Prólogo

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PRÓLOGO | EL PRINCIPIO

       THE DRONE OF INSECTS HUMMING 

Comenzó la rutina habitual de despertar el alba. Lentamente, el bosque cobró vida con las capas de sonidos haciendo eco en el aire frío de la mañana. Pequeñas ranas croaban bajo grandes y anchas hojas. Las redes estaban ribeteadas con delicadas gotas de rocío de la mañana, brillando en los primeros rayos de luz solar. Era como si todos los humanos estuvieran dormidos, había sido tan tranquilo, y normalmente esta vez estaban tan dormidos como podían estar. Pero no el 4 de julio, ese dulce y trágico día en Sweetwater River.

 Amelia se sentó junto a las aguas, su mente estaba en sintonía con una rebanada de armonía suave en medio de las hojas fragantes. No importaba la belleza del mundo que la rodeaba, las páginas de 'All Our Yesterdays' eran demasiado importantes para que simplemente las ignorara. El libro tenía un apretón como un vicio en su mente, es una realidad retorcida que constantemente distorsiona la suya, desafiando los hechos una vez mundanos de su existencia, llevándola a un nuevo y turbulento reino donde incluso su sentido del yo estaba en juego.

La lectura emitía una especie de alegría dentro de ella como ninguna otra. Era el tipo de sentimiento que, irónicamente, no se podía describir con palabras: Amelia era el tipo de persona que se metía en sus páginas, leía hasta que casi se le cruzaban los ojos y las palabras se fundían en tonterías.

Se sacudió la idea de sus amigas, decidiendo no insistir en ello: esa mañana había venido al río Sweetwater para disfrutar de la tranquilidad de la atmósfera y respaldarse en el mundo de ficción creado por Cristin Terrill. Le quedaban unos pocos días de verano, todos los días tenía la intención de disfrutar su suministro interminable de libros.

Mientras tanto, en río Sweetwater un dúo vestido con toda la mano blanca, se acercó a una canoa para los dos. Sus mechones rojos volaban en la brisa matinal como si fuera una metáfora involuntaria de las cosas que dejaban atrás.

La chica más baja, con sus apretados rizos rojos, apoyada en su hombro, se volvió hacia el chico pelirrojo que ya la había estado mirando con una sonrisa segura de sí misma.

"¿Tienes miedo, Jason?" Ella preguntó.

 Simplemente, sacudió la cabeza y, sin mayor pregunta, navegaron por las aguas del río Sweetwater ese día.

Pero lo que parecía haber ido perfectamente, se derrumbó por completo en una horrible tormenta de arena de una mañana.

Un grupo de tropas exploradoras deambularon por los bosques de Riverdale, contentas sonrisas llenas de vida y maravillados sobre sus rostros inocentes. Era seguro decir que ninguno de los niños estaba preparado para lo que habían visto a continuación.

 La misma chica pelirroja no había estado tan bien arreglada como antes. Estaba sentada sobre una roca al borde del río, con el maquillaje manchado más allá de la creencia, como si alguna vez hubiera estado llorando; la suposición había sido descartada de inmediato, ya que su ropa estaba mojada de agua y su cabello coagulado a lo largo de su espalda.

       "Jason"

Never Ever »Jughead Jones«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora