♧Capítulo 1♧

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POV JIMIN

Ahí estaba yo, sentado en frente de mi escritorio intentando hacer un estúpido ejercicio de matemáticas el cual no entendía, razón… La persona más irritante en este planeta, también llamado Min Yoongi. Claro que él podría molestarme tranquilamente durante esa clase, ya que era bueno en matemáticas y todo lo que tenga que ver con números, no pregunten cómo, porque creo que ni él lo sabe. Pero volviendo al tema, ya había perdido la cuenta de cuantas veces traté de hacer ese maldito problema hasta que escuché leves ruidos en la alcoba, no le presté atención, ya que podría ser mi gato y…

-Un momento, yo no tengo un gato - dije en voz alta mientras fruncía el ceño levantándome de mi lugar y tomé lo primero que encontré para defenderme, una zapatilla.

Caminaba sigilosamente con la zapatilla en mi mano derecha preparada para ser lanzada y corrí un poco la cortina del ventanal, ERA UN MALDITO LADRÓN.

Mi respiración comenzó a acelerarse al ver al hombre con campera negra y capucha en mi alcoba, estaba parado tranquilamente mirando hacia abajo, como si hubiera algo lindo para ver en este vecindario de mierda, pero bueno, ahí estaba.

-Es ahora o nunca- susurré para mi mismo, y abrí rápidamente el cristal del ventanal para tirarle la zapatilla con todas mis fuerzas, pero fue en vano ya que no le dí, y terminé perdiendo una de mis zapatillas como el fracaso que soy -¡NO ME MATES POR FAVOR!- grité aterrorizado y cerré los ojos esperando algún tipo de ataque, pero en cambio lo único que recibí fue una carcajada de parte del “ladrón".

-Si hubiera sido un asesino seguro me matabas primero con el terrible olor que seguro tenían tus zapatillas- dijo con esa voz que reconocería a kilómetros, para después reír nuevamente -Que suerte que mi nariz este llena de mocos.

-¡Eres un maldito asqueroso Yoongi! ¿¡Qué carajos haces en mi alcoba?!- dije histérico mientras lo miraba con molestia -casi me muero del susto- volví adentro un poco más tranquilo de que no haya sido un asesino.

-Mi mamá me mandó a preguntar si no tenías algún medicamento para mi resfrío- sorbió su nariz e hizo una mueca entrando detrás de mi.

-¿Y no podías entrar por la puerta, como toda persona decente?- cuestioné volviendo a mi lugar en el escritorio -Ah cierto... Tú no llegas a lo que se clasificaría una persona decente.

-Ja. Ja. Qué gracioso eres, Park- dijo acercándose hasta donde yo me encontraba - estás haciendo eso desde hace treinta minutos que yo me fui.

Sí, olvidé mencionar que somos vecinos, así que no sólo lo tengo que soportar en la escuela, si no que también en mi propia casa.

-¡Ya lo sé, y no hay manera de que me salga! -solté, ya exasperado, y lleve mis manos a mi cabeza para quedarme así un momento hasta que…  -Podrías hacerla por mi, por favoooor  -hice un leve puchero mirándolo.

-¿Acaso me viste cara de calculadora?- levantó una ceja cruzándose de brazos –yo sólo vine por el medicamento- se dio media vuelta para salir de mi habitación, pero lo detuve parándome delante de él.

-Al menos explícamelo- dije todavía con mi puchero, intentando verme lo más tierno posible.
Él lo pensó unos segundos para después asentir levemente, y yo dí un pequeño salto de felicidad -lo haré, pero quiero una mamada a cambio- lo vi sonreír de lado.

Por que yo sabía, YO SABÍA, Y ESPERABA QUE DIGA ALGUNA ESTUPIDEZ PARA CAGAR TODO.

-¡Claro que no, maldito pervertido!- le di un fuerte golpe en el brazo –Voy a darte tu medicamento a cambio, por que yo sé que una de las tantas cosas que odias, es estar enfermo.

-No era lo que esperaba… Pero estoy satisfecho- se encogió de hombros y caminó hacia donde yo me encontraba sentando anteriormente para comenzar a hacer el ejercicio, que ya hasta oxidados tenia mis ojos de tantos números que se encontraban escritos.

Y como había dicho antes, él es bueno en matemáticas, por lo que en unos minutos ya lo había terminando. Aish… No sé como le hace con ese pequeño pedazo de masa al que llama cerebro.

-Cachetón, no estabas ni cerca del resultado- dijo en tono de burla mientras me miraba y se levantaba –el resultado era cuarenta.

-¿Y cuánto me dió a mi?- me crucé de brazos acercándome al cuaderno.

-Uhm… Te dió 147- soltó una fuerte carcajada -realmente eres malo en esto, ahora quiero mi mamad…Digo quiero el medicamento- se tiró en mi cama (QUE POR CIERTO, ACABABA DE TENDER) y cerró los ojos -ve por él, yo te espero aquí.

Rodee los ojos y caminé hacia el baño donde se encontraba el botiquín con los medicamentos, lo abrí para después sacar las pastillas y volví encontrándome a un Yoongi profundamente dormido, con la boca entreabierta y saliva escurriendo por su barbilla.

Hice una leve mueca de asco, aunque también se veía tierno mientras dormía, y soltaba leves ronquidos…Y ya tengo que dejar de mirarlo como si fuera un acosador.

Me acerqué y lo moví bruscamente para despertarlo.

–Me voy dos segundos y ya parece que te hubieras desmayado,- digo para finalmente tirarlo de mi cama -vuelve a tu casa mapache,- me metí a la cama para dormir ya que mañana sería otro largo día en la escuela -y te pido que salgas por la puerta…- Pero antes de terminar lo que estaba diciendo, lo vi saltar hacia el árbol que se encontraba al lado de mi alcoba  -Estúpido- murmuré tapándome con las mantas mientras cerraba mis ojos.

Estuve unos minutos pensando en cosas random y sin sentido como; “¿A los peces les da sed?” o cosas así, porque a pesar de que yo era una persona sumamente inteligente, el pasar tanto tiempo con Yoongi algunas veces te contagia la estupidez.

Aunque, acepto que no sé tanto matemáticas pero siempre logro pasarla estudiando mucho. En fin…después de pensar un poco finalmente me quedé dormido.

Capricious • Yoonmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora