08. Lover of mine | Final.

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"Espero y rezo, cariño, para que te quedes. Ahuyenta las mentiras de las mariposas.
Bailemos alrededor de la sala.
Me pierdo a mi mismo al verte, he visto el rojo, he visto el azul. Toma todo de mi."

A lo largo de su vida, el orgullo ha sido el constante enemigo de BaekHyun. Invisible y silencio. Un enemigo que trepaba por su garganta hasta asfixiarlo, encadenándolo como si pesadas cadenas estuvieran bajo llave alrededor de sus muñecas. Existían una infinidad de situaciones en las que, en el pasado y no tan en el pasado, su orgullo fue más grande que cualquier otra cosa. Sin embargo, la más reciente y de la que se arrepiente con todo su ser, es el por poco perder a Oh SeHun. Durante meses enteros, semanas tortuosas y días dolorosos, BaekHyun fue un orgulloso de mierda y un puto mentiroso. Le hizo daño al hombre que ama, rompiendo promesas y planes, al igual que se hizo daño a sí mismo.

Si estuviera a su alcance, borraría ese año en el que no hicieron más que lastimarse mutuamente —más él que su contraparte, para ser franco—, porque ellos no eran de ese modo. Ellos siempre fueron puro amor y admiración en su máxima expresión, dos almas vagando que se encontraron en el momento justo para coincidir, enamorarse y lograr funcionar juntos, por el tiempo que duró. Si no es con Oh SeHun, ¿con quién más se imaginaría pasando el resto de sus días? Sería una mentira decir que no tendría problema en empezar de cero con alguien nuevo, porque SeHun no es solo el amor de su vida, también es su hogar.

Su hogar, carajo. Su lugar seguro.

Si lo echara a perder todo de nuevo, vaya que sería un gran tonto.

— ¿Y eso que le sonríes al móvil? —la voz cantarina de JongDae se escucha desde el umbral de la puerta de su oficina, rompiendo la burbuja de pensamientos en la que estaba ensimismado. El hombre mantiene una sonrisita de medio lado en sus labios y sus ojos brillan con jovialidad, animado. BaekHyun le devolvió el gesto, agarrado con la guardia baja—. ¿Qué? ¿Te arreglaste con el galán de Oh SeHun?

— ¿Qué?

— ChanYeol me lo contó. ¿Volvieron?

— Ahm, pues... Sí, algo así. No todavía, al menos no oficialmente —se mordió el labio, reprimiendo la culpabilidad de sus actitudes anteriores con JongDae. Dios. En cada ocasión disponible se comportó como un bastardo con él, tratándolo con la punta del pie. JongDae se merecía una disculpa, por difícil que se le hiciera pronunciar las malditas palabras porque todavía debe lidiar con su orgullo tan típico y asqueroso—. Park es un maldito cotilla, joder.

— Nah... un poco, sí.

— Un poco mucho, dirás.

— ¿Sabes? Sinceramente me alegro por ti, BaekHyun

— Gracias.

— Si ese hombre es para ti, que le jodan al resto, amigo. Tenlo siempre presente —se acomodó la corbata, apoyándose contra la madera de forma casual—. Bueno, te dejo. ¿Almorzamos juntos?

— Sí —carraspeó. Joder con su maldita bocaza imprudente. Si tan solo no hubiera sido una mierda...—. Hey, espera. JongDae, lo siento, ¿vale? Antes fui un cabrón y no tengo justificación, solo... perdón y gracias por tus palabras. Eres una gran persona y un gran compañero... No, un gran amigo.

— No me lo tomo personal, te perdono. 

— Yo invito el almuerzo.

— Claro, ¿creías que iba a pagar yo? ¡No me hagas reír! Te espero en el lobby a la 1pm.

— Ahí estaré —JongDae se fue y BaekHyun regresó su mirada a la pantalla de su móvil. SeHun le decía que iría después del trabajo a su departamento y BaekHyun estaba con unas ansias malditas de reunirse con el azabache.

거짓말 (Lie) ㅡ SeBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora