2.Distracciones.

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Al escuchar un gran alboroto proveniente de la cocina, Cremia aceleró su paso. Si está en lo correcto, la pequeña Romani debe de estar tratando de controlar su hambre.

—¡ROMANI! —el gritillo chillón de Link le alarma —¡SOY TU AMIGO, NO COMIDA!—vuelve a gritar.

—¡Romani tiene hambre!—la voz de la pequeña se torna seria —¡Y COMERÁ LO QUE SEA!—

Una risita nerviosa se le escapa a la mayor.

•••

Después de un pequeño inconveniente sobre canibalismo por falta de atención fraternal, los niños esperan pacientemente que la comida sea servida.
Romani juega con sus dedos en la mesa, improvisa algunos toques para distraer su hambre. Link por el contrario está quieto y callado.
Esto llama la atención de la peliroja.

—Saltamontes—llamó la menor con tristeza —¿Ocurre algo?—preguntó en busca de alguna explicación a su estado.

En respuesta, el hylian niega con la cabeza.

—¿Segurito Saltamontes?—volvió a preguntar imitando una voz chillona.

—Si Romani—contesto seco —No tienes porque preocuparte, ni tú ni Cremia—

—P-pero—

—Romani—alza un poco la voz —Yo se que somos amigos, pero incluso tu guardas cosas para tí— remató cortante.

La niña intenta refutar de la misma forma pero es interrumpida por la voz de Cremia.

—¡Niños! ¿Quieren huevo revuelto o estrellado?-—

•••

—Rayos— pensó Taya.

El desayuno transcurrió de la forma más tensa posible. Nadie habló, río o discutió. En cambio, las miradas de incomodidad se cruzaban cual espadas en batalla.

Cremia recogió los platos y de nuevo fue a la cocina.

Ante tal oportunidad, la pequeña intentó llamar la atención de su amigo: este ya estaba en la puerta listo para salir.

—¡Saltamontes! ¿Hoy no vas a practicar con Romani? ¡Será muy divertido!—

El héroe no se movió. Estaba tenso y hasta podría notarse un ligero temblor por todo su cuerpo. Cerró sus puños con algo de impaciencia.

—Lo siento Romani, tengo algo muy importante que hacer— dicho esto, salió de la casa en busca de su fiel yegua.

El hada se acercó un poco, no podía asimilar toda la situación.

Primero, Cremia estaba totalmente estresada y aún así se había dedicado a dar atención a todos los presentes en la casa. Algo realmente admirable por parte de la joven mujer.

Pero los que más la sorprenden son los niños, no es común el tipo de distanciamiento que ahora muestran. Se veían tan bien jugando y riendo juntos, no podrían arruinar semejante amistad por algo tan tonto.

Notó de inmediato como la pelirroja menor soltaba pequeños quejidos mientras temblaba con frecuencia.

Rompería en llanto, tenía una sensibilidad increíble apesar de mostrar una faceta despreocupada y tontuela. Diría que es mucho más sensible que la princesa Zelda... Aunque a esta solo la conoce por descripciones vagas de Link.

El hada decidió ir a la habitación, debía dar espacio a todos para que descansen un poco y aclaren su mente.

Ella también debía hacerlo.

Había visto como su gran amigo Skull Kid cambió de forma tan drástica por esa máscara maldita. Toda la desgracia, todo el sufrimiento de Termina englobado a un simple objeto decorativo de mal gusto.

Su hermano y amigo, y todo aquello que conoce casi fue destruido por la maldad de ese objeto inanimado... O eso era lo que quiere pensar.

¿Como una máscara pudiese tener voluntad propia? Alguien desde lejos tendría que estar controlandola ¡Es una máscara! Un objeto que los niños usan para jugar y los adultos para asustar o esconder su identidad.

Aunque ahora que lo ve... Incluso la que Link obtuvo para el enfrentamiento final le parece sospechosa...

Lo mejor será descansar un poco.

•••

Por otro lado, la mayor limpiaba la alacena muy pensativa.

Darles la repentina noticia para ir al Festival del Tiempo le parecía la mejor idea para salir de aquel ambiente tan incomodó. Tan solo el imaginar en la reacción de Romani y una pequeña sonrisa por parte de Link hacia que su corazón se achicara.

Pero en ese momento parecía un futuro poco probable, algo que ni siquiera pudiese estar en las fantasías de cualquier infante.

Escuchó la puerta cerrarse con un fuerte golpe, y unos pasos apresurados que se dirigieron a las escaleras. Dejo el trapo a un lado y camino lo más silenciosa que pudo hacia la entrada.

Nada.

No había nada... Ni nadie.

Todos se habían separado. Cada quien con su amargura y tristeza, con sus conciencias y emociones totalmente cargadas, listas para explotar en cualquier momento.

Y ella ahí, pasmada y sin sabe qué hacer ... Más bien ¡¿Qué podía hacer?!

Romani es muy cabeza hueca pero la conoce mejor que a nadie y, como siempre lo han hecho, saldrán adelante juntas trabajando codo a codo.

¿Y Link? Tal vez tenga a Taya en este momento pero ella tiene a su familia ¿Qué será del pequeño héroe? ¿Tendrá realmente donde dormir? ¿Alguien que le espere con un amor incondicional?

...¿Una familia?

Ese niño se ha ganado un gran cariño por parte de todos los habitantes de Termina. Para ella, era el hermanito pequeño que jamás tuvieron.

Jugaba con Romani, defendía el rancho y, hasta cierto punto, se comportaba como el hombre de la casa cuando la buscaban para cobrar las facturas.

Esa graciosa pero intimidante facción de su carácter le hacían resaltar entre todos los niños de su edad ¡Hasta se atreve meter a algunos adultos!

No quisiera que alguien tan valioso y lleno de virtudes de verdad estuviera solo...

Solo en Termina... Y en el mundo.

—...Link— suspiro su nombre con inmensa preocupación —¿Dónde estarás ahora?—

Sin más, sacudió un poco su vestido y volvió a la cocina para regresar a sus tareas.

•••

En la llanura de Termina un pequeño corcel avanza a paso lento pegado a las sombras que los árboles pintan con suaves líneas.

Sin rumbo fijo, sigue avanzando entre los pastizales. Incluso la joven yegua podía sentir como su amo cargaba con un gran remordimiento.

Tomó la iniciativa de acelerar un poco el paso ¡Su amo puede ser más feliz!

The Dawn Of The EvilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora