Cazadores Nocturnos 5; Crónica Infernal

Capítulo 7

Se ha ido. Ya no me queda nada. Nunca antes me había sentido tan vacío, tan destrozado. ¿Cómo vivir después de ella? ¿Cómo sonreír cuando el único motivo de mi felicidad se ha ido para no volver? ¿Cómo combatir contra esta impotencia que siento al no poder tener lo que quiero? No soy capaz de enfrentar su pérdida, ni siquiera sé cómo vivir los próximos años de mi vida sin ella. Todas mis esperanzas se han disipado sin mi permiso y estas han sido sustituídas por un profundo dolor que me presiona en el pecho y me desgarra lentamente el corazón. ¿Cómo volver a poner en funcionamiento un corazón que ha dejado de latir para siempre? Estas y otras preguntas abordan mi cabeza segundo tras segundo, hiriéndome de muerte, recordándome el fatal suceso, concienciándome de que he perdido a mi amor, y al mismo tiempo, la vida.

Mi teléfono móvil vuelve a sonar. Centro toda mi atención en la pantalla, en la que aparece una llamada entrante de parte de Ashley. Dejo el smartphone sonar hasta que la llamada finaliza y es entonces cuando me bebo de un solo trago la que debe ser mi décimo quinta copa de whisky. Aún no he logrado que mi mente se pierda con la esencia del alcohol y dudo que lo haga. Es una de las ventajas de ser vampiro, no te emborrachas hasta llegar a límites excesivos.

Ese es mi hábito ahora, beber alcohol mientras contemplo el dibujo de Luz reconstruido gracias a una buena cantidad de fiso, en un intento de ahogar mis penas y llenar el vacío que siento. Aún no soy capaz de aceptar que Ariana se ha ido, es una idea inconcebible, por eso opto por mantener vivo su recuerdo, aferrándome a todo cuanto me recuerda a ella, y evitando mantener el contacto con el resto, privándoles del placer de conocer la verdad.

-¿Qué tal la mañana, viejo amigo?

Me pongo en pie y me marcho de la estancia, pasando junto a Kai, golpeando con el hombro al pasar, ignorando por completo sus palabras. El vampiro permanece inmóvil, con la cabeza ladeada, observándome de soslayo. No hago caso de sus miramiento y continúo poniendo distancia entre ambos. Estar cerca de él solo consigue enfurecerme más porque recuerdo que fue él quién se encargó de poner fin a la vida del mismísimo Diablo y al mismo tiempo, del infierno, arrebatándole con ello la existencia a la chica que vivía prisionera en él.

Camino decisidamente hacia el gran salón donde se encuentra sobre una mesa un ataúd de cristal en el que descansa el vampiro de los dientes de hierro, bajo el hechizo de unas brujas. Brenett se encargó de traer mediante magia el ataúd hasta el hogar de la familia Spinnet. Y no solo eso, sino que además extrajo todo el poder perteneciente al Diablo y lo conservó en una daga. Esta mañana, mientras estaba en la cama, mirando sin ver a través de la ventana, con la mente nublada por los recientes acontecimientos, Kai fue bendecido con el poder que concentraba el demonio. Lo único que le resta de su propósito es introducir un diamante de zafiro en una ranura que contiene el ataúd de cristal, objeto que rompería el hechizo, y vertir varias gotas de sangre sobre los labios de la criatura que descansa en su interior.

Detengo mi marcha al encontrarme ante el ataúd y cambio el rumbo de mi mirar hacia mi mano izquierda, en cuyo interior se oculta un diamante de zafiro. Le he arrebatado este preciado objeto a su dueño al pasar por su lado, sin que él haya sido consciente de ello. Es hora de que se siga al pie de la letra el macabro plan de Kai Spinnet. La guerra va a desatarse y será el mismo quien tenga que hacer frente a las consecuencias que se avecinen.

Introduzco el diamante de zafiro en el interior de la ranura y retrocedo un paso al ser consciente de como varias ramificaciones que se apoderaban de la superficie del cristal van contrayéndose hasta liberar el ataúd, así como unas chispas anaranjadas escapan de su interior justo antes de que el cristal sea herido de muerte y estalle en cientos de pedazos punzantes. Este hecho alerta a los hermanos Spinnet, quienes vienen de inmediato a la estancia en la que me encuentro y observan con cierta inquietud a la criatura que está a escasos segundos de despertar de su letargo.