Capítulo 3

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《...No hubo víctimas mortales, los agresores no pudieron ser localizados

Me remuevo incómoda por un pinchazo de dolor que se clava en la parte baja de mi espalda, abro los ojos despacio por la fuerte iluminación de la habitación, la voz de la conductora de las noticias es lo primero que escucho.

- La señorita no puede tener ese tipo de alteraciones, puede sufrir complicaciones todavía en el segundo trimestre que afectarían su salud, la del feto o la de ambos.

Diviso a la mujer de vestimenta formal extenderle un folleto a Edrick, giro la cabeza viéndolo de pie a un costado de la cama y extiendo mi mano para llamar su atención.

En cuanto siente mi tacto se acerca pasando su brazo por mi espalda y tomando mi mano para sentarme, un sabor desagradable sube por mi garganta y sé que vomitaré. Mi vientre se contrae y lo empujo con la mano para que no obstruya el suelo y poder desechar los jugos gástricos de mi cuerpo, él pone una cubeta delante mío y me soba la espalda mientras saco todo.

- Tiene que beber mucho líquido y evitar impresiones fuertes- dice la doctora mientras saca una caja rectangular de color blanco- seguirá tomando el ácido fólico.

Vuelvo a recostarme cerrando los ojos. Ella da unas cuantas indicaciones más y se despide, sale de la habitación seguida de Edrick, me quedo en la misma posición esperando a que regrese. Suspiro palpando la mesita de al lado para tomar el control de iluminación y bajarle un poco a la intensidad. Bajo la mirada hacia mi pierna y la encuentro vendada de la rodilla, esto está mal.

- ¿Cómo está?- cuestiono rápidamente en cuanto entra.

Asiente masajeándose con una mano la nuca, toma asiento en el sofá largo que se encuentra a un costado de la cama y recarga su cabeza en el respaldo, se despoja de las armas que estaban dentro del chaleco y se abre de piernas extendiendo sus brazos a los lados.

- El bebé está bien, ¿Cómo estas tú?- mira directamente hacia el techo, sumido en sus pensamientos.

- ¿Qui-quiénes eran?- evado la pregunta queriendo saber el altercado que hubo en la universidad, jugueteo con mis dedos.

Ladea su cabeza conectando nuestras miradas, tengo que suspirar y apartarla porque la suya es tan fuerte que me intimida, tan oscura que me causa escalofríos. Por lo que, llevo ambas manos a mi vientre y comienzo a sobarlo, mi bebé sigue ahí.

- Lo siento- carraspea su garganta y suelta un sonoro suspiro- por no llegar en el momento justo y poder evitar que te lastimarás la rodilla- se disculpa, tan bajo que si no hubiera silencio total en la habitación, sabría que sería mi imaginación.

- No necesito disculpas- susurro con una molestia en el pecho- necesito que dejes de ocultarme las cosas.

De reojo lo veo abrir la boca para hablar, pero es interrumpido por el sonido de la puerta que se abre y de ahí entra una imprudente Bea. Él suelta un bufido irónico y se levanta para salir de la habitación, la pelirroja rueda sus ojos cuando pasa por su lado pero su expresión cambia en cuanto me ve.

CAUTIVACIÓN |Disponible en Dreame|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora