Capítulo 21

19 5 34
                                    


Miro con detenimiento las barcas de madera que hay a las orillas del océano Atlántico por unos breves instantes para más tarde alzar la vista y fijar toda mi atención en el horizonte, donde se alza progresivamente nuestra estrella, dándonos los buenos días una vez más. Sonrío en el instante en el que los rayos solares salvan la distancia que le separan de mi persona para terminar por proyectarse en mi rostro,aportándole un tono lejos de compararse con el habitual. Elián Vladimir se sube en la barca de un salto y se gira hacia mí, tendiéndome la mano con la esperanza de ayudarme a subir a borde de la embarcación.

-Vamos a tener un problema muy gordo si te crece la nariz.

Río ante sus palabras y subo a la barca.

-Podría ser mucho peor.

-Ah, ¿sí? Ilumíname.

-Por ejemplo, las cosas se pondrían muy feas si saliera el psicótico que llevas dentro. Uno de los dos podriamos acabar en el agua.

-Espero que hayas traído prendas secas.

Entrecierro los ojos e intento mostrarme molesta ante su comentario, aunque no puedo por mucho que me esfuerce, así que termino salvando la distancia que nos separa para acabar por aproximar mi rostro al suyo y retarle con la mirada a ponerme a prueba. Elián deposita un beso en mis labios, alejándome por unos segundos del presente, el tiempo suficiente para hacer ademán de dejarme caer al agua. Por suerte, me aferro justo a tiempo a su camiseta blanca, posibilitando que ambos nos precipitemos al océano. Nos sumergimos en las profundidas, aún abrazados, y hacemos un esfuerzo por abrir los ojos y contemplarnos el uno al otro. Elián se acerca a mí, toma mi rostro entre sus manos y me besa románticamente. Yo también alzo mis manos para terminar por acariciar sus antebrazos.

Volvemos a la superficie y subimos como nos es posible a la embarcación. Elián desata la cuerda que nos une a la orilla, imitando a las personas de las barcas contiguas, en las que se hallan nuestros compañeros de aventuras, y luego procede a girarse y aferrarse a un remo, ejerciendo con él presión sobre la tierra para alejar la barca de ella, adentrándose en el océano.

-Vamos a morirnos de una pulmonía- confieso.

El vampiro esboza una amplia sonrisa y me mira con sus penetrantes ojos verdes.

-No te ofendas pero ahora mismo te ves genial- admite, haciendo alusión a mi cuerpo, el cual queda al descubierto debido a la adherencia de mi camiseta blanca a mi piel. Tiro de la parte inferior de la camiseta para colocarla adecuadamente y a continuación opto por entrecruzarme de brazos-. Si estuviéramos en mi habitación, te habría arrancado la ropa y te habría hecho el amor durante toda la noche.

Inconscientemente me muerdo el labio inferior al imaginar la escena. Elián suelta una risita y toma asiento en un pequeña banquito y se dedica a remar. Me sitúa ante él, alzo mis manos y me escurro el pelo, con la mirada puesta en el vampiro. No puedo evitar sonreír ampliamente ante su comentario.

-Eres un idiota.

Sonríe al oír la palabra "idiota".

-Négalo una y otra vez, si quieres. A fin de cuentas, sé cuál es la verdad.

-¿Y cuál es esa verdad?

-Me deseas tanto como yo te deseo a ti- cambio el rumbo de mi mirar hacia la barca en la que van subidos Ashley, Cormac y Samuel, así como hacia la embarcación en la que se hallan Frederick y Kara, sonriéndose el uno al otro como si se les fuera la vida en ello, con el fin de averiguar si alguien está al tanto de nuestra conversación-. Cuidado con lo que contesta, podría crecerte la nariz.

Cazadores Nocturnos 5; Crónica Infernal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora