Marzo

Once

Trato con un corazón que no me pertenece,
Una bestia que arrasa
Y carcome sentidos.
los frascos de vidrio donde guarda sus victimas
reflejan mi silueta atenta,
Soy vil complice de un malnacido
Un ser mentiroso,
cargado de amor-veneno,
Adolecente que en rojo vivo
Incendia corazones a su paso,
Tiene la lágrima carmesí del vampiro
Y la soledad del mismo

Una figura difusa
Que camina desnuda tras la persiana
Como poesía que se calca en los ojos poetas

Yo podría vomitarle palabras todo el año marzo de abrojos,
Quedarme musitandole verbos dignos,
Letras que se cosan a mi piel,
Como las promesas nimias y besos oniricos,
Terminar susurrandole en estrofas distorsionadas
Las mil y una noche que se llevó de mí

Volver a clavarme una espina en su pecho,
En el que mi vientre tiembla y ruge Arte grapado

Cielos insomnios atravesandose en las calles de lo inalcanzable

Donde todo es un sinfin pueríl y despreciable.

Hace poemas que no es la misma persona a quien le escribo,
Se transforma en una entidad que ruge,
Una pesadilla inevitablemente deliciosa.