Quería hacer una carta de amor.
Pero no es que me atreviera a entregarla realmente, obvio.
Sólo quería hacerla, para que aquellas emociones salieran al fin de mi.
Tomé mi lápiz favorito y comencé unos pequeños versos:
-"Eres como mi reflejo en el espejo, siempre borrando cada grieta y problema, purificando la vida, calmando los objetos..."- escribí, enajenada.
Era un texto perfecto.
-"...Y tienes la inocencia de un gato bailarín que baila el lago de los cisnes..."-proseguí. Paré, pensativa, y luego puse:
-"Pero las emociones que me genera tu existir son como paraguas voladores atacándome en la mañana. Son como las manillas del reloj cuando se aceleran de la nada, quitándome el tiempo."-
Estaba tan inspirada.
Pero justo cuando iba a llegar a la mejor parte, que hablaba de que el sabor de mi amargura era como el de un gigante pescado podrido en mi boca, el lápiz dijo:
-"Este texto está horrible. Tanto, que creo que mi vida ya perdió su sentido."-
Y decidido, se reventó.
Al día siguiente, mi amor platónico me encontró con la cara azul, y avergonzada, le pedí al piso que me tragara. El piso no me contestaba, justo cuando lo necesitaba.
Aunque siempre ha sido un poco tímido.
Pero mi amor platónico rió y dijo:
-"Con qué cara de artista andas hoy, Shivani."-
Mi corazón galopó como un caballo enfermo mental, y entonces una misteriosa mano llegó y estampó una sonrisa como de comercial de pasta de dientes en mi rostro por el resto del día. Lo lamentable fue que mis mejillas no resistieron mucho, y se comenzaron a expander hacia los lados más de la cuenta. Mi reflejo me encontró tan satánica que decidió esconderse y por el resto del día ocurrieron puros desastres.
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Los escritos y relatos de Shivani.
Historia CortaShivani es una persona extraña, pero no... Es como esa pequeña locura que todos llevamos dentro, escondida en alguna parte. Establece diálogos con los objetos, se angustia y se alegra por cosas absurdas, y tiene una comprensión curiosa de las cosas...
