Capítulo 2

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El segundo día es, para mí, siempre el peor con diferencia. No te libras de hacer clase ya que las presentaciones de los profesores son muy reducidas, tienen poco tiempo para dar todo el temario y por si fuera poco, no los conoces muy bien, no sabes como quieren que hagas los apuntes ni como será tu mejor manera de organizarte ese año.

Mis primeras clases fueron normales, me pude sentar donde quise y escogí la primera fila, como mi ego bien me guió. Andrés se sentó a mi lado y Marcos detrás, al lado de una chica que parecía simpática y sin muchos amigos.

Los profesores no estaban mal, ese día conocimos a la de Ingles que no pensaba hablar en español en ningún momento hasta que tuvo que traducir que no iba a hablar español en ningún momento, a la de Griego que también nos daría Latín y que ni ella pudo negar que eso sería vernos mas horas que a sus hijos, al de Anatomía que nos dejó claro que su clases consistirían en hacer trabajos y recibir un 10 (cosa que en bachiller es un regalo divino que solo te pasa una vez en la vida) y al de castellano, aburrido y frustrado porque él sabia que su compañero era mil veces mejor. Tenía razón, en pocos días supimos que nos había tocado el malo. Los demás ya los conocía, el de Literatura/Tutor y el de Filosofía, que se alegró tanto como yo de volver a compartir clase.

Al salir pudimos compartir opiniones y no distaban mucho de la mía, excepto como no, la de Marcos que distaba con la del mayor número de personas posible.
En cuanto a compañeros hubo poco contacto como era de esperar, pero el suficiente como para identificar a la rebelde sin causa, el grupo sencillo y loco (el nuestro), el grupo de amiguis de toda la life, el gracioso de 2,1 para abajo y su séquito de 1,5, la más lista, el más listo ( Andrés), la más guapa, el más guapo, el más borde (Marcos), la de la libreta de dibujo pegada a la ventana, esa minoría callada y simpática con la que haces un pacto mental de "no me molestes y no te molesto" y yo que nunca sé bien donde encuadrarme.

- ¿Qué te parecen todos?.- Quiso saber Andrés más tarde.

- Bueno, ni fu ni fa, podían ser peores ¿no?

- A mi me parecen una panda de tontos.

- Joder Andrés, no me esperaba esa frustración interior.- Le dije riendo.

- Es que creo que este año no va a ser muy divertido, no sé, no tengo la misma ilusión y alegría.
¿Has visto al de castellano? Si hasta él se duerme explicando. Mi abuela tiene más emoción en el cuerpo que ese hombre.

- No lo dudo, querido amigo, no lo dudo.

Terminamos el día haciendo bromas de como de enérgica debería de ser la abuela de Andrés y como él lo había descubierto. 

Querido Profesor IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora