{MONSTRUO} (6)

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-Jiwoo...- Volvió a repetir, carraspeando pesado sintiendo que se ahogaba lenta y dolorosamente. Los segundos eran eternos, el pensamiento más claro en ese momento era su inminente muerte. Y otra vez se ahogaba, lenta y dolorosamente.

Lenta... y dolorosamente.

Matthew pensaba que nada podía ir peor, pero fue justo cuando aquel monstruoso ser, quitó sus garras de su costado sin un poco de delicadeza provocándole el más cruel dolor. Ella...

Volvió a mirarla. Porqué Jiwoo le estaba haciendo eso... y otra vez ella... en sus más terribles pesadillas siempre había sido ella.

El largo cabello gris que caía por su espalda comenzaba a mancharse de aquel rojo espeso de la sangre del chico, ella lo inhalaba con cierto gusto,  sus ojos también grises comenzaban a tomar un color ambarino mientras sus pupilas parecían las de un felino hambriento, y cruel... casi sin alma.

Ya en estado de rendición absoluta esperaba paciente por el último ataque de aquel monstruo, sólo un golpe más y por fin despertaría de semejante pesadilla cruel. Pesadilla, no podía ser más, pero el tiempo no se detenía, un segundo y otro y luego otro, para llegar a nada, aquella asquerosa intento de mujer le miraba desconcertada y a la vez como tratando de contenerse para no lanzarse sobre él y comerlo a sangre fría. Lo que no sabía es que en ese preciso momento estaba dando el primer eslabón a una inmensa cadena de acontecimientos que con el tiempo se volvería irrompible, «gran error pequeño monstruo, un muy gran error»

¡Slash! se oyó de pronto. Una larga y elaborada flecha rompía las ventiscas para instalarse justo en el abdomen del monstruo haciéndola retorcerse en lo que parecía un dolor infernal. Gritó como un felino derrotado mientras la arrancaba de su costado sin ningún tapujo, y todo ante la atenta mirada de su víctima y casi cena. Ella pudo notar el peligro acercarse en estruendosos sonidos, los valientes hombres del rey comenzaban a llegar, y así como aquel ser se había presentado sin aviso ni permiso se retiró dejando atrás considerables gotas de sangre que se mezclaban con otras gotas que continuaban saliendo de Matthew.

Una pesadilla, sólo eso. Fue lo último que se dijo así mismo y volvió a caer en una oscuridad de no acabar.

*****

¿Puedes sonreír sin cansarte todo el tiempo verdad? Eres diferente Jiwoo... muy diferente.

La chica continuaba riéndo ante las bromas de Matthew sin chistar ni reclamar nada, se veía tan pequeña, indefensa y preocupada a veces.

«estarás bien Jiwoo» repetía él para darle fuerzas, pero entonces la sonrisa de la chica se desvaneció y comenzó a brotar una gran cantidad de sangre de su boca y ojos...

-¡Jiwoo! ¡Jiwoo!- Gritaba Matthew desesperado, mas ella parecía no escucharlo.

-Woo Jin! Woo Jin! -

-Creo que está despertando- Se oía una suave voz.

Al abrir sus ojos se encontró en una habitación con decoración antigua y al parecer excesivamente cara. Sólo pudo pensar «No otra vez».

Sudaba aceleradamente mientras intentaba levantarse de aquel «aposento de rey»

Apenas dio indicio de haber despertado todos los que parecían sirvientes abandonaron el lugar quedando en la habitación tan sólo J.seph y Somin a quiénes reconoció de inmediato.

-¿Estás bien?.- preguntó la chica con expresión preocupada.

-¿Qué estabas pensando al huir así Woo Jin?.- Esta vez no había dulzura en la voz de su contraparte. Aquella armadura desgastada le daba cierto toque de rudeza a J.seph, al menos eso pensaba Matthew.

-Di algo por favor.- Suplicó la chica a su lado.

Mas aquella preocupación preocupó también a Matthew, acaso en este universo alterno, realidad paralela, mundo boca abajo o lo que fuera donde estaba ahora, podría tal vez ser que Somin... ¿era su esposa? desde luego no tardó en verbalizarlo.

-Somin, tú y yo... ¿estamos casados?.- las risas no tardaron en salir de la boca de ambos chicos, y eso pareció relajar un poco a Woo Jin, quién ya casi se acostumbraba a su nuevo nombre.

******

Poco a poco el sol comenzó a descender dejando entre ver una anaranjada tarde, al fin algo con un poco de «swag» como tanto le gustaba a Matthew. Había sido un día un poco aterrador, según podía describirlo, había oído atentamente de la boca del propio J.seph como era la vida de Woo Jin ahí, o mas bien como era «su propia vida en ese momento». Príncipe de la alta alcurnia en Joseon, hermano de la hermosa Somin, una madre fallecida y un padre demasiado ocupado gobernando como para atender los asuntos de sus hijos. No  habían visto al rey en años. Jseph mano derecha y general de la guardia real había sido su amigo desde la infancia, al parecer ambos hijos, tanto Somin como Woo Jin vivían en un apartado del reino al cuidado de la familia del general principal, padre de J.seph, no salían demasiado, la gente les respetaba como se debía, no veían a su padre, etc... una vida real sin mas preocupaciones que las bromas jugadas a la pequeña Somin hasta aquella extraña tarde en que Woo Jin había desaparecido para luego despertar junto a un montón de aldeanos hablando cosas como si fuese extranjero y luego huir hacia un desconocido bosque en el que por poco pierde la vida.

Matthew escuchó con precisa atención todo aquello sin embargo fue extraño a su parecer, cuando Jseph llegó al hecho de que «lo habían encontrado en el bosque medio moribundo a punto de ser devorado por un animal» No, claro que no podía ser, pues era una mujer, era Jiwoo él la había visto. Dejó que cayera la noche lentamente para hacerse el enfermo adolorido obviando el hecho de que había actuado mal, que él era Woo Jin, que esa era su vida y que por supuesto no volvería a huir, pero eso fue hasta que lo dejaron completamente solo. Entonces el chico sin mas dudas ni conclusiones apresuradas tomó su decisión. Debía volver a aquel lugar. Debía volver a verla.

Necesitaba respuestas.


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⏰ Última actualización: Sep 08, 2018 ⏰

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