Esa noche me fui a dormir lo más pronto posible, le avisé a mi madre que dejaríamos las despedidas para la mañana siguiente y que necesitaba descansar, por lo que antes de dormir solo vino un par de veces a mi habitación y metió un par de cosas en mi maleta.
Me desperté con la ilusión de una niña a la que sus papas le han prometido ir al zoo y con ella me fui a desayunar, retiré lo que mi madre me había metido en la maleta mientras yo dormía y me despedí de mis amados padres.
- No seas borde, conoce a gente pero no a toda y ni se te ocurra beber nada raro.
- No te preocupes mamá, ya he ido de viaje.
- No que va pero vale.
Supongo que las excursiones a la plaza del pueblo y al único museo que teníamos no contaban como "ir de viaje".
- Dejala ya cariño.
- Gracias papá. Os echaré mucho de menos y enviaré muchas fotos.
- ¡Te quiero cielo!
- ¡Y yo mamá!
Por fin pude cerrar la puerta.
Tenía que coger el mismo autobús de todos los días, ya que íbamos a salir desde el instituto. Nuestro tutor nos pidió que llegáramos un poco antes, pero no quería tener que pasar por el momento de mi madre dejándome en la puerta del instituto entre lagrimas e indicaciones de "conoce a gente pero no mucha", preferí arriesgarme a llegar tarde. Con todo, fui la primera en llegar, cosa que no le hizo ninguna gracia a mi tutor, ya que odiaba la impuntualidad. Poco a poco llegaron los demás alumnos, que se iban juntando en grupitos cada vez más reducidos. Me dí cuenta de que no iba solo mi clase, si no que iba todo primero de bachiller y quizás eso era lo que tan preocupado había dejado a Andrés. Solo caí en la cuenta cuando vi a Marc bajar del coche de su padre, con su enorme maleta y unas gafas de sol que no le quedaban nada mal. Pobre Andrés, iba a sufrir de lo lindo. La verdad que no puedo negar que no me alegré al verlo porque era la única cara amiga entre tantos grupitos guays. Levanté la mano para que me viera y su cara se iluminó al instante. Menos mal, recuerdo la última vez que nos vimos y temí que esta vez me ignorara de nuevo. Recordé también que fue antes de ir al departamento de Historia. No. No era el momento y no tenía ganas de recordarlo ahora.
- No sabía que también te habías apuntado.La voz de Marc interrumpió mis pensamientos.
- Ya, ni yo que venias tu.
- Pues me alegro, eres la única con la que me llevo bien de aquí.
Menos mal, un amigo con el que poder disfrutar del viaje, estaba salvada. Mejor sería que Andrés no supiera nada, las taquicardias serían de cine.
- Oye, ¿qué te parece que compartamos habitación?
Uy. Eso ya no me hacía tanta gracia y era un tanto precipitado.
-No pongas esa cara Ali, no te rayes, ha pasado ya mucho tiempo y solo quiero buscarme ya un compañero de cuarto.
Parecía sincero y la verdad, no tenía ganas de dormir con ninguno de esos grupitos de alrededor.
- Vale, lo siento. Tienes razón, ha pasado mucho.
- No te preocupes, yo también sospecharía un poco.- Sonrió
La verdad es que la sonrisa de Marc siempre me pareció muy tierna. Sonrisas tiernas...
- Bueno pues ahora sólo faltan los tutores ¿no?
No me había dado cuenta de la cantidad de gente que había alrededor. Mejor dicho, de la cantidad de gente que faltaba a mi alrededor. Eran 2 clases y la verdad, no eramos muchos. Por eso me extrañó que mi tutor dijera que 4 profesores venían a la excursión.
Aún hoy, no logro recordar que vino primero, si la sensación de vértigo que me produjo recordar que Alex era también un profesor o la sorpresa en mi cara al verlo saludar a mi tutor, feliz y con una maleta sujeta en la mano.
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Querido Profesor I
Fiksi Remaja"Enamoraros porque eso es sencillamente precioso. Sufrid porque eso es verdaderamente necesario. Y luchad porque rendirse es simplemente un error." Es corta. Parece lo típico. Una alumna. Un profesor. NO! No es una historia típica de amor. O sí, ni...