Insane©《Jb》[#3 The Rapist Series]

Capítulo 1

Habían pasado dos meses desde que estaba en prisión esperando que obtuvieran pruebas suficientes para llevar a cabo el juicio, no le importó mucho estar encerrado ahí.

Al menos sabía que Jaxon estaba bien porque estaría con Paul.

Se mantenía al margen de todo. Comer, hacer el trabajo pesado que debían, ducharse con agua fría y volver. Una y otra vez lo mismo.

"Bieber, tu abogado está aquí." -Dijo el guardia golpeando los barrotes para llamar su atención.

"Yo no pagué por ningún abogado."

"Alguien más lo hizo. Levantate ya."

Él rodó los ojos y se levantó esperando que abrieran la puerta.

Caminó por el pasillo y lo llevaron a otra sala donde lo esperaba sentado un hombre de unos 30 años. Se sentó frente a él y los guardias les dieron espacio.

"Hola señor Bieber, soy Michael Murphy."

"¿Quién le pagó para que fuera mi abogado?"

"Ryan Butler."

Ryan...

¿Qué tan decepcionado estaría ahora de él?

"Dile que gracias."

"Por supuesto. Ahora vengo a hablar con usted porque me informaron que se llevará a cabo el juicio donde se presentarán las pruebas que haya en tu contra."

"Estoy seguro de que tienen varias en mi contra."

"Bueno, debemos probar que tú no lo hiciste. Que no estabas ahí o lo que sea."

"¿De qué se me acusa?"

"El asesinato de Gary Reynolds."

"¿Y ese quién es?"

"Lo encontraron en tu auto."

"Ah claro. Continua."

"El asesinato de Eva Broxn, robo de auto y violación."

"Estamos un poco jodidos, ¿no?"

"Tendré que ver las pruebas que tienen para decirte. El juicio comienza mañana."

Él asintió.

"Bieber, hora de volver a la celda."

"Lo hablaremos mañana."

"Claro. Hasta luego."

Caminó delante de los guardias mientras sus cadenas de los pies y manos iban haciendo un ruido irritante.

Y por fin estaba de vuelta en su celda, esperando para lo que el destino le depare.

Caminó por los interminables pasillos una vez más, recibiendo miradas llenas de odio y temor en los ojos de los otros reclusos. Algunos le tenían miedo por ser un asesino y otros querían golpearlo sólo por ser la nueva atracción, -lo buscaron tanto y se hizo tan famoso que al tenerlo ahí para ellos era como un juguete nuevo- pero de todas formas se mantenían al margen. Incluso su compañero de celda lo ignoraba por completo. Justin se decía a sí mismo que ninguno de ellos tenía derecho a juzgarlo, podrían o no haber hecho algo peor de lo que él hizo pero ciertamente ninguno era un santo.