Capitulo 4

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Una sensación única

NEFELIBATA: dicho de una persona soñadora que no se apercibe de la realidad

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Hoy la suerte me acompaña porque no me perdí buscando la clase de Dibujo 1 Geometría y Percepción. Estoy entusiasmada y creo que se me nota porque todos me miran.

Tampoco es que sea la más nueva pero ya empiezo a dudar de las miradas y susurros. Ya, ahora entiendo. Estarán hablando sobre lo ocurrido en la reunión. Mi cara de entusiasmo cambia a decepción.
El primer día de clase y ya he provocado chismes.

Una chica de pelo rubia se sienta a mi lado pidiéndome permiso. Me gusta la gente educada. En las clases de Bachillerato recuerdo que se sentaban a mi lado y ni preguntaban. Simplemente se sentaban y ni te miraba. Te hacían sentir invisible. Pero no es el caso. La chica se vuelve y me saluda con una sonrisa.

- Hola, soy Lorena pero puedes llamarme Lorens, tipo inglés cortes.- sonrío de oreja a oreja tras su comentario.

-Buenos días, Lorens. Soy Valeria. ¿Eres de aquí? - pregunto por casualidad. Cualquier pregunta es buena para mantener una conversación ya que desde que entré no he hablado con nadie.

- Si, pero me considero una chica del mundo- dice y yo no puedo evitar preguntar -¿ Y eso a que te refieres?

- Pues mi familia es de Sevilla pero me crié en distintos sitios. Mi padre es militar y están todo el rato trasladándolo a sitios distintos. Pasé la ESO en Valencia y Bachillerato en Asturias. -comenta sacándome de la duda. Trasmite confianza y eso me gusta.

- ¿Y vuelves a Sevilla con tu familia?- digo preguntando.

- Si pero sin ellos. Tengo casa aquí así que paso de mudarme otra vez . Ya soy mayor y sé vivir sola. Ellos están de acuerdo así que no lo dudé. ¡Que mejor lugar que mi tierra, Sevilla!- dice casi chillando. Un grupo de chicos situados detrás nuestras nos observan y se ríen a ver a Lorens aplaudiéndola por lo último que dice.

Todos callan cuando entra el profesor. Menos mal que llegué con media hora adelantada porque sino, hubiera acabo al fondo de la clase y sin ver nada.
Increíble lo llena que esta la clase. La gente sigue entrando minutos tardes y se sientan en el suelo.

La mañana se pasa rápido. Todo es apuntes y presentación del temario. Estoy contenta porque Lorens me pasa su número antes de despedirnos. Según dice ella, tiene amigas aquí de años y que quiere presentármelas. Todo pinta de maravilla y cuando se lo cuente a mi madre se pondrá hasta contenta.

La veo marcharse y me dirijo a la entrada principal donde me esperan mis padres. Comemos en un local de tapas e intento marcar este momento con ellos para siempre. Los dos están felices. Puedo imaginarme los motivos pero no quiero pensar. Simplemente observo el sitio.

No sé el porqué pero me siento flotando. Miro por la ventana. El cielo está totalmente despejado hasta se apetece una playa justo saliendo del bar.
Sigo flotando, es una sensación rara. Miro dentro del bar, observo al camarero que no para de moverse.
Hasta que justo en la barra, haciendo esquina me encuentro con sus ojos.

!¡James!! Se podría decir que mi cara de sorpresa se iguala a la suya.  Obviamente él reaccionó antes y me muestra una sonrisa pícara desde lejos. Fue entonces cuando me saluda con la mano y le devuelvo el saludo con otra sonrisa.
Vuelve la cara hacia la barra mirando las tapas. Sin embargo, yo no puedo dejar de mirarlo. Le escaneo de arriba hacia abajo.

Cicatrices ~¡Nuevo! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora