Durante las semanas siguientes las excursiones se hicieron mas organizadas, llevamos linternas, gomeras, y Gustavo trajo los walkie tokies que nos permitía coordinar si nos separábamos dentro del predio. Recorrimos los túneles y vimos que los pozos eran en realidad bajadas a depósitos subterráneos. En los talleres encontramos herramientas oxidadas y unas cajas con bolitas de rodamientos. Ideales para las gomeras. Nos sentíamos los dueños del lugar. Pero no nos animábamos a subir a las partes mas altas, las escaleras estaban en el exterior y nos hubieran dejado en evidencia con cualquiera que pasara por la calle.
Nuestras aventuras y juegos tenían un escenario perfecto, lleno de escondites, recovecos y rincones.
Después del tercer o cuarto paseó, ya no sentimos la necesidad de agruparnos para recorrer, y cada uno buscaba sus espacios. El último día yo había elegido los túneles, sentía mucha fascinación por esa obra y sus utilidades, Cláudio y Carlitos preferían jugar en los cañaverales y Gustavo en los galpones, a los que recorría con interés casi arqueológico.
Fue él precisamente el primero que los vio, cuando sintió que el portón se abría, corrió hacia los cañaverales y les aviso a Cláudio y Carlitos. Se quedaron escondidos en silencio. Gustavo quiso salir a advertirme, pero entre las cañas pudo ver a algunos revisando que el lugar estuviera vacío. Así que volvió a ocultarse inmóvil.
Yo estaba recorriendo los túneles y había bajado a los depósitos, en mi imaginación me sentía como un explorador de pirámides, a esa edad el terror lo representaban momias, vampiros, hombres lobos no existía una conciencia de lo paranormal, ni de la locura o crueldad del ser humano. El monstruo mas humano era el viejo de la bolsa. La decepción de galpones vacíos, sin sarcófagos de momias, ni entradas secretas iba ganando mi ánimo. Cuando subí a los túneles superiores escuche golpes y quejidos y pensé que los chicos estaban jugando a algo mas divertido que mi exploración. Fui hacia la entrada de donde escuchaba los sonidos. Cuando subí la escalera, apenas me asome, vi a personas adultas. Baje unos peldaños y me asome con cautela y temor. Vi unos vehículos militares y atrás se asomaban unas botas, de atrás del vehículo, que estaba a unos cincuenta metros de donde yo estaba, apareció trastabillando un hombre con la cara deforme y ensangrentado, después unos soldados que empezaron a patearlo y a darle puñetazos. Me hundí en túnel y empecé a huir en dirección contraria. Cuando estaba por la mitad del primer tramo vi como por otra entrada empezaba a bajar un soldado corrí hasta el primer pozo y me tire adentro, desde abajo pude ver el haz de luz de una linterna. No había en ese cuarto vacío ningún lugar donde esconderme. Fui hasta el rincón mas alejado y me acurruque. Sentía que mi respiración me iba a delatar, no sabia si escuchaba pasos o si eran mis latidos. Desde el hueco del pozo creía ver la luz de esa linterna. Cerré los ojos y trague saliva para no llorar...
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Miedos infantiles
Mystery / ThrillerStephen King dijo que el terror se produce por estar en lugar y momento equivocado, y haciendo algo que esta prohibido. Esta historia tiene algo de eso, pero con miedos que tienen causas mas que reales.