III

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<< Deseo ya encontrarte >>

Im JunHyeok, 16 años.

Ahí estaba él, el chico que le robó su primer beso. Su nombre era Jake, un joven universitario de nacionalidad norteamericana que vivía en los departamentos al lado de su casa y era cuatro años mayor que él; aunque el chico era mayor, podía hacer sentir mariposas en su estómago, más no hacía sentir feliz y especial a su corazón.

—Hola.

—Lo siento mucho, JunHyeok. Me enteré esta mañana —Jake pasó una mano por su nuca. Su camisa se estiró, haciendo que sus brazos se vieran con más músculos. JunHyeok se sonrojó sin saber por qué, tal vez podría ser porque el chico frente a él era más sexy que Ricky Martin, era la primera vez que veía un torso además del suyo, y ese era tan... Ejercitado y llamativo.

—N-no importa.

El chico mayor acechó la ventana de la sala —¿Estás solo? —JunHyeok asintió —Bien, en seguida voy.

JunHyeok sintió su cuerpo caliente, no sabía cómo podía apartar ese calor. Aquel chico estaría en su casa.

Ya era un mes desde la muerte de su madre, ya sentía el dolor como un recuerdo en cicatrización, aunque las veces en las que peleaba con su padre, no podía evitar llorar y sentirse solo. Aunque pensándolo bien, si lo estaba. Su padre había salido esa tarde a una 'cita' con una de sus tantas amantes, no sabía quien era, nunca sabía quien sería con la próxima en el pueblo con la que se acostaría.

La puerta principal sonó en un toque, rápidamente bajó las escaleras y corrió hasta la sala sin más. Jake estaba ahí, con su típica sonrisa felina y blanca, perfecta como él. JunHyeok no lo culpaba por no saber de su madre, se había ido unas cuantas semanas a su país para ver un problema con el testamento de su padre y al parecer esa mañana había vuelto. En lo personal, aunque sólo era su vecino, JunHyeok lo había extrañado, Jake era hasta más atento que su padre.

En ocasiones le lo invitaba a su departamento a desayunar, o hasta a cenar y ver películas. Algunas veces, también lo acompañaba cuando su padre no estaba, cuidando de él, como un hermano. Al menos así lo veía JunHyeok, muy diferente a como el mayor veía a su pequeño amigo.

El americano pasó una mano por la mejilla del menor, acariciando sus pómulos con moretones, ver así a Im le partía el corazón, pero no había nada que hacer, el padre del menor podía denunciarlo por violación o algo y así ya no vería más a JunHyeok, y lo sabía por que el mismo Daesung se lo había dicho en una visita que había hecho al menor. Dejó un corto beso en su frente y se encaminó al interior de la residencia Im, dejando atrás a JunHyeok sorprendido por tan delicado rose. Nunca ninguna persona lo había tocado así, de esa manera tan pasiva, como si estuviera hecho de cristal.

El calor en su cuerpo estaba regresando, a pesar de que en la calle, el frío era como en el Polo Norte.

—Ven por aquí, puedes resfriarte, Junnie —Dijo quitándose el suéter verde pasto junto a la chimenea. La cara del menor quedó completamente roja.

JunHyeok se movió de ahí, cerrando la puerta, bajó un poco su rostro, ocultando de Jake su sonrojo, tal vez solo era... Excitación, simple atracción carnal y física. Aunque lo escondiera, el mayor ya lo había notado y le gustaba verlo así.

Desde hacía unos meses atrás, en Jake había nacido cierta atracción hacia su menor, verlo todo el tiempo por su ventana, había hecho crecer un inapropiado amor prohibido. Le encantaba el hecho de que el niño no tuviera cortinas y saliera del baño con una toalla pequeña que no llegaba a cubrir sus torneadas piernas. Claramente ansiaba tocar cada milímetro de esas largas piernas, pasar sus labios por ellas y marcarlas como suyas. Pero sin saber, esas piernas y el resto del cuerpo ya tenían dueño.

Love Of My Life;. 私の人生の愛  SUNGHYEOK;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora