Fanático ❜ Nammin + Jungkook ﹙ 𝗔𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 ﹚

jimin is strange

Aquel era el primer día de clases para NamJoon, el chico nuevo de su clase. Eran mediados del segundo semestre y se podía sentir en el ambiente las hormonas alborotadas y la inmadurez procedente de la mayoría de los alumnos.

Para la mala suerte de NamJoon, toda la atención se había centrado en él. La carne fresca. Pero, para mala suerte de los demás, NamJoon era un chico excesivamente reservado. Egocéntrico, sarcástico, taciturno, malhumorado, callado. De no ser por su destacable apariencia, se daría por inexistente su silenciosa presencia.

Más de uno, durante toda la mañana, intentó entablar conversación con él; pero todos terminaban siendo despreciados por el chico.

"Oye, NamJoon, ¿Ese es tu nombre, cierto? Eres muy callado por lo que veo, pero siéntete en confianza... Sí quieres, puedes ir a comer conmigo y un par de amigos a la hora del almuerzo".

"No quiero, vete".

Tajante.

El timbre había sonado, anunciando la hora del almuerzo. NamJoon, como todos, se levantó de su pupitre después de guardar todas sus cosas y se encaminó a la cafetería. Iba solo y callado, como siempre. Indiferente a cualquier cosa que ocurriese a su alrededor; llevaba la camiseta remangada hasta los codos y las manos escondidas en los bolsillos de los vaqueros. Agradecía mentalmente aquel tour que le habían dado esa misma mañana, aquel que le había parecido absurdo y aburrido, pero de no ser por él seguramente estaría perdido en esos instantes. Muchos alumnos caminaban a su alrededor, cada uno con su tema, y NamJoon no podía importarle menos.

Casi llegaba a las puertas de la cafetería, cuando una conversación se escuchó de repente, y sin darse cuenta se había detenido a escucharla. Provenía de detrás de una puerta metalizada de un azul oscuro. Las voces sonaban ahogadas, y a NamJoon le extrañó saber que ahí era el armario del conserje y personas adentro, alguien con una voz gruesa y sin madurar y el otro con probablemente unas décadas encima, mantenían una conversación.

"Jimin, te he dicho más de una vez que no debes de estar aquí" hablaba la voz más rasposa, de un hombre adulto. Jimin debe de ser el otro, pensó NamJoon con una pizca de curiosidad. "Aparte de ser antigénico, está estrictamente prohibido..."

"Hyung, por favor déjame estar aquí. Prometo no molestarte, anda. Te ayudo a lavar los baños si quieres" las suplicas del tal Jimin sonaban desesperadas por obtener un permiso.

"No, Jimin" dijo el otro con una voz que no había sonado muy autoritaria. "Además estás usando una maldita computadora en horario de clases, esa es otra cosa que no se te permite"

"Hyung, hablando se entienden las cosas" habló con picardía, NamJoon se sorprendió.

"Jimin..."

"Anda, Abuelito..."

En ese instante, una escena de una película porno que había visto llegó a su mente.

"¡Jimin cómo te atreves a chantajearme con una mierda de emparedado!"

Pero la olvidó al instante.

"Ay Hyung, no te hagas del rogar. ¿Cómo te atreves tú a despreciar mi soborno? Éste es el mejor emparedado del mundo, ¿Sabes con qué lo prepara mi abuela?"

"Jimin, lárgate de aquí antes de que te eche con la escoba, por favor"

"¡Solo dos capítulos más, te lo ruego!"

"¡Jimin, voy a llamar al director Bang Si-Hyuk!"

"Hyung, así no nos llevamos, viejito..."

NamJoon enarcó una de sus cejas. Qué absurda escena, se preguntaba cómo se vería desde adentro.

"Jimin, salte. ¡Pena debería darte encerrarte aquí entre toda la porquería y sin amigos!"

"¿Qué te pasa? Creí que tú eras mi amigo, Hyung... Además, la porquería la limpias tú, viejito"

"No seas cínico"

"¡Con el palo de la escoba no, con el palo no! Ya me voy, ya me voy..."

Hubo un silencio después de eso, y NamJoon se extrañó aún más. Estaba a punto de abrir la puerta para ver qué ocurría, cuando la puertecilla azulada se entreabrió y por ella un escurridizo cuerpo salió con una portátil en sus manos y el rostro rojísimo como un tomate.

Se marchaba con los labios fruncidos, y sus pasos casi podían atravesar el suelo. NamJoon sonrió mientras lo veía irse, con esos pantalones negros ajustados y esa sudadera de algodón turquesa.

Él es raro, pensó al instante. Muy, muy raro.

NamJoon se fue también, pensando que Jimin era quizá el único interesante hasta ahora.