-"¡Cómete algo!"-gritó mi estómago. Suele ser un maleducado, un grosero que no se sabe controlar.
-"No, estoy escribiendo."-le dije, pero entonces mi cuaderno se cerró de golpe y me apretó la mano. Refunfuñando, dije: -"Tengo que comer algo."-
Y mi estómago dijo: -"Si, si, eso es, come, come, COME."-
-"¡Cállate!"-espeté.
Bajé a mi cocina, y mi estómago que nunca se callaba me indicaba que habían plátanos maduros. Me incliné sobre la canasta de frutas, y saqué un plátano. Comenzaba a despellejarlo, cuando me gritó:
-"¡Ay, pervertida!"-
Sorprendida, lo miré y le dije:
-"Pero para eso te hicieron."-
El plátano me dijo: "Uno es lo que uno desea ser en esta vida mientras uno pueda serlo. ¿Acaso los plátanos no tienen derechos también?"-
Sintiéndome pésimo, me incliné hacia aquella fruta pidiéndole disculpas, pues tenía razón. Pero mi estómago rugía como un león furioso.
No le hice caso.
Decidí juntarme con el plátano a tocar canciones sobre los derechos de las frutas, y como media hipnotizada, comencé a sentir que había aprendido mucho. Pero entonces, llegó mi reflejo, salió de su espejo y de un sólo mordisco se comió al plátano. Enfurecida, al tiro salí del trance y le grité:
-"¿¡Por qué te comiste MI plátano!?"-
Ella contestó:
-"Hay más."-y con toda calma, me pasó uno.
Tranquilamente, lo despellejé y lo devoré como un lobo hambriento.
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Los escritos y relatos de Shivani.
Historia CortaShivani es una persona extraña, pero no... Es como esa pequeña locura que todos llevamos dentro, escondida en alguna parte. Establece diálogos con los objetos, se angustia y se alegra por cosas absurdas, y tiene una comprensión curiosa de las cosas...