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NICOLE

Iba en camino hacia un bar a tomarme algo para sólo pasar este dolor en el corazón y la presión que siento en la garganta. No he podido dejar de pensar en la separación, estoy empezando a creer que me está afectando ya que soy capaz de venir a estos lugares, pero es que simplemente no consigo como dejar de recordarlo, por eso, haré este experimento a ver que tal se siente volver añicos tu hígado por un hombre. Esto me hace pensar hasta donde a llegado mi dignidad como mujer pero, estamos hablando de algo el cual se practica mucho y dudo que los bares no reciban a esta clase de clientes. Pero no quiero acabar como una gran borracha, sólo veré si el alcohol es capaz de hacerme olvidar esa irreversible noche y hacerme dejar de pensar que antes de eso eramos el uno para el otro, y ahora somos uno para otros.

Mientras entraba al bar, atraje la atención de algunas personas, me miraban extrañados, debe de ser por la mala vibra y mi aspecto que, pensándolo bien, creo que mis ojos aguados me delatan, da a notar el despecho que traigo adentro. Rápido me acerqué a la barra más cercana y le pedí una copa del mejor Wisky a mi fiel amigo Sam. Ahora veo el beneficio de tener un amigo bartender. En cuanto a Sam, antes de entregarme mi Wisky, se detiene para preguntarme;

-¿Qué demonios te pasa?-Me preguntó, subiendo su ceja izquierda.

-No me pasa absolutamente nada. - Fruncí el ceño.- Ya pasame mi Wisky, idiota.- Le sonreí forzosamente mientras le arrancaba la copa. Y comenzamos a hablar y hablar mientras el sólo me observaba tomar.

Pasaban las horas, aproximados unas 4, y también seguíamos hablando, le expliqué por qué mi aspecto, mi actitud, mi mala vibra, todo. Y es que incluso me aconsejó.

-Vamos Nicole, Austin no es un buen hombre. -E hizo una de sus muecas y rápidamente le corregí.

-Él es un muy buen hombre, sólo que.. - Me interrumpió.

-Sólo que, qué.

-Sólo que, nos dimos un tiempo.- Mentí.

-Tú a mí no me mientas. - Me apuntó con su dedo. -Él te mandó al infierno, ¿verdad? -Me miró de reojo, yo voltee hacia otro lado. -¡¿Verdad?! -Me gritó, y volví la mirada para verlo y sus ojos esmeraldas me miraban fijamente preocupados e intrigados. Él perfectamente sabía la respuesta, yo sólo volví la vista a otro lado para que no vea la lágrima que salía de mi ojo derecho. -Lo mataré. -dijo decidido.  ¿En donde vive él? -Preguntó "molesto". Carcajee, es de los pocos dignos de hacerme reír.

-Por favor Sam. -Me aclaré la garganta, y proseguí. -Tú no matas ni a una hormiga, y ademas, no me mandó al infierno, como dije, nos dimos un tiempo.

-¿Un tiempo para toda la vida? -Preguntó sarcástico, mientras limpiaba algunas copas.

-No. -Carcajee de nuevo -Un tiempo. Y pensándolo bien, si sobre pasa más del tiempo necesario, lo mandaré al infierno yo. -Dije decidida, el rió sin ganas.

-¿Tú? -Dijo apuntándome con su dedo y volviendo a reír sin ganas. -¿Mandando al infierno a Austin? -Y otra vez con su estúpida risa sin ganas. -No, no lo creo.

-Pues créelo.- Dije retándolo. Él hizo una pausa y prosiguió.

-¿Y si te manda al infierno antes? - Dijo en tono bajo y mirándome fijamente. Me quedé callada, y empiezo a recordar todo desde un principio ¿qué diría a esa pregunta?

-Exacto, nada. Tienes que aprender a decir que no.

-Sé decir que no.

-No cuando es debido.

-Claro que no.

-¿Ves? -Dijo apuntandome. - Exactamente en momentos así sabes decir que no pero, cuando hablamos de esto, -Hizo una pausa e hizo un ligero movimiento con sus manos y concluyó. - Te vuelves estúpida.- Dijo, y volvió a hacer otra mueca extraña que me encanta.

-No es así, no me digas estúpida y no hagas eso.

-¿Hacer que?- E hizo otra.

-Eso. -Le apunte en el rostro. - Deja de hacer tus muecas raras.- Sonreí- Te ves extraño.- Y me miró confundido.- Tú sólo sigue limpiando la barra -Carcajee al tiempo en el que este me miró sínicamente.

-Bien.- Dijo haciendo pucheros.

-Bien.- Dije burlandome.

-Bien.- Volvió a decir, pero ahora fastidiado.

-Bien.- Miré mi celular.- Hey Sam, me tengo que ir, ya son las 12:00AM. ¿Nos vemos otra noche, si?

-Claro, claro. -Dijo.-Conduce con cuidado, ¿si?- Me advirtió.

-Sam, me iré en taxi.- Dije obvia.

-Entonces que el taxista conduzca bien. -Dijo corrigiendo a la vez sonriendo.

-Okay.- Dije levantándome de la barra y dirigiéndome a la puerta de entrada.

-Adios Cole.

-Adios. Respondes mis mensajes. -Le señalé a lo lejos.

-Si madre, lo haré.

-Carcajee- Adios Sam. -Le lanze un beso.

-Nos vemos Cole. -Saludó con su mano.

Estaba parada en la acera del negocio de Sam e hice una señal al taxi que venía acercandose. En cuanto me subí al carro, le indiqué al taxista la dirección que es 4 cuadras de aquí, yo vivía cerca, me senté atrás del asiento de copiloto. El taxista pisó el acelerador y arrancó, dejé la vista posada en la ventana en todo el viaje, viendo la hermosa noche, a la hermosa Luna, las calles solas, y todos los demás negocios cerrados y apagados, sólo se veían los faros iluminando las solitárias calles. En instantes, veo las ventanas de vidrio de otro bar cerrandose y al frente de este veo a alguien caminar torpemente y montarse con alguien en un auto, y fue en esos precisos momentos que me di cuenta que era el.

Cualquier inconveniente o plagio, por favor comunicarse con la autora. [Twitter: @FearlessHoney_] [Facebook.com/FabiolaSotoR]

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:)


Lost / PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora