Capítulo 2

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Acaba de terminar mi castigo, como no puedo entrar con ropa mojada, debo desnudarme y así entrar, lo malo de entrar así es que la mayoría de tiempo mis primos me encuentran y comienzan a tocar mi cuerpo por horas.

Después de que lo hacen la señora sé enoja ya que no he terminado mis quehaceres, pero, con el paso del tiempo he aprendido como entrar sin que ellos, ni el señor me miren.

Gracias a eso me he librado de muchos castigos.

Ahora tengo una ventaja, que no tenía antes, y es la Ropa, gracias a la iglesia de la comunidad que me dio ropa, no debo esperar a que se seque, aunque a veces me castigan más veces de lo normal y aquí termino con toda mi ropa mojada y sucia.

— Lekya, ¿qué estás haciendo? — me pregunto  el fantasma nuevo

— Solo me estoy cambiando, ¿qué necesitas de mí y quién eres tú?

— Vine en venganza por lo que le hicieron a mi familia, pero, mientras estás con ellos no puedo tocarlos. — contestó enojado por no poder "vengarse "

— ¿Qué significa vengarse? — pregunto inocente ya que la mayoría de palabras me son desconocida.

— Lo que deberías estar haciendo con ellos por todos estos años — me contesto cortante mente

— Ah Tú... te refieres al odio

— Digamos que sí, aunque creo que es más intensó

— Si quieres "vengarte" has cola, ya que no solo tú te quieres vengar de ellos.

— ¿Cuántos más quieren hacerlo? — pregunto interesado

— Pues, solo te puedo decir los que se atreven a entablar una conversación conmigo. —digo mientras cuento mentalmente cuantos me han dicho el mismo cuento — Y si no estoy mal ya van como 23 fantasmas que se quieren vengar —y con tristeza susurro — pero ninguno me ayuda a salir de aquí para que puedan vengarse.

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