Keeper Of The Leaves - [SeHo | HunHo]

Capítulo 1

JunMyeon era un niño que sabía que el bosque guardaba muchos secretos.

Tenía ya 13 años y su vida seguía igual de normal que siempre, junto a la misma creatividad y timidez que estaba en cada fibra de su cuerpo.

Se había vuelto más ansioso por los libros, por la investigación y por buscar una respuesta.

Sabía que aquellas orejas no eran de un humano común y corriente.

Lo que él no quería aceptar, es que cada investigación y nota acerca del tema... No era por saber, sino por el sentir que al menos eso lo conectaría a SeHun.

¿SaHun? Quizás algún día lo sintió más cerca de lo posible.

Tal vez lo sintió susurrándole en el oído por las noches y cuidándolo de cualquier cosa... sólo tal vez.

También lo esperó todos los días con algo para comer, dirigiéndose siempre a ese lugar especial en el que se habían visto por primera vez. Llevaba su libreta de apuntes todos los días, esperando que cuando éste llegara, podría mostrarle todo lo que quizás había descubierto de él.

Quería una pista, alguna señal.

¿En serio seguía junto a él?

Cualquiera podría decir que era un capricho de un niño pequeño, o algo de niño mimado, pero no, él siguió preguntándose cada día qué habría pasado con ese niño que prometió volver a verlo.

¿Siquiera lo prometió?

Era aún menor, no necesitaba que su cabecita se llenara de tanto ni de dar a qué pensar en cada tiempo libre.

Necesitaba descansar, cosa que ni siquiera recordaba que existía. Se sobre exigía a sí mismo y estaba arruinando su niñez.

Muchas veces su madre le preguntaba si quería salir a pasear o dar una vuelta, pero él simplemente negaba con su cabecita.

"Otro día, mamá. Ahora estoy ocupado"

Siempre era así y a su madre le preocupaba. Un niño de 13 años no necesitaba desgastarse de tal manera, ya que ella en el fondo seguía creyendo que fue un simple sueño.

Ese día que JunMyeon llegó con una flecha partida en dos y empezó a hablar más rápido de lo normal de aquél delgado niño angelical, le dio a qué pensar.

Había asistido a psicólogos, distintos psicólogos y distintas citas, pero nada hacía que su idea se borrara de su cabeza ni lo ayudara en lo absoluto. Su madre se recalcaba que los niños eran así, que imaginaban cosas.

A ella le desesperaba el hecho de que su hijo a veces despertara triste, sin ánimos de nada, pensando de sí mismo el que era un mentiroso.

JunMyeon no era un mentiroso, sólo quería creer. Pero eso no borraba el hecho de que se estuviera rompiendo a sí mismo desde tan pequeño.

Quizás ya pensaran que era una obsesión, pero la verdad es que por más que haya intentado olvidarlo, a veces lo sentía muy cerca. Fuera de ese día, nunca había sentido tanta paz.

Miles de personas lo llamarían exagerado, pero él más que nadie sabía lo que sintió ese día.

Ese día en el que llegó más emocionado que nunca y luego lloró por la noche.

Nunca supo si de felicidad o de tristeza.

Tampoco supo si sería por el hecho de conocerlo o el hecho de perderlo tan rápidamente.