijo de mal humor. Leonardo asintió sonriendo.-No podemos comunicarnos entre nosotros ¿Cómo sabré que todo esta bien?

-Si no vuelvo en quince minutos, sal de aquí.

-¿Qué?

-Ya me oíste.-Tomó su barbilla y le dio un ligero beso en los labios, tomandola completamente por sorpresa.-A trabajar.

Y se fue.

Melina sacudió la cabeza para tratar de despejarse y concentrarse en lo que tenían que hacer. Lo maldijo en silencio. Ya era suficiente con la presión que tenía como para a agregarle confusión.

Y hormonas alborotadas.

Era estupido e increíble como lograba sacarla de si.

Lo volvió a maldecir.

Respiró hondo y decidida a demostrarle a él y mas aun así misma que nada había pasado, camino decidida al musculoso guardia. 

-¡Hola!-Saludó ella imprimiendo a su tono una nota falsa de alegría. El guardia inclino la cabeza, lo suficiente para poderla ver por encima de sus lentes oscuros. La miró de arriba a bajo y levantó una ceja interrogante.- ¿Sabes donde esta el baño? Creo que he tomado demasiado.-Dijo riendose tontamente. Pareces estupida... genial, los borrachos actuan como estupidos. 

-Al fondo, a lado de la barra.- Respondió con voz grave y fuerte, después miró sobre su hombro perdiendo el interes en ella. 

Mierda... ¿No que solo tenía que pararme delante de él y ya? Ni el vestido ayuda. Melina lo miró un tanto indignada, aquí estaba ella, casi desnuda frente a él y él ya la había desechado. No estaba taaan fea... bueno, con el maquillaje que se cargaba no la ayudaba demasiado, pero el vestido tenía que contar para algo, después de todo Leonardo había alabado sus piernas. ¿Te estás escuchando? ¡No eres un pedazo de carne que exhibir! No necesitas la aproba... Silencio a su feminista interior. El unico y primer maldito momento en que necesitaba precisamente exhibirse y era ignorada. A la mierda. 

-Oye.- Dijo llamandolo de nuevo, él la miró molesto por interrumpirlo de su vigilancia.- ¿Crees que este vestido es bonito? A mi novio le encanta como se ven mis piernas.- Hazlo, hazlo... no te acobardes ahora Dalton... y lo hizo. Levantó la pierna, flexionandola y lo miró coquetamente. Ni siquiera se sonrojo. Ahora si que llamó su atención.- Pero la verdad no le creo mucho, porque me dejó abandonada aquí para irse a bailar con otra chica.- Apunto hacia la atestada pista de baile sin señalar a alguien en concreto. 

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2018 ⏰

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