Prefacio

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Agosto 2015.

El castaño ingresó a la oficina furioso, azotando la puerta de madera con vidrios de cristal. Golpeó con sus puños el escritorio haciendo eco por el fuerte estruendo, se flexiono quedando con la cabeza inclinada, sus nudillos se enrojecieron y sus fosas nasales se expandieron, su respiración se aceleró en una pesadez decadente.

Hades en compañía de Mauro lo siguieron por atrás, con unas expresiones visibles de irritabilidad, todo se complicaría.

— Tendremos que cambiar el plan, Edrick— el castaño menciono, tomando asiento en el sofá de cuero frente al escritorio.

El nombrado, se dejo caer en la silla central. Permaneciendo con el rostro oculto por la palma de su mano, con el codo de soporte en el antebrazo. Su pecho subía y bajaba cabreado, la situación se le estaba saliendo de control y con una nueva noticia; todo iba arder.

El rubio se quedo de pie, con las manos posicionadas en el respaldo del sofá, intentando mantener la tranquilidad en su cuerpo y mente, tratando de ser positivo y de encontrar rápidamente una solución a lo que estaba por venir.

— Hades tiene razón— ratifico— esto complicará las cosas pero tenemos una ventaja— suspiro, mirándolo fijamente, esperando una reacción de su parte.

— ¿Cuál?— siseo el líder, masajeando su sien por el cansancio.

— Tu sabes cuál, Edrick— movió su cabeza hacia la puerta, indicando claramente esa ventaja. No hubo necesidad de decir algo más porque rápidamente lo captó.

Río sarcástico.

Se acomodó en el lugar y de su pantalón saco algo rectangular. Azotándolo en la madera del escritorio, lo deslizo fulminante hacia ellos. Señalo la prueba que pronto desataría el caos, y no habría algo que se pudiera hacer para ocultarlo, para querer desviar el problema que se avecinará.

— Eso...— bramo, abriendo y cerrando su mano para contenerse de explotar en contra de sus compañeros, amigos fieles que eran desde un inicio— provocará un río de sangre en semanas.

Ambos hombres se miraron entre sí, con cada uno ideando en sus cabezas un plan que compartirían con los demás y escogerían el mejor para efectuarlo en cuanto antes. De eso se trataba, entre más lluvia de ideas que tuvieran, más factible sería llevarlo a cabo.

— Tendrás que mantener eso— Hades señalo con su dedo la prueba— y aquello— lo hizo hacia la puerta— junto a ti lo más posible que puedas...

Mauro interrumpió al castaño.

— Regeneraremos de las cenizas de nuestro predecesor— concreto señalando con su dedo al líder, con una tenebrosa sonrisa expandiéndose en sus labios— llenaremos todos los rincones del maldito mundo y personificaremos a Érebo.

Edrick no pudo contener esa sonrisa ladina, sonrisa que sabía, que de ahora en adelante muchos iban a ver.

El líder lo miró con autosuficiencia y orgullo, sabiendo que nunca podría esperar menos de sus colegas. 

— Es hora de empezar con esta mierda— Hades chasqueo sus dedos, ensanchando en sus labios una sonrisa lobuna. 


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[Una historia con contenido +18 explícito]

Quedo a sus órdenes; Gissell🌱.

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