Fanático ❜ Nammin + Jungkook ﹙ 𝗔𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 ﹚

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—Me llamo Park Jimin. Tengo diecisiete años. Leo Fanfics. Mi banda favorita es EXO. Vivo en Corea. Y soy ¿heterosexualmente gay? —Jimin se rascó la nuca, transpirando inseguridad. NamJoon, sentado frente al computador, suspiró.

—Fui breve y al punto.

—Jimin, la tarea era una autobiografía... ¡No la info personal que pondrías en una página de citas! —amenos de que no quieras conseguir una mierda— ¿Qué es esto? ¿EXO, que no se separaron?

—¡Están en descanso! —Protestó Jimin, con los mofletes inflados y colorados— creo. Yo solo quería terminar el trabajo rápido, habían actualizado "Chicos beta".

—Desde hace 3 años están descansando? y ni siquiera voy a cuestionarte lo qué es eso —Murmuró NamJoon, cruzándose de brazos y negando repetidas veces. Jimin le sonrió con picardía.

—Si! Tienes algún problema con eso? Ellos necesitan descansar mucho son ídolos! y es un fanfic.

Se encontraban en la biblioteca de la escuela, en el área de ordenadores. Estaba algo vacía, como era habitual; ocupada por algún que otro chico haciendo tareas. O viendo alguna especie de porno. Estaba muy vacío y poco vigilado después de todo.

NamJoon estaba sentado frente a uno de los computadores, revisando el trabajo de Jimin, pues éste le había pedido ayuda. Aunque se estaba cuenta de que necesitaría más que una revisión, una corrección. No había aceptado hacer eso a la primera, por supuesto que no; bastaron muchos ruegos y veinte wons para que él se dignase en ayudarle.

Ya había pasado más de una hora, en la que NamJoon hacía el mayor esfuerzo por escribir de forma más formal y coherente las incongruencias de Jimin, cuando finalizaron. El castaño soltó un suspiro largo de cansancio y se echó de espaldas contra la silla, estirando los brazos y mirando con satisfacción su trabajo. Más le valdría a Jimin que en lo que sea que gastara esos veinte euros fuera algo que lo satisficiera, porque de no ser así, habría perdido su tiempo.

Aunque bueno, como su madre le decía: "Nunca viene mal para la paz ajena ayudar a otro".

Pero la verdad, ayudar a los demás no era nada suyo.

—¡Wow! Quedó fantástico, ni siquiera puedo creer que me estoy leyendo a mí mismo. Parece alguien más interesante, a decir verdad —Dijo Jimin, sentado a su lado. NamJoon se encogió de hombros y respondió con fingida altanería:

—De nada.

Jimin estiró la espalda y el crujir de sus articulaciones lo relajó. Como si él hubiese hecho todo el trabajo, pensó NamJoon.

—¿Sabes algo? —Murmuró ahora Jimin, con una mueca pensativa—. Me diste una idea.

—Eso no puede ser bueno tratándose de ti —Contestó el contrario, rodando los ojos y acomodándose el cabello.

—Es una gran idea, a decir verdad —Continuó Jimin, sonriendo entre tanto—. Dijiste que mi intento de autobiografía parecía una de esas mierdas de páginas de citas...

—Lo sabía, tenías que decir alguna estupidez.

—¿Por qué no me hago una cuenta en una?

—Haz lo que quieras, pero no me involucres en eso —Soltó NamJoon, con tono indiferente como era común en él. Jimin torció el gesto y lo imitó, con una chillona voz falsa.

—"Hiz li qui quiiris piri ni mi invilicris in isi" ¡Muevete, caraplástico! —Exclamó, empujándolo por el hombro lejos del computador y colocándose él en cambio. El castaño se movió después de soltar un bufido, sin protestar.

—Eres un poco tonto.

—Ya me lo habías dicho. ¡Mira, Encuentra TuMediaManzana.com!

—¿Que no era "naranja"?

[...]

Quizás Jimin era algo tonto. Pero también, era algo estúpido.

NamJoon, quien había comenzado a convivir con él —contra su voluntad— desde hacía algunas semanas lo sabía muy bien.

Tal vez el chico escuálido era algo molesto en algunas ocasiones. Y raro también, pero sobre todo raro.

Eso era verdad. Pero a pesar de ello ¿por qué se seguían hablando? Perfectamente él podría haberlo ignorado —bueno, lo intentó un par de veces sin éxito alguno—, podría haberle pedido que se apartara —eso también—, pero siempre se rendía y aceptaba su compañía. Aceptaba sus conversaciones sobre cosas que en verdad no le interesaban para nada. Lo escuchaba, aunque ni siquiera entendía la mitad de las cosas que le decía la gran parte del tiempo. Almorzaban juntos en la hora de descanso y en más de un ocasión se habían ido juntos a casa.

¿Qué ocurría? ¿Era acaso que se estaban convirtiendo en amigos sin que él se percatara de ello? ¿Dónde estaba el NamJoon que rechazaba a quien se le acercara?

No lo sabía, pero lo que sí sabía en esos momentos era que Jimin era un completo idiota.

El pelinegro, como había dicho días atrás en lo que su cabeza era una magnífica idea, se había creado una cuenta en una de esas absurdas páginas de citas online. Con la misma autobiografía ridícula que pensaba exponer para su tarea y un nombre infantil como era "ChimChim95", él había iniciado una nueva tontería. Llevaba más de dos días contándole a NamJoon sobre las muchas chicas que había conocido gracias a eso y cuánto le sorprendía a sí mismo los resultados. "Es gracioso, porque en persona no me ladran ni los perros" dijo en una ocasión. Sería normal decir que aquello al castaño no le interesó, pero para ser sincero, él en realidad no dejaba de pensar que esa era la cosa más sinsentido que el moreno había hecho. Como si no tuviese un historial repleto en su pasado.

—Mira, ChicxArdiente24 no para de mandarme mensajes desde ayer y Sassy93 insiste en que le mande una foto de mi wiwi.

Como era habitual en Jimin, no pensó si era o no el momento adecuado para hablar de esas cosas cuando lo soltó, en pleno bocado a su emparedado por parte de NamJoon. El contrario terminó de masticar y contestó, con una ceja alzada:

—¿Tu wiwi...?

—Sí Monnie, mi wiwi.

—Necesitas terapia, ¿sabías? Y deja de decirme así. —El pelinegro hizo un gesto con su mano, restándole importancia y arrugando levemente la nariz. NamJoon dio otro mordisco a su comida.

—Oh, cállate —Exhaló hondo, sacando todo el aire que sus pulmones poseían. Se sentía, de cierta forma, atosigado. Es decir, sí le había sorprendido tanta atención y ser alguien que podía ligar con chicas y chicos. Sí le gustó ser de cierta forma alguien "popular". Pero con los días fue un poco raro. Se sentía violado. Sí, abusado sexualmente cibernéticamente. Por mucho que alardeaba, si era sincero, a veces le daba miedo pensar que alguna de esas chicas ardientes que se le insinuaban tanto y que le pedían encuentros, podrían ser en realidad un viejo degenerado—. Quizás debería dejarlo...

—¿No enseñar tu wiwi? —Preguntó NamJoon riendo a lo que el pelinegro negó.

—La página de citas.

—Te dije que era una tontería.

[...]

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