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CAPÍTULO CINCO | ESTO SERÁ DIVERTIDO
La fiesta no era como la mayoría. No hubo un gran alboroto de música que hiciera desaparecer cualquier otro sonido que tratara de interponerse en su camino. Todo lo que había eran charlas lejanas y brumosas que solo podían escucharse desde varios ángulos en la sala. Amelia no pudo entender ninguna de las palabras, pero la risa resonó en sus oídos y pareció no detenerse.
"Reginald", la voz distintiva de Cheryl, habló con delicadeza de la pareja que solo había entrado en la habitación donde estaba la fiesta "real". Grupos de personas se distribuyeron por la sala. Amelia vislumbró a Veronica y Betty susurrando entre sí, el cabello castaño de Archie destacando particularmente cuando se sentó frente a ellos.
Amelia y Reggie se volvieron hacia la pequeña rubia de fresa una vez que su voz había hablado desde al lado de ellos, "Estás aquí", su sonrisa se desvaneció cuando notó Amelia con su vestido corto, abigarrado, burdeos, cubierto con un negro, estampado de rosas encaje debajo de la línea de la cintura. "Con ella."
Amelia se aferró a su novela que había intentado leer en el viaje en auto: "Ese es el entusiasmo que me gusta ver".
Cheryl contuvo el impulso de poner los ojos en blanco, desviando su atención de nuevo al atleta con el que Amelia había venido. Cheryl pasó su mano por su brazo, a lo que Reggie no se había sacudido. Amelia podía ver a Cheryl como el tipo de persona para mostrar su coquetería al ver a cada hombre en la sala, durante una fiesta.
"Ustedes deberían tomar asiento", Cheryl miró entre los dos, "Hay dos de puesto junto a Archie Andrews".
La sonrisa de Reggie creció con entusiasmo, "Bien", murmuró, sin tomarse el tiempo para saltar sobre el sofá al asiento junto a la versión de carnicero de Ron Weasley.
Amelia estaba de pie junto a la mesa de refrigerios, mirando alrededor por un momento para ver si alguien miraba hacia ella. Cuando la costa estaba despejada, envolvió cuatro mini hamburguesas y las metió en el bolso, sacando su novela.
No tenía el mejor recuerdo de la casa, pero sabía que tenía que estar en algún lugar de aquí y tener algo de tiempo sola. Se colocó un par de mechones de pelo detrás de la oreja, sus pies pisando suavemente el suelo mientras caminaba silenciosamente por los largos corredores de la casa.
Tenía un débil recuerdo de las flores que tenían una sala de estar que era bastante grande, la sala común era donde estaban el resto de los asistentes a la fiesta. Se acercó a una puerta en el pasillo iluminada con velas perfumadas con flores. Ella giró el picaporte, la puerta simplemente crujió al abrirse cuando asomó su cabeza dentro.
Vio a una pareja desvergonzada besándose. Estaba contenta de que ya no estaban medio desnudos, pero verlos besándose descuidadamente en un sillón vintage color rojo real, fue suficiente para hacer que se fuera instantáneamente. Se apoyó en la puerta para recuperar el aliento.
