Capítulo IV. ¿Qué te traes con Ruggero?

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CAPITULO IV. ¿Qué te traes con Ruggero?

¡Que bueno! Porque de pasar algo, Karol te matará.


Ya llevaba dos días en el colegio, no me estaba yendo tan mal como pensaba, quiero decir, había conseguido tres amigos, era un gran logro ¿no?, pero, por otra parte, estaba Valentina, que seguía con sus constantes burlas y ofensas, que sinceramente, no entendía porque lo hacía, o sea, ¿Qué le hice? ¿O qué le hizo Ash para que la molestara tanto? Esa última era una pregunta que de verdad quería saber, porque no creo que tantas amenazas e insultos sean así como así de gratis. Y si lo son, que mal estaba esta chica.

Ruggero me habló sacándome de mis pensamientos – ¿Irás hoy, cierto? –Habíamos cuadrado que iría a su casa hoy para hacer el trabajo de filosofía, en cierto modo estaba nerviosa, no había estado antes en la casa de alguien en esta ciudad, y lo último que hubiese pensado es que sería en la casa de un chico y peor aún en la del chico más popular del instituto, aunque bueno, en general, no había estado en la casa de un chico antes.

–Ehh...sí, claro –dudé.

– ¿Te pasa algo? –me preguntó confuso mientras caminábamos por los grandes pasillos del instituto.

Negué con la cabeza –Para nada –forcé una sonrisa. Si me pasaba, iría a la casa de un chico prácticamente desconocido para mí. ¿Y si me secuestraba? ¿Y si me mataba? ¿Y luego se deshiciera de mi cuerpo lanzándolo a un río? Bueno ya, creo que estoy viendo mucha televisión últimamente. Sacudí mi cabeza en un intento de alejar estos pensamientos de mí.

–...Y bueno eso es lo que haré –me habló Ruggero, quien al parecer me estaba contando algo y no le presté mucha atención por estar con mis ideas absurdas. Solo asentí con la cabeza, fingiendo que estaba bien. – ¿Te parece correcto? –Volví a asentir – ¡Lógico! ¡Te parece correcto que vaya y me tire de un puente! –rio contagiándome su risa.

–Lo siento –negué con la cabeza –No te estaba prestando mucha atención.

– ¡Oh, para nada lo noté! –exclamó sarcástico y yo reí.

–Pero en fin, ¿Qué me decías? –pregunté llegando a mi casillero.

Ruggero se arrecostó en el de al lado y suspiró con aire soñador –Que...planeo hacerle una sorpresa a Karol –Karol era su novia o bueno algo así, ella era muy bipolar. Sí, es la misma chica que me molestó el primer día junto a Valentina. –No sé, sabes que ya se acerca su cumpleaños.

– Pero, ¿No me dijiste que cumplía en noviembre? –asintió con la cabeza –Todavía falta un mes, cálmate.

–Si, lo sé, pe...

Lo interrumpí –De todas formas ¿Qué piensas hacerle? –pregunté curiosa.

–Ese es el detalle –lo miré confusa –Necesito tu ayuda.–Abrí mis ojos en sorpresa, para nada, esta chica y yo no teníamos la mejor conexión que se diga, oh, sin mencionar, que era pésima con las sorpresas.

–No lo creo –negué con la cabeza, cerré el casillero y guardé los libros en mi bolso.

– ¡Ah, vamos, por favor! ¡Eres chica, sabes de estas cosas!

Reí negando con la cabeza –De verdad no creo que mi ayuda te sirva de mucho –puso su mejor cara de gato con botas. Se veía tan adorable, parecía un bebé. –¡Está bien! ¡Está bien! –levanté las manos en señal de rendición. No tenía caso, él haría lo que fuera con tal que lo ayudara.

Cuando íbamos de camino a nuestra siguiente clase nos topamos con Agustín – ¡Hey amigo! ¿Qué onda? –le preguntó a Ruggero, sin siquiera darse cuenta de mi presencia. Vuelvo y repito ¡Que mal educado que es este chico!

– ¡Todo bien! ¿Y tú? –estrecharon sus manos. Ruggero que pareció darse cuenta que aun seguía ahí, me miró – ¡Oh! Mira, ella es Carolina, es nueva –me presentó. Agustín asintió con la cabeza en un gesto desinteresado y me escaneó de arriba abajo para luego volver su mirada a Ruggero.

¿Es en serio todo lo que hará? ¿Ni un hola?

Pensé que al menos me recordaba o algo, pero no.

–Karol quería verte, me dijo que te esperaría en la cafetería en nuestra mesa –le avisó, y luego le dio dos palmaditas en la espalda para seguir con su camino.

Ruggero me miró y me dijo –Acompañame, no quiero enfrentarla solo –negué rápidamente con la cabeza. ¿Ir a esa mesa donde probablemente este Valentina y su gente?, no, mejor paso.

– ¡No, tranquilo! Ve tú, debes hablar con ella a solas. Yo estaré con Ashley y Katja –le informé, para luego darle unas palmaditas en la espalda y desearle suerte.

Me dirigí hacia donde probablemente estarían Ash y Kat, en una de las máquinas expendedoras de comida.

– ¡Hey! –hice un gesto de saludo con la mano acercándome a donde ellas estaban.

– ¡Hey! ¿Qué onda? –murmuró Ashley abriendo la bolsa de papitas que hace segundos recogió en la máquina.

–Nada nuevo –me encogí de hombros con simplicidad.

–Hmm... Oye, Caro –habló Kat – Tengo una pregunta para ti –me dijo señandome con el dedo acusador.

–Sí, dime.

– ¿Qué te traes con Ruggero? –pregunto sospechosa.

¿Ruggero? ¡Oh, vamos! De nuevo.

Katja creía que al parecer tenía algo más allá de la amistad con él, y ya hasta nos shippeaba. Estaba mal, de verdad lo estaba.

Me reí fuertemente – ¿Hablas en serio? –pregunté aun riendo.

Asintió rápidamente con la cabeza –Muy en serio –afirmó. –Es que últimamente te veo mucho con él.

Rodé los ojos –Solo somos amigos, Kat.

–Ujum, como tu digas –murmuró. –Bueno, dulzuras, yo me tengo que ir –se encogió de hombros y desapareció por el pasillo.

– ¡Que intensa!

– ¡Te oí! –gritó Katja, haciéndome reir un poco.

Ashley me ofreció un poco de su ya casi bolsa vacia de papitas y negué con la cabeza – ¿De verdad no pasa nada entre ustedes?

–Agh, no, nada –respondí ya irritada.

– ¡Que bueno! Porque de pasar algo, Karol te matará.

– ¡Oh, creeme que estoy clara en eso! –rio.


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Katja en multimedia

INVISIBLE A SUS OJOS {AGUSLINA}.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora