Capítulo 4: Sempiterno

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Los siguientes días que aún estuve en aquel lugar después de que Harry se marchara fueron rutinarios, aburridos e incluso tristes.

Mis amigos me animaban a divertirme y disfrutar de los pocos días que nos quedaban de vacaciones.
Mientras ellos nadaban e iban a surfear yo me pasaba la mayor parte del tiempo recostado en la arena pretendiendo leer un libro.

Llegó el fin de las vacaciones de verano y ya habíamos abandonado el lugar y habíamos vuelto a nuestra rutina diaria.

Tenía mucho tiempo libre porque no estaba estudiando, ni yendo a la universidad o tomando alguna clase así que durante las primeros días de regreso a mi vida cotidiana estaba bastante ansioso y desesperado por que la cuenta regresiva para ver a Harry me parecía eterna, pero agradecía al cielo con cada día que pasaba porque sentía que me acercaba más a Harry.

Siempre estaba pensando en él y deseaba mucho que él estuviera pensando en mí. Y sabia que no haber intercambiado números había sido una pésima idea.

Un día que fui a recoger a Sila a la universidad en donde ella estudiaba para ir a comer juntos decidí matricularme en una de las facultades que la universidad ofrecía, no estaba seguro de que quería la carrera que había elegido pero aun así me inscribí en ella.

Así que un par de meses después ya era todo un universitario, atiborrado de tareas, trabajos finales y presentaciones que estaban incompletas y de seguro mal hechas porque a pesar de lo mucho que trataba de concentrarme en mis estudios la idea de Harry siempre ocupaba mi mente.

Para mitad de semestre ya había reprobado casi la mitad de las materias cosa que me ayudo porque comencé a pensar y concentrarme en algo más y no solo en volver a ver a Harry.

Me interesé un poco por el negocio familiar y en los pocos días libres que tenía ayudaba un poco.

Noviembre estaba terminando y mis calificaciones habían subido, no eran las mejores pero me ayudaron a pasar de curso.

Las fiestas de navidad y fin de año llegaron y solo pensaba en lo mucho que me hubiera gustado que Harry hubiese estado en mi fiesta de cumpleaños y en lo mucho que me hubiera gustado besarlo bajo todos aquellos muérdagos con los que me tope por aquel año.

Anhelaba tanto sus besos y el calor de su piel sobre la mía, sus labios hinchados y sus ondulados cabellos desordenados.

Hubiera olvidado por completo las primeras semanas de 1999 si no hubiera sido por el hecho de que Sila se comprometió con Liam, un chico con el que no llevaba demasiado tiempo saliendo pero él que ella juraba era el amor de su vida. Era un tipo bastante agradable así que de un momento a otro se había vuelto parte importante e indispensable de mi circulo de amistades y uno de mis mejores amigos.

Llegó febrero y con el también vino san Valentin y todas la cursilerías que la mayoría de las parejas hacían ese día, aunque creo que si Harry hubiera estado conmigo ese día nada me hubiera hecho más feliz que compartir momentos del tipo cliché a su lado.

La primavera había comenzando y a pesar de que mis notas eran buenas había un par de materias que estaba fallando así que ambos profesores de ambas materias me sugirieron tomar clases con un tutor porque de otra manera estaría reprobando sus materias. Me dieron los nombres de los alumnos que iban excelente en sus clases y que estaban disponibles para ofrecer tutorías pero antes de siquiera preguntarle a cualquiera de las personas en la lista, Niall, un chico con el que compartía muchas clases se ofreció a ayudarme, el ganaba puntos y conservaba su beca así que en nuestros tiempos libres nos reuníamos a estudiar y él era excelente explicando todo lo que no entendía.

Ya estábamos a mitad de junio y comenzamos a planear nuestras vacaciones para cuando julio comenzara.

Si no hubiera sido por la infinita paciencia que Niall me tuvo hubiera reprobado ambas materias pero gracias a él estuve en los primeros lugares.

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