ADVERTENCIA DE AMOR (ADA#1)

EXTRA 2

Extra 2

Veo a los lejos a una chica coquetearle descaradamente a Inuyasha, mi novio. Es la misma con la que estaba besándose hace unos meses en él colegio.

Estábamos en la fiesta de egresados, estaban los profesores más simpáticos, los viejos amargados seguramente ya estaban en sus camas durmiendo o leyendo.

Apreté el vaso de plástico en mis manos.

Él estúpido de Inuyasha le sonreía como bobo, maldito. Yo rechazando a varios chicos que me invitaron a bailar porque en cualquier momento Inuyasha aparecería. Pero no éste sonríe y coquetea con el primer culo que se le cruza.

Me puse de pie y mire a mi lado, un chico apuesto estaba a mi lado, al verme me guiño un ojo, sonreí.

Si Inuyasha podía coquetear ¿Por qué yo no?

-¿Quieres bailar? – le sonreí y pase mi mano por su brazo, él me devolvió la sonrisa.

-Claro linda – me tomó de la cintura y avanzamos unos pasos hasta llegar al tumulto de gente. Empezó a moverse y moverme a mí con sus manos en mis caderas, de apoco se iba acercando, trate de mirar con disimulo a Inuyasha, pero el ya no estaba, solo estaba la maldita zorra que le estaba coqueteando. El chico me beso la mejilla cerca de mis labios. -¿Terminaste con el estúpido de Inuyasha? – me pregunto/grito por el ruido de la música, sí, al parecer todos sabían de mi relación con Inuyasha Taisho.

A punto de responder, el chico fue alejado de mí bruscamente. Por las luces no pude verlo bien, pero el chico estaba en el piso, me acerqué rápidamente arrodillándome a su lado. ¿Quién lo habrá empujado?

-¡Aléjate de él! – giré mi cabeza e Inuyasha estaba de pie en frente mío. Estaba molesto y sus manos en forma de puños.

-¡¿Pero a ti que mierda te pasa?! – me puse de pie y me acerqué más que enojada hacía a el - ¡¿Por qué lo empujaste así?! – señale al chico, que por cierto, no sabía su nombre.

-¡¿Por qué bailabas con este imbécil?! –

-¡¿Por qué tú coqueteabas con esa chica?! – frunció su ceño y se calló - ¡Sí tú lo haces! ¡¿Por qué yo no?!

-¡No estaba coqueteando! ¡Te estaba buscando! – blanqueé los ojos, maldito cínico.

-¡Entonces yo también te buscaba! –

-¡¿En los brazos de ese?! –

-¡¿Y tú en el culo de esa?! –

-¡Uuh! – hasta ahora me daba cuenta que la música había mermado y nosotros ahora éramos el centro de atención de toda la fiesta.

-Mierda – mascullé y salí del lugar, estaba molesta con Inuyasha, ignore su llamado y apresuré mi paso. Antes de salir vi al culo andante al frente mío, me detuve, mi furia seguía en mí y tenía que deshacerme de ella. -Tú- señale a la pelinegra con una capa de base que la hacía más blanca de lo que ya era.

-¿Yo? – la muy pelotuda tenía puesto un vestido rojo ajustado hasta la mínima médula, apenas y le cubría las lolas operadas suyas.

-Sí, tú culo andante, te acercas a Inuyasha y te arrepientes – con los dientes apretados le estampe mi mano en su mejilla – Él tiene novia estúpida – me aleje de ella, me detuve y giré, me miraba con miedo y molesta mientras tocaba su mejilla. - ¡Mírate en él espejo, pareces un zombi muerto! – con paso de diva salí del salón, escuchaba gritos alabando mi hazaña y algunos silbidos.

-¡Kagome espera! – Inuyasha llegó corriendo a mí tomándome de mi brazo.

-Ahora no quiero hablar contigo, vete – intenté zafarme de su agarré, pero él no cedió, lo miré molesta – Que me sueltes-

-No lo haré, Kagome... Perdón. Perdón por mirar a otra, perdón por mirar ese culo operado – intenté no reírme, no quería ceder tan rápido – Soy, era un mujeriego, pero te aseguro que ya no lo soy, no pienso en nadie más que no seas tú, por favor perdóname-

-No quiero que lo vuelvas a hacer, sí tú lo haces yo igual, no me quedaré atrás Inuyasha- él me sonrío y me abrazo, suspire y correspondí al abrazo, habíamos discutido varias otras veces pero eran por tonterías- Sí me enteró que me engañas no dudes en que yo también lo haré.-sabía que sonaba como una loca, enferma de celos, pero tenía que dejarle en claro a Inuyasha de que no era igual a las tontas sin cerebro a las que él frecuentaba.

-No lo volveré a hacer, pequeña, lo prometo - se separó y puso una mano en mi mejilla. – Quiero besarte-

-Está bien – murmuré. Sus labios no tardaron en chocar con los míos. Me separe a causa de aplausos sonoros.

-¡Eso es Inuyasha! – gritaron chicos que salieron y vieron nuestra reconciliación.

-¡Golpéale Kagome! – gritaron chicas que miraban con odio a Inuyasha, seguramente lo consideraban un maldito infiel o estaban enojadas por despecho, preguntas sin respuestas.

Me escondí en el pecho de Inuyasha y reí nerviosa, que espectáculo más bochornoso había hecho en mi último día en el colegio. 

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