Capítulo 5

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Ambos se separaron al instante y comenzaron a reír, los dos estaban conscientes de que ello había sido un desliz y, cuando Ink intentó hablar, Geno le calló, aun riendo un poco.

— Ésto me ha pasado dos veces en la vida, siento que ya sé lo ibas o podías decir...

— E-eh... Tranquilo, a mí igual me ha pasado, supongo que fue culpa del impulso —Dijo Ink ocultando sus ojos entre sus blancos cabellos.

— Olvidemos esto... No hay que desaprovechar el cielo por un percance así. Tenemos miles de estrellas ante nuestros ojos, y preferimos las luces de nuestras pantallas, olvidando que ellas siempre estarán ahí.

Ink sonrió, apoyándose en el hombro del mayor y mirando las estrellas, para luego dormirse.

Geno le tomó en brazos y le llevó a la cama de su hermano, acomodándose a su lado con cuidado de no despertarlo y acariciando las heridas que su padre había dejado.

No había evitado pensar cuando le contó a sus padres sobre su bisexualidad.

Geno tenia apenas 14 años, había dicho a sus padres que quería hablar con ellos de algo que le tenía ciertamente inquieto. Cuando les contó sobre sus gustos extraños, su atracción a hombres y mujeres por igual, que veía atractivo a un hombre de la misma manera que la mujer... Su madre fue la que reaccionó mal.

El padre tuvo que parar los golpes de la madre mientras le gritaba que era una vergüenza para la familia, Fresh miraba desde la escalera con apenas 6 años en silencio, mientras Error intentaba subir en brazos a su hermano menor.

Geno soltó unas lágrimas y se las limpió con rapidez intentando sonreír, puesto que recordar a sus fallecidos padres le dolía bastante.

Ahora solo se debía centrar en sus hermanos, en sus estudios y en ayudar a gente como... Ink.

— Oh... Lindo durmiente... ¿Por qué tuviste que recurrir a mí...? —Dijo Geno pasando una de sus manos por el cabello de Ink con suavidad y sonriendo—. Te ayudaré sea como sea.

Sus ojos se cerraron un momento y no se pudo evitar lo que vendría. Recordó su primera relación con un chico, el único apoyo que tuvo cuando sus padres se fueron de su lado. Quizá su madre le había tratado así, pero él siempre le quiso sin importar lo pasado.

Blard.

Un chico alto, hermoso, cabellos a veces blancos, a veces grises. Dependía de la luz. Cara marcada por una cicatriz que le hacía aún más hermoso, sonrisa segura, mirada serena...

El solo recordarle le hacía suspirar, hubiera deseado que aquello hubiera durado un poco más.

Recuerda muy bien ésto, Geno, te amo. Te amo demasiado y espero jamás dejar de hacerlo. Pero recuerda, si en algún momento no sientes lo mismo, no te mientas, no me mientas. Solo dilo y te dejaré ser feliz. Tu felicidad es lo único que atrae a la mía.

Geno sonrió con lágrimas en su cara y se las secó con rapidez.

Le extrañaba, pero no de la misma manera.

El Chico Multicolor | GeninkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora