Enamorada de un Robot

Capítulo 4: Edad

La clase pasó normal y en el recreo no pude escaparme del interrogatorio de Angie.

—Ya, suelta, ¿qué hablaste con Redy? —Pregunta sonriendo pícaramente por milésima vez en el día.

—Solo hablabamos de la vida, lo normal, ah y me preguntaba repetidas veces si me sentía mejor —Respondo casualmente.

—Okeeey, te creo, ahora que me he puesto a pensar... —Eleva su mano a su barbilla como si pensara profundamente— ¿Por qué Redy es distinto contigo pero cuando está con Gabriel trata de no hablar nada como si temiera decir algo que le costara la vida?

Es cierto, yo también me he hecho muchas veces esa pregunta pero no me gusta entrometerme en asuntos que no me involucran y Angie lo sabe.

—Es díficil averiguar eso, será mejor que no nos metamos más en ese asunto —Respondo con mi tranquilidad de siempre.

—¿Pero que pasa si Redy está sufriendo? Ahí si nos podemos entrometer porque él es nuestro amigo ¿no?

Reflexiono, lo que dice Angie es cierto.
Redy debe estar sufriendo por ser tímido y callado cuando está con Gabriel, en cambio cuando está con nosotras es bastante alegre y agradable.

—Angie, no quiero tener problemas —Digo firmemente.

—No los tendrás, no cuesta nada averiguar un poco más y ver si podemos ayudar —Dice poniendo una cara triste.

—Está bien, investiguemos pero no nos entrometamos más de lo necesario ¿Okey?

—Okey

(...)

Nos estábamos a punto de ir a casa cuando Redy se acerca.

—Hola chicas, ¿ya se van? —Dice algo desilusionado.

—Sip, bueno yo si, es que no puedo llegar tarde hoy pero Elisa si ¿no es cierto Eli? —Pregunta sonríendo y agarrando su mochila, lista para irse.

—Emm pues si

—¡Genial! Entonces ¿podremos conversar como ayer? —Pregunta ilusionado.

—Pues claro! Ningún problema —Sonrío con amabilidad y dulzura.

—Bueno yo me voy —Se despide Angie agitando su mano.

—Y ¿de qué quieres conversar hoy, Señor Redy?

—No me digas Señor Redy, me hace sentir viejo —Exclama con dramatismo.

Me río y no puedo evitar pensar cuantos años tiene y como se toma la edad en robots.

—Sé que te estarás preguntando cuantos años tengo y esas cosas ¿o me equivoco? —Dice como si leyera mi mente.

—Pues exactamente pero no tienes que responderme si te incomoda.

—Tengo 10 días

—¡¿Qué?! ¿Como es eso? —Exclamo con mucha sorpresa.

—Jajajajaja hubieras visto tu cara —Dice riéndose— Es broma, no puedo tener 10 días, es demasiado poco para un robot que prácticamente es humano. En realidad tengo 10 meses.

—Oye, no te burles de mi —Digo con una sonrisa— y si tienes 10 meses ¿por qué no habías venido antes?

—Querida Elisa, los robots no son fáciles de hacer, no es como que un día decides hacer uno y listo. Se necesitan meses para preparar sus funciones y que no tenga ningún error. Es un proceso algo complicado, yo en realidad tengo 2 años pero desde que tengo conciencia y puedo ser un robot normal han pasado 10 meses.

—Wow, suena super interesante todo este sistema de los robots. Y dime ¿de verdad que no estás planeado para decir cada palabra?

—¿Quién dijo eso? ¿Fue Angie cierto? —Asiento riéndome— Eso no es del todo cierto. Digamos que hace 10 meses que puedo pensar, decir y hacer lo que yo quiera. Antes no, porque me estaban haciendo pruebas y todo. Y tengo un sistema llamado "Cerebro" que me hace decir las palabras que pienso. No estan planeadas.

—Ahh ahora entiendo perfectamente, ¿entonces puedes decir cualquier cosa? —Asiente —Di, "ayer me comi un moco"

—Ayer me comi un moco, espera... ¡Oye! —Dice fijando su mirada en mi para luego reirse a carcajadas igual que yo.

Pasamos un buen tiempo riéndonos y haciendo bromas. Descubrí muchas cosas de él y él muchas cosas mias.

—Tengo que irme Robotcito —Murmuro mirando la hora en mi celular.

—Okey Elisita si quieres nos vamos juntos.

—Claro, espera espera, ¿Donde vives? —Pregunto con mucha curiosidad.

—Es un secreto, nadie debe saberlo pero te di mi numero de ese aparato electrónico,  ¿Celular cierto? —Asiento— Hablamos por...

—WhatsApp —No puedo evitar reirme de la cara de confusión que tiene.

—Si si eso, oye deja de burlarte de mi. Mira te iré a dejar cerca de tu casa y yo me devuelvo.

—Ningún problema

Nos fuimos caminando alegremente y me sentí muy feliz, él me hacía bastantes bromas y yo se las hacía a él. Sin duda hoy fue un buen día.

Lo que no sabia era que Mamá iba a estar mirando por la ventana, viendo a Redy fijamente, como si lo estuviera inspeccionando.