Capítulo 8. Peón

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No podía enfocar bien, sentía la vista cansada, las muñecas y los tobillos adoloridos, dos hombres corpulentos me llevaban de vuelta a mi cuarto, sentía el frío del piso colarse por mis pies, al abrir la puerta me depositaron nuevamente en mi cama, apenas era mi primer día, al parecer los diodos tenían demasiada corriente eléctrica, nos desconectaron debido a que el proceso de condicionamiento estaba siendo muy duro; me recoste en la cama, me sentía exhausto, mi cabeza me explotaba y no podía pensar con claridad, no quería dormir, tampoco quería comer, solamente preferiría dejar de existir por unos instantes...

Dentro del juego, no podía hacer nada a mi voluntad, tenía que obedecer órdenes o sino los diodos se activarian, cada que intentaba algo para no intentar asesinar a Sara, Fer o Ana, me daban mi dosis de choques eléctricos, podía ver todo, pero tampoco podía hablar, estaba obligado a obedecer y seguir las reglas del juego...como desearía que esto nunca hubiese pasado...

De pronto la puerta se abrió, entraron dos guardias y nuevamente aquella chica, de la vez pasada, ahora el platillo que traía era diferente, lo supe por el olor, sin embargo no quise voltear a verlo, me quedé recostado en la cama.

-Señor Cambelt por favor coma, debe estar exhausto- comentó con una suave voz.

No respondí, me limite a quedarme recostado, pero la chica no se iba...

-Señor, por favor, no puede estar sin comer- dijo con un tono muy suave y compasivo.

-No tengo hambre, gracias- conteste de manera tajante.

-Entiendo que no quiera comer, pero por favor debe intentarlo, me retirare- dijo con un poco de dureza en su voz.

Salió de la habitación y tras de ella los guardias, al escuchar el cerrojo de la puerta me incorporé lentamente para ver la bandeja, era una hamburguesa con papas, algo que realmente amaba, me levanté lentamente, camine a la bandeja y la lleve a mi cama, comencé a comer, tenía un sabor delicioso, algo realmente gratificante. Termine de comer, deje la bandeja donde la joven la había colocado, así que regrese a la cama e intente dormir un poco para poder descansar.

Antes de cerrar los ojos, un único pensamiento atravesó mi mente: Sara perdóname por todo el daño que te haré, perdóname por atacar en vez de defender...perdón...

Me adentre en mis sueños, las imágenes pasaban con rapidez, pero algunos de ellos eran recuerdos, recuerdos que adoraba y que jamás dejaría ir, aquellos días a lado de Fer, esos días cuando éramos felices, cuando nos ayudamos en la escuela, en la vida, fue entonces cuando un recuerdo tan doloroso llegó a mi, era la última batalla, Sara y Yo competimos con mucha dureza pero ninguno quería matar al otro, no obstante uno de los dos debía morir, era por el bien de todos...entonces abrí los ojos. No podía saber si había pasado unos minutos, unas horas o inclusive días, desafortunadamente el tiempo para mi no existía, lo único que existía era el juego, jugar como un simple peón hasta encontrar la manera de liberarme de todo esto, pero cuando encontrará ese momento...¿cómo podría escapar de un edificio lleno de guardias? No soy una clase de agente secreto, necesitaría ayuda...necesito ayuda...

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