Capitulo 4

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CAPITULO 4

Harry se levantó. Tenía el cuerpo ligeramente cubierto por una fina capa de sudor. Sumándole todo el dolor que sentía en el por a ver dormido sobre esas sábanas que Louis había preparado para dormir. Se había hecho de noche en menos de lo que había imaginado. Fue hasta el baño donde, recordaba, había dejado su ropa secando después de haberla lavado como pudo. Se la puso y cuando pudo salir del pequeño baño...sus oídos escucharon lo que jamás nunca le hubiera gustado percibir.

- ¡Sí! – gritó una voz masculina desde afuera. Harry agudizó el oído. - ¡Oh sí! Sigue...sigue... - gritaron de nuevo. La piel de Harry se erizó por completo, optando por un color diferente. Ruborizado, intentó abrir la puerta de la habitación. - ¡Más! Oh...sí, más... - la vista se le nubló por completo al observar a Louis haciéndoselo a una hombre en el diván. Tragó saliva. La oscuridad lo ayudaba a ocultarse. Asco. Joder. Ese hombre no dejaba de gemir cada vez que él entraba en el con fuerza. Y Harry podía verlo, observaba como se retorcía cuando Louis lo embestía con ganas, bombeándolo de placer, apretando las manos, gozando hasta el punto máximo ese inmenso deleite.

- ¿Te gusta? – le preguntó él. Aquella voz lo estremeció por completo. Tanto que hasta procedió a morder su labio inferior, deseoso...sí...deseoso por estar en el lugar de ese hombre.

- ¡Sí, Dios...sigue! – le ordenó el. Y Harry en su lugar, también deseaba que siguiera follándolo, haciéndoselo, observarlo todo. Cuando de pronto, los sentidos volvieron a su lugar y en vez de seguir observando, se encerró en la habitación de nuevo, haciendo sonar la puerta con fuerza.

Los gemidos se detuvieron. Harry sintió que moría, lo habían descubierto. Trató de esconderse en el baño, pero él...ya estaba dentro de la habitación.

- Estás pálido – le dijo, al encender las luces. Traía los pantalones a la cadera, ligeramente sudado y despeinado.

- Sí, sí...debe ser... - le respondió el. No quiso mirarlo a los ojos por qué sintió que se ruborizaría de nuevo.

- Y como no vas a estarlo si has visto lo de afuera. – Louis soltó una risa pequeña.

- Ha sido intencional.

- Sí, claro.

- No me gusta ver porquerías. – le dijo molesto. – al menos deberías tener un poco de respeto por mí.

- Lo tengo.

- Oh claro...y por eso traes a ese puto hombre a este departamento mientras yo estoy aquí. – se ruborizó de nuevo. ¿Por qué le reclamaba al propio secuestrador?

- ¿Te ha molestado guapo? Te recuerdo que esto no es más que un jodido secuestro. – lo miró. Ahora él también estaba enfadado, y al notar que el igual, decidió seguirle el juego. – además...si lo he hecho es porque te has dormido en bóxer...

Harry tragó saliva. Ahora sí sentía la sangre sobre en su rostro.

- Es que solo a alguien como tú se le ocurre dormirse en bóxer con alguien que ni siquiera conoce. – lo miró a los ojos, comiéndoselo con la mirada. Sus ojos fueron a parar en sus tetillas, de nuevo pensó en lo dulce que sabrían en su boca. Al igual que su pene. Delicioso. – Y no dudaría... - susurró, y entrecerró la puerta un poco más, de la habitación. Poco a poco fue aminorando la distancia que había hasta el. – en pensar que estás caliente... - Harry tembló por dentro al escuchar esas palabras. ¿Cómo lo sabía? ¿acaso...lo veia? Relamió sus labios involuntariamente. – caliente después de haberme visto haciéndoselo a alguien... - Harry retrocedía a medida que él se acercaba, tanto que fue a parar hasta la pared, chocando con ella, sin escapatoria, pues él estaba del otro lado, impidiéndole salir. - ¿me equivoco? – suavemente posicionó sus manos sobre las caderas de Harry. Se había excitado en menos tiempo con el , que con el hombre que había contratado para saciar sus deseos. Y es que su deseo era el. Follarlo. Se apegó a Harry, respirando su propio aliento, y rozando su erección en el vientre de el, haciéndolo sentir de alguna manera todo lo que provocaba en él. Se movió en círculos, el mismo Harry soltó un leve gemido. Ahora sí estaba realmente caliente. Excitado en su punto máximo. – dime que quieres sentirme dentro de ti. – susurró él. – dímelo...vamos...

- No. – le dijo el. El sentido común había vuelto a el a tiempo. Harry lo alejó, a pesar de tener las manos de Louis firmes en sus brazos. Al menos tenía una cosa clara. – jamás estaría con alguien como tú.

Secuestrado - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora