Desde donde estaban Cláudio, Gustavo y Carlos podían ver todo sin que los vieran. Tirados en el pasto ocultos por las cañas que los rodeaban vieron como de los vehículos dos camionetas y un jeep. Bajaban los uniformados y dos hombres de civil. Desde afuera empezaron a escucharse sirenas policiales. El ruido era ensordecedor, pero no pudo evitar que los chicos oyeran los golpes y los lamentos.
Los soldados habían hecho una ronda alrededor de los los civiles y los golpeaban sin piedad. Las ropas comenzaron a teñirse de rojo y sus caras a deformarse, intentaban cubrirse pero en vano. Los golpes llegaban de todas direcciones. Cuando se caían les pegaban patadas. Rogaban piedad, pero los agresores no se inmutaban. Sus caras tenían el goce de la impunidad. Hasta rieron cuando una de las víctimas se orino. Dos militares se habían apartado para hacer un reconocimiento del lugar. Cuando volvieron se unieron a la golpiza. Entre golpes, llantos y gritos se escucho el crujir de huesos ante cada puntapié.
Cuando las víctimas dejaron de moverse, los levantaron y los tiraron en las camionetas, los cubrieron con lonas y subieron a los vehículos. Dos se encargaron de abrir los portones y luego cerrarlos. Cuando se retiraron, las sirenas de las patrullas dejaron de sonar.
Los chicos siguieron escondidos un rato largo, no podían hablar. Carlitos lloraba, Gustavo se paro y empezó a mirar para todos lados. Me estaba buscando......No se cuanto tiempo estuve con los ojos cerrados y conteniendo la respiración. El deposito estaba oscuro en su grado máximo. Empecé a enderazarme muy despacio. Camine con mucha cautela, tanteando la pared, no quería prender la linterna y ponerme en evidencia. Toque los peldaños de hierro, me aferre con fuerza y ascendí despacio. Asome la cabeza por el túnel. Afuera se escuchaban sirenas y mi confusión era total. Puse mi espalda contra la pared y avance de costado por el túnel hacia el lado de la salida. De repente las sirenas dejaron de sonar. A la oscuridad se le sumo el silencio. La sensación de vacío era total. Llegue a la boca del túnel, sentía que el escape estaba al alcance de la mano. Sentí una confianza renovada y ascendí sin prudencia alguna, dispuesto a correr hacia la salida...
Me freno en seco un haz de luz muy fuerte, levante mis manos resignado. Las siluetas oscuras avanzaron hacia mí...
El primero en abrazarme fue Carlitos, después el abrazo fue grupal. Fuimos rápido a la salida y una vez afuera empezamos a correr para alejarnos. Ya estábamos a unos ciento cincuenta metros cuando nos dimos vuelta. Las torres se recortaban mas siniestras que nunca. Sabíamos que nuestro pequeño DisneyWorld se había desmoronado.
Teníamos once años y perdimos la inocencia de los terrores infantiles. Ahora teníamos la conciencia de que los monstruos tenían la deformidad en sus almas. Y que el miedo no debía situarse en un lugar especifico, por mas lúgubre que fuera.
El miedo y el terror puede estar en todos lados.FIN
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Miedos infantiles
Mystery / ThrillerStephen King dijo que el terror se produce por estar en lugar y momento equivocado, y haciendo algo que esta prohibido. Esta historia tiene algo de eso, pero con miedos que tienen causas mas que reales.