Despierto debido a varios susurros que se escuchan fuera de la habitación, extiendo la mano al lado contrario de la cama y palpo el colchón confirmando mis sospechas. Suelto un sonoro suspiro sintiéndome de pronto decaída, aunque haya pasado un tiempo desde la última vez en que lo vi despertar, su ausencia aun me sigue resultando dolorosa.
— Buenos días, bebé— le habló a mi vientre acariciándolo delicadamente.
El peor síntoma que he experimentado es el querer estar dormida la mayor parte del tiempo, mi cuerpo se desestabilizo por completo durante el primer trimestre. Aunque el ginecólogo haya explicado que es normal, el sueño ocasiono que tuviera que dar un giro a mi rutina diaria. Se suponía que a partir de los cinco meses, iba a volver a la normalidad... tal parece que no porque sigo sintiéndome agotada.
Sin más, me levanto para dirigirme al baño y poder ducharme para desaparecer el dolor de espalda que día a día se ha intensificado. Estar bajo el agua artificial es una terapia reconfortante que leí en un libro de madres primerizas.
Mientras desenredo mi cabello con el cepillo, frunzo el ceño al sentir una tranquilidad aterradora por no escuchar las típicas pisadas que van de un lado a otro o voces que me hacen saber que están aquí. Así que, abro la puerta tratando de ser silenciosa y lo primero que veo es la oscuridad del pasillo.
— Esto se está descontrolando y temo por su seguridad, Edrick— me detengo a un costado de la puerta de su oficina.
— Hades, esos bastardos no obtendrán lo que quieren... no por ahora— objeta manteniendo su voz serena.
— Oscuridad no se detendrá y de mí te acordarás cuando todo esto termine mal— sentencia. Abro los ojos asustada al oír sus pasos venir y que me encuentre siendo una chismosa escuchando conversaciones ajenas.
Trotó rápidamente saliendo del pasillo y dirigiéndome hasta la cocina, no sin antes confirmar mis sospechas de que nadie se encuentra merodeando en el refugio. Asomo la cabeza para echar un vistazo al cuarto de control que también tengo prohibido ingresar, la puerta permanece cerrada.
— Hola, pequeña, ¿Cómo dormiste?— su voz dulce es reconocible.
Saco la cabeza del refrigerador fingiendo que estaba buscando algo.
— Bien, ¿en dónde están los demás?Camina hasta estar a mi lado y pone sus manos en mi cintura y me aparta delicadamente para sacar unas cosas y ponerlas en la mesa central. Me indica con su dedo que tome asiento en la silla porque él preparará el desayuno, sonrío por su caballerosidad.
— Tomándose un pequeño descanso de ya sabes; toda está situación— me guiña un ojo cortando a la mitad unas cuantas naranjas y poniendo cada una en el extractor de jugo.
Golpeteo con mis dedos el mármol mientras la mano desocupada la dejo de soporte en mi mentón. Me mantengo observando como Hades cocina sin ninguna complicación.
ESTÁS LEYENDO
CAUTIVACIÓN |Disponible en Dreame|
Fiksi RemajaLa consecuencia de estar implicado dentro de la mafia es... una muerte segura; matas o te matan. Así de sencillo. Él desde un principio tuvo claro su objetivo. Ella desde un principio tuvo claro su objetivo. Hasta que un error lo complico todo...