Después de una larga y necesaria platica acordaron dar lo mejor de sí mismas para disfrutar del festival del tiempo.
Comida, juegos y artesanías ¡Nada se les escaparía ese año!
Las horas pasaron con tranquilidad y ambas se sentían mejor. Se habían liberado por completo.
—Cremia—llamó la pequeña.
—¿Si Romani?—
La menor jugó con el borde de su vestido y alzó su vista en busca de aliento —¿Has...? ¿Has visto a Saltamontes? -preguntó preocupada —No lo he visto desde hace un rato y ya me preocupé—expresó la pequeña un tanto nerviosa.
Cremia le miró confundida —Salió un rato ¿No?—preguntó suavemente —Tal vez necesitaba tomar algo de aire fresco...—
—¡No! B-bueno... Es que ... —susurró mirando al suelo —Se veía muy molesto—
Cremia le dió unas palmaditas suaves en la cabeza en forma de consuelo.
—Si en 20 minutos no sabemos nada de él, vamos a tener que traerlo a rastras—
Romani la miró confundida para después sonreír e irse corriendo a la cocina.
—¡Romani le hará un sándwich súper especial de energía a saltamontes para que se ponga de ánimo! —gritó a medio camino.
Tras correr la pequeña, Cremia cambió su semblante a uno más serio.
—¿A dónde irías Link?—se preguntó la mayor con angustia.
•••
En la lejanía podía ver la cima de la Torre de Piedra, escondiéndose entre las suaves nubes del cielo de Termina.
El joven héroe no había prestado atención a la ruta que tomó su fiel amiga.
—El Valle de Ikana... Siento que es más horrible que la última vez...— murmuró para sí mismo con una mueca en su rostro.
Epona sintió como el humor de su amo empeoraba y eso la asustó. Sin embargo, siguió avanzando con cautela ante el pesado ambiente del valle pues no era la primera vez que pasaba por ahí.
Pero el humor de Link solo empeoraba con cada paso que daba. Inquieta, comenzó a removerse y a resoplar con fuerza hasta que Link estuvo a punto de caer.
—¡EPONA!—Gritó Link bastante molesto.
La pobre yegua relinchó con fuerza y dió un último salto hasta que Link cayó en el suelo.
—¡YEGUA TONTA!—Exclamó furioso el hylian en el suelo —¡DEJAME SOLO!—
Epona se quedó parada y ladeó suave la cabeza algo confundida. Su mirada parecía perdida.
—¡Eres tan tonta que no me entiendes! —volvió a exclamar entre sollozos— ¡Largo! ... Déjame solo... — la mirada del héroe se nubló.
Sintió un zumbido en sus oídos y de repente cayó dormido.
•••
El ajetreado mercado estaba en su hora pico, niños corriendo, comerciantes pregonando y señoras con sus viejas redes.
—¿Es la ciudadela? ...¿C-co...? ¿Cómo?— se preguntó a sí mismo el niño.
Su mirada no podía quedarse en un solo punto ¡Ese no es el mercado de la ciudadela que él conoce!
Caminó entre la gente con algo de temor y curiosidad, pues las cosas que veía en cada puesto eran tan diversas y algunas ni siquiera las había visto.
Cuando se detuvo frente a un puesto escucho el final de una corta conversación.
—¡Qué tenga un buen día bendecido por los dioses gigantes! —dijo una señora mayor mientras entregaba un tarro a un hombre encapuchado.
—¡Igual! Que el dios de la luna acompañe su día — contestó el hombre con una sonrisa para después ponerse una máscara.
" ¡Es un garo!" Pensó el héroe al ver como el hombre se marchaba del puesto acompañado de dos personas más.
Corrió tratando de seguir al garo entre el mercado y sin querer se vió envuelto en una inmensa ola de personas.
Poco a poco se abrió paso entre toda la multitud, chocando ocasionalmente con niños y señoras hasta que decidió gatear entre las piernas de la multitud.Una vez de pie, alzó la mirada a la gran muralla que marcaba el fin de mercado.
Era tan grande que casi era imposible ver qué había más allá de ella. Sin perderla de vista caminó hacia la derecha en dónde había dos guardias resguardando una entrada.Link no entendía nada ¿En dónde se encontraba? ¿Era Termina siquiera?.
— ¿E-estoy soñando? — se cuestionó en voz alta el pequeño
— Tal vez, tal vez no — contestó una profunda voz masculina —Depende pequeño héroe verde—
La sorpresa se apoderó de Link cuando su mirada encontró al dueño de la voz, un alto y fornido hombre de cabello blanco al otro lado de la entrada.
Vestía pantalones grises bajo una hermosa túnica púrpura de manga larga que caía a la altura de sus rodilla. Los puños de su túnica estaban bordadas con hilo de oro y se ajustaban con suavidad a las muñecas del hombre. En sus pies calzaba un par de botas de cuero curtido de aspecto viejo.
— Vamos pequeño héroe verde — lo llamó con su mano — Sígueme al gran árbol —
Link sacó su espada de inmediato. Su apariencia le recordaba a la última máscara que consiguió y Tatl le había advertido sobre su naturaleza maligna.
Sin embargo, su reacción provocó que el hombre de púrpura riera a carcajadas.
— ¡Si que eres feroz! Mira que ponerte así por un paseo—
—¿Le parece gracioso? Ni siquiera lo conozco, podría venderme o hacerme algo feo— dijo Link bastante molesto sin bajar su guardia. Estaba cansado y confundido
El mayor se carcajeó con más fuerza al punto de apoyarse en sus rodillas —¡Pues que precavido! Ojalá hubieras sido así cuando ayudaste a todos esos desconocidos terminianos ¡Y a esa princesa de tu reino! ¿No lo crees?—
Link saltó de inmediato al ataque sin importar nada pero fue frenado de inmediato por el hombre que lo tomó por la cintura y lo cargó en sus brazos como a un niño pequeño.
—Bueno, iremos al árbol querido héroe verde— dijo el mayo viéndolo a los ojos —Créeme, los dos necesitamos esto— terminó con una suave sonrisa en su rostro.
Link mostraba temor en sus hermosos ojos azules ¿Qué haria ahora? Sus fuerzas habían desaparecido y ni siquiera sabía dónde estaban y a dónde iban.
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Hola.
Realmente regreso a terminar esta historia. Hay cosas que voy a editar de los capítulos anteriores y del prólogo (en realidad será ortografía y esas cosas no pienso cambiar nada de la historia como tal).
Voy a tardar pero les aseguro que pronto habrá más capítulos.Muchas gracias por leer ~
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The Dawn Of The Evil
FanfictionTras la derrota de Majora, toda Termina está a salvo. Nuestro héroe tiene asuntos pendientes que enfrentar. Por suerte no estará sólo.