050 (+18)

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Isabel:

—¿Vamos a mi casa? —miré al Mateo y sonreí, yo sé para que quiere ir a su casa y iría sin pensarlo dos veces. Estamos oficialmente pololeando.

Flashback

—¿Que me quieres decir? —le sonreí y indiqué que se sentara en la cama.

—Yo... mira, quería decirte esto hace mucho y antes no estaba seguro pero ahora sí...

—¿No estabas seguro de qué?

—De que estoy perdidamente enamorado de tí.

Fin Flashback

—Vamos—empecé a mirarlo mientras manejaba, ¿cómo se podía ver tan rico haciendo algo tan simple como manejar?

Puse música y empezó a sonar reggaeton antiguo, —Ven y sana mi doloooor, tienes la cura de este amoooor—empecé a cantar, por suerte no cantó desafinado, bueno, no tanto. —Hago este llamado para que tu vuelvas, tu no ves que estoy sufriendo, es muy dura esta prueba—seguí cantando

—Hay un hombre moribundo aquí, dime que lo puedes revivir—cantó él.

Nos fuimos cantando todo el camino las diferentes canciones que se reproducían hasta que llegamos a su casa, —¿Estás sólo?

—Mis papás se fueron a vivir al sur, me dejaron la casa a mí.

Interesante.

(...)

—¿Vamos a ver peliculas? —sugirió él.

—Vamos.

Subimos a su pieza y él me dijo que me pusiera comoda, —¿Qué película quieres ver? —me pasó el control—elije tú.

Empecé a buscar y salió 50 sombras de Grey.

Puta que ofertón.

Nos acostamos y puse la película, íbamos en la parte en donde la Anastasia se cae entrando a la oficina y el Mateo me empezó a dar besos.

Inicio del setso (+18)

Ahora sí se viene lo shido.

El beso no es suave ni romántico, es apasionado y posesivo. Es como si quisiera devorarme y se siente demasiado rico. Tomé su cara entre mis manos y profundice el beso, nuestros labios se mueven en sincronía. Nuestras respiraciones se aceleran.

Nunca pensé que alguien me podría hacer sentir de esta forma, la sangre corre rápidamente por mis venas, pasando por mi desenfrenado corazón. El Mateo se sube sobre mí y presiona su cuerpo contra el mío robándome un gemido que queda atrapado en su boca. Su lengua invade mi boca de manera sutil enviando escalofríos de placer por todo mi cuerpo.

Él se levanta y de inmediato enrollo mis piernas en su cintura, jadeo cuando siento el gran bulto. No para de besarme ni un segundo.

Paso mis manos por sus pectorales, y después continuo bajándolas, paso por sus abdominales hasta llegar a su pantalón. Mete la mano por debajo de mi polera para tocar mis pechos, él se separa y desabrocha mis pantalones con una agilidad impresionante, lanza los pantalones a un lado y vuelve a besarme.

Desesperada, le desabrocho el pantalón, él se levanta y deja que los pantalones caigan al suelo junto a sus boxers.

Weón, está desnudo y uff, si viviéramos juntos no lo dejaría usar ropa nunca más. Sus labios están rojos por tantos besos, supongo que los míos igual. Él vuelve a cernirse sobre mi y comienza a dejar besos húmedos llenos de pasión. Sus manos vuelan debajo de mis calzones y gime en mi boca, —Me encanta lo mojada que estás.

(N/a: No podía faltar esa wea)

Puedo sentirle la pichula en todo el muslo y muero por sentirlo en otro lado.

Sus dedos comienzan a moverse haciéndome arquear mi espalda, —¡Oh, Jesús!

Necesito más.

Como si él supiera lo que quiero, levanta mi polera hasta dónde puede, liberando mis pechos, masajeandolos.

Le tomo la pichula con las manos, esta weá me va a partir. El empieza a bajar y besa mis cicatrices. Saca un condón del velador y se lo pone, empieza a mirarme fijamente y me avergüenzo.

Él me besa con pasión, lo siento penetrarme suavemente y no pude evitar gemir, arqueo mi espalda. Comienza a moverse lentamente, estoy tan mojada que se siente delicioso. Quiero que vaya más rapido, más profundo. Pongo mis manos al rededor de su cuello y lo beso. Gemí, —¡Mateo! Oh, Dios, sí, más rápido.

Él sonrie en mis labios, me penetra profundamente y comienza a moverse más rápido.

Puedo sentir el orgasmo venir y gimo tan alto que el Mateo me besa para que no se escuche tanto, aunque no hay nadie más, mi cuerpo estalla, ola tras ola de placer me arrasa, invade cada parte de mí, el Mateo gime conmigo y sus movimientos se vuelven tontos y son más rápidos. Se viene y cae sobre mí.

Cuando los últimos rastros del orgasmo se van, el me mira y sonríe, —Te amo.

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¿Qué les pareció el capítulo? No es tan explicito pero algo es algo.

Nunca fue tu culpa, hueona [NFTCH2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora