Nominación absurda: Tercer día

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[El día recién comenzaba y en plena madrugada los gemidos mezclados con jadeos comenzaron a hacerse audibles desde la habitación en la que dormían Ciel y Sebastián.

Los sonidos de placer se hicieron audibles por todo el pasillo del segundo piso prontamente, haciendo que más de uno saliera de su habitación con la cara pintada de un fuerte rojo carmín, pues eran difíciles de ignorar debido a su intensidad, era obvio que estaban pasandola en grande.]

Ciel: ¡Má-más fuerte Sebastián! ...No quiero tu delicadeza, quiero que des c-con todo... ¡Déjame sin voz de tanto gemir maldito idiota, es una orden!-. Un sudoroso Ciel gritó aquello mientras era penetrado con fiereza por su esposo, el contrato en su ojo derecho brillaba con gran intensidad, haciendo que el sello en la mano izquierda de Sebastián reaccionase.- ...J-justo así, quiero sentirte hasta lo más profundo... Llename más, no te contengas, no tienes derecho a hacerlo.

Sebastián: Ngh... Y-yes my lord, haré que se sumerja en lujuria hasta que pierda el conocimiento, lo único que será capaz de recordar es como poseí su cuerpo y le llene con mis fluidos, además, no tomaré responsabilidades de esto, yo disfrutaré incluso si ya no estas consciente-. El pelinegro, también con el cuerpo cubierto levemente por sudor, embestía sin delicadeza alguna a su pareja, dando la sensación de que en algún momento lo lastimaría por la fuerza usada.- Ciel, quiero escuchar claramente tus gemidos, que hagan eco por toda esta habitación y retumben en mis oídos, así que gime alto, permiteme deleitarme con esos sonidos que solo puedes hacer haciendo esto conmigo.

[La mayoría de los que vivían en la mansión no sabían donde meter la cara, pues sin importar si se tapaban los oídos aún podían escuchar aquellos gemidos, que en algún punto se transformaron en gritos de placer.

Por su parte, Kirie permanecía en su habitación, pero se le notaba ansioso, su rostro reflejaba que se encontraba en un estado similar a cuando entraba en celo, pero el estaba seguro que eso no era posible pues hacia poco salió de ello, así que recordó que era parte del reto.

Pronto en su desesperación, y en el hecho de que su esposo salió para llevarse a sus hijos a otro lugar para que no siguieran escuchando a sus abuelos teniendo relaciones de manera tan atrevida, decidió que masturbarse era la mejor idea, pues no importaba si gemía demasiado, su voz no saldría de su habitación debido al cuarto que impedía la salida de sonido.

No tardó en estar gimiendo como toda una gata en celo mientras usaba dos consoladores al mismo tiempo y miraba videos de porno gay, pero no notó que alguien lo estaba observando desde la puerta mientras fumaba con suma tranquilidad.

Su esposo había regresado y entró topandose con su escena de complacencia propia.]

Rainy: Así que por esto me pediste que me fuera con nuestros hijos a otra parte para que no escucharan más los sonidos obsenos de tus padres, en realidad querías evitar que te viera de esta manera tan vulgar ¿No es así?-. Un gemido más agudo salió de labios del neko cuando escuchó la voz de su esposo y el aroma a tabaco se esparció por la habitación, se sintió incluso más deseoso por sexo y Rainy lo notó.- Supongo que algo debo hacer, pero ya te estas divirtiendo con tus juguetes así que te dejaré con ellos, no pareces necesitarme por lo que veo.

Kirie: ...¡Te equivocas Rainy!... Y-yo... Yo quiero que metas tu verga en mí, quiero que me tomes con rudeza, muestrame de nuevo esa faceta tuya que me enloquece, no importa que incluso parezca una puta ¡Quiero tener sexo contigo ahora, hasta que no pueda moverme! ¡E incluso si no puedo moverme, quiero que sigas penetrandome con fuerza!-. La sinceridad por parte del neko dejó sorprendido al peliceleste, quien se sintió un poco excitado por aquellas palabras, pues secretamente le gustaba que Kirie lo deseara de esa manera tan descarada.- ...Necesito escuchar tus jadeos, quiero sentir tus dientes mordiendo con fuerza mi piel, tengo un insano deseo de sentir tu semen caliente escurriendo por mis piernas Rainy, por favor, haré lo que sea pero por este día tratame como a una puta, dame tal como me gusta, duro y sin piedad, te lo ruego, quiero obsesionarme con tu manera de tomar mi cuerpo...

[Con las cosas tan intensas en la mansión, la mayoría se había ido pues la incomodidad era grande, en ella solo quedaba Usami, quien estaba dando vueltas en su habitación como si de un animal encerrado se tratara.

El conde actual estaba en las mismas condiciones que su familia, pero él estaba solo, se había divorciado y no se había preocupado por tener alguna pareja debido a que deseaba centrarse en cuidar a su bebé, así que ahora que necesitaba descargar esos insanos deseos carnales no tenía con quien.

Por ello estaba dando vueltas tratando inútilmente de pensar en algo más que no fuese el sexo, pero era imposible ignorar el placer que dejaba notar los gemidos de sus padres que estaban a una habitación de distancia de la propia.

Para ese momento, tomó la mejor decisión que pudo, salió de la mansión por la ventana y se dirigió a un lugar oscuro, tenía las intenciones de dirigirse al distrito rojo para buscar compañía que fuera capaz de durarle un día entero, pronto encontró a dos chicas demonios dispuestas a dejarse dominar por el pequeño Michaelis Phantomhive que sonrió con sorna al saber que estas se someterían a sus deseos más oscuros sin queja alguna.]

Usami: Espero sean resistentes y les gusten los juegos un poco toscos, porque no me gusta mostrar piedad alguna a la hora de jugar-. A pesar de su apariencia "infantil", Usami tenía una presencia abrumadora y su expresión seria le daba un aire que imponía respeto, jugueteó un poco con la fusta que tenía en sus manos mientras miraba a las demonios, una sonrisa juguetona apareció en su rostro cuando el primer golpe resonó en aquella habitación de luces y colores rojizos.

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