Capítulo 1. Re inserción.

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Sara:

Había pasado un año entero desde que salimos y tuvimos que iniciar la vida nuevamente, desde el punto donde nos quedamos, algunos países le ofrecían ayuda especializada a los jugadores para recuperar sus estudios, sin embargo en México no era el mejor para estar, aquí tuvimos que regresar a donde nos quedamos, una chica de diecisiete años en tercero de secundaria, que burla sin duda alguna, no obstante Max ahora estaba iniciando nuevamente la preparatoria solamente con el detalle de que tiene dieciocho años. Muchos de los jugadores pudieron tener una reinserción normal a la vida que llevaban antes, algunos necesitaron ayuda psicológica; afortunadamente nosotros pudimos volver...

Iba llegando de la escuela, me adentre en el edificio donde vivíamos, tome las escaleras como de costumbre hasta el cuarto piso, coloque la llave en la cerradura y abrí la puerta, pero al abrirla escuche ruido de televisión, me resulto demasiado extraño ya que Max no llegaba hasta una hora después, me adentre con cuidado en el apartamento hasta llegar a la sala y ver a Max tendido en el sillón con un libro de algebra en la cara, tome un pequeño suspiro y me acerque a él con cuidado para evitar que se despertara, entonces cuando estuve lo suficiente cerca, lo empuje lo más fuerte que pude al suelo.

Al caer gimió de dolor, solté una pequeña risa, pero no duro mucho ya que estaba demasiado temprano en la casa. Era extraño Max regresaba usualmente después de las 5 de la tarde, me senté en el sillón, me dejé caer estaba rendida y apenas eran las dos y media de la tarde.

-¿Qué haces aquí tan temprano?- pregunté arqueando una ceja y en tono serio.

-¡Hola hermano! ¡Yo también me alegro mucho de verte! - espeto Max cuando se reincorporaba de su pequeña caída.

-No te quejes, fue con cariño- dije con calma-, pero sigues sin responder la pregunta.

-Digamos que salí temprano hoy, mi profesor de algebra falto- respondió Max mientras se sentaba a mi lado.

-Te creeré- respondí entrecerrando los ojos.

-Sara...- Max se detuvo, como si se hubiera arrepentido de hablar-, ¿ya viste el nuevo juego?

-¿Omega? – pregunte y parecía que el nombre le asusto-, ¿Qué tiene?

-Bueno, según los acuerdos de Legacy no puede existir otro juego igual o parecido- explico Max, desde que habíamos vuelto no había tocado ningún juego, únicamente cuando veía a Fer, se sentía seguro, sin embargo cuando estaba en casa únicamente se dedicaba a estudiar, no hacía otra cosa...

-Bueno, quizás las naciones unidas lo evaluaron y admitieron que era seguro de usarse- le explique tratando de calmarlo.

-No lo se, creo que estoy paranoico, no he comido nada- explico y río nerviosamente.

Max me preocupaba más de lo que él se podría imaginar; cuando volvimos el parecía más confiado que nunca, sin embargo con el tiempo, se fue reservando más, los chicos en la preparatoria no fueron muy amables con él, pero no podía protegerlo de ello, el peleo contra amenazas reales y monstruos que nadie jamás había visto nunca, y en ningún momento demostró miedo, en su escuela quien se metía con él, realmente la paga demasiado caro.

Después de cenar y platicar sobre todo lo que habíamos hecho en el día, Max necesitaba decirme algo importante:

-Sara, ¿recuerdas aquel juego del que te hable? – pregunto Max con pena.

-Si, Omega – respondí asentando con la cabeza.

-Bueno, lo que pasa es que aún es prototipo, nadie sabe realmente de que trata – comenzó y se detuvo por un momento-, sin embargo estuve indagando en la red, al parecer es un juego de carreras.

-Y con eso que a ti ni te gustan los autos- suspire-, ¿quieres jugarlo?

-Bueno, es una posibilidad, no sabría muy bien que hacer, ya sabes, después de todo lo que paso hace un año- explico Max-, sin embargo no creo que sea lo mismo que hace un año.

-No lo se hermano, algo así es muy arriesgado- explique con un tono de duda-, no tenemos mucha suerte con esa clase de payasos en esta ciudad.

-Lo se, lo se, pero es que la curiosidad me gana-, explico Max con ansia-, y eso no es todo...

-¿Hay más? No me digas que embarazaste a...- comencé pero Max me interrumpió.

-¡Dios no!- grito Max-, no estoy listo para esa platica.

Solté una carcajada, su expresión fue tan graciosa que no pude contenerme, el mejor comentario que pude haber hecho esa noche, y mejor aún ver como su rostro se incendiaba.

-Si, si, muy gracioso- se mofo-, la cosa es que estuve trabajando en aquellos servidores que Yuri dejo, a distancia obviamente.

-¿Encontraste algo?- pregunte realmente sorprendida.

-Aún no, pero encontré algo bastante interesante-, dijo y se levantó para ir a su habitación, regreso con su laptop en la mano-, hay un mensaje oculto, la red aún funciona con normalidad, sin embargo, hay una clase de mensaje encriptado en alguna parte del juego.

-O sea que debemos regresar...- dije con un tono tan sombrío que Max me miró tan extrañado que pudo sacarme de mis horribles recuerdos.

-No, no exactamente, y de ser así averiguare la manera que podamos volver sin problemas- explico Max con una ligera sonrisa.

-Bueno, creo que es suficiente por hoy- estire mi cuerpo lo más que pude y me levante de la mesa-, te tocan los platos.

Le lance un pequeño trapo que estaba cerca, directo a la cara...

Max lavo los platos y se fue a su habitación, ahora vivíamos solos, nuestros padres habían tenido que irse a vivir a otro estado, ahora estábamos solo él y yo, aunque creo que siempre hemos sido él y yo...

Dormite por un rato, la comida me había dado bastante sueño, pero en un momento de la noche sentí frio, así que me levante para poder acostarme correctamente, y fue entonces cuando escuche un ruido que provenía de la puerta principal, después el ruido de un motor, era el auto; ¡Nos estaban robando! Salí de mi habitación para decirle a Max quien seguramente no había escuchado nada; entre en su habitación y estaba completamente vacía. Max se había llevado el auto, pero ¿a donde iría casi a media noche...?

Omega ProjectDonde viven las historias. Descúbrelo ahora