introduction

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El menor dejó salir inevitablemente un gemido ronco de lo profundo de su garganta, observando con asombro los oscuros ojos que indagaban en su rostro tan lujuriosamente.

Estaba acorralado contra los azulejos fríos de un baño público. La espalda aprisionada en la pared, y su pecho estrujado por uno más fuerte y voluptuoso. El bulto en su entrepierna dolía como nunca, atrapada en esos ajustados vaqueros de marca.

Apartateexigió con una voz demandante que no sabía que le pertenecía, mas sin embargo aquel sujeto sobre él no se inmutó en lo más mínimo. Estaba a punto de repetir la misma palabra, aquella que sonaba vacía y sin ganas, mentirosa; pero fue retenida por unos labios cálidos y húmedos.

Se sorprendió a sí mismo correspondiendo aquel beso descuidado y ansioso, y ya no pudo seguir mintiéndose.

Él llevaba esperando ese beso con locura. Lo deseaba desde incluso antes de conocer más profundamente al dueño de aquellos labios llenos y suaves. Lo deseaba desde que los vio, y eso lo sabía sin necesidad de pensarlo.

Sus manos viajaron trémulamente por el contorno de su trabajado y sensual cuerpo hasta su ancha espalda, aferrándose de su ya arrugada camiseta.

Las manos del mayor, que en todo ese tiempo se habían mantenido firmes a los costados de su cuerpo, se aflojaron y amoldaron al instante las caderas del más pequeño entre ellas. Calibrando bajo ellas su delgada figura.
Sin duda alguna, él poseía un cuerpo sublime capaz de sembrar envidia en cualquier modelo de revista.

El beso se profundizaba con el pasar de los segundos. Una lengua traviesa pedía intromisión entre los labios carnosos del menor, quien enseguida dio paso a la húmeda extensión.

La música estruendosa del exterior se ahogaba tras la puerta. Aquella excitación que ambos habían sentido por asistir juntos a aquel esperado concierto, de un momento a otro se sustituyó por la desesperación de acariciar sus cuerpos.

Ya no importaba qué ocurría afuera o si alguien llegaba de imprevisto y los descubría, simplemente querían disfrutar del placentero momento.

El mayor se separó del beso con forzada voluntad, mirando a los ojos del contrario y perdiéndose en ellos a la vez que intentaba regularizar su propia respiración. Sus labios rosados estaban hinchados levemente, al igual que los del menor y verlos acrecentaba su deseo de atacarlos de nuevo, pero se contuvo antes de hablar.

Deberías dejar de ser tan terco y admitir que quieres que esto suceda tanto como yo—su voz sonaba rasposa y profunda, pero sobre todo, extasiada. El menor le sonrió irónicamente, orgulloso.

Nunca.el mayor gimió, restregando su entrepierna contra su pelvis a lo que sus venenosas y falsas palabras se contradijeron. Había gemido también, como una perra en celo.

¿Ves?cuestionó retóricamente el mayor con sorna—. Estás durísimo. Tu boca dice algo y tu cuerpo lo contradice... Admitelo, solo tienes que decir dos palabras.

El menor alzó una de sus cejas, ajeno al significado de aquellas palabras. O al menos, intentaba convencerse de ello. Una voz en su cabeza le estaba dando la razón a su depredador. Le gritaba por dentro que se dejase llevar por su instinto; pero otra voz, la más cuerda, le rogaba detenerse...

Pero la ignoró.

¿Qué palabras?preguntó, y sonó más ansioso de lo que creía estar.

El mayor no respondió, en cambio, se mantuvo en un frío silencio que no pudo descifrar por más que trató.

Sus ojos estaban sobre los de él. En ningún momento los apartó. Analizaban cada movimiento, memorizaban cada detalle de su rostro iluminado por la tenue luz de una bombilla mal colocada en el techo.

Fanático ❜ Nammin + Jungkook  ﹙ 𝗔𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 ﹚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora