Llegaste avisando de que no serías una más. Y han pasado meses desde aquel entonces, y si te soy sincera, aún me pregunto como sin saber tu color favorito, yo ya sabía que era el azul.
Llegaste revolviendo todo lo que había dentro de mi, y sin ni siquiera esfuerzo borraste un nombre de mi cabeza, y al ritmo de "Que sorte a nossa", te metiste dentro de mi. Y ahí supiste quedarte, sabiendo que solo una podría salir con vida, sabiendo que eramos imposible, y aún así, te quedaste.
Y cariño, antes de que me diese cuenta, yo ya estaba sacando un billete hacia el viaje más mágico de mi vida.
Porque estábamos destinadas a ser y lo supimos mucho antes de despegar.