Capítulo 4

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-Anthony... Anthony Stark- dijo asombrado, el contrario, lleno de pena y con un sonrojo bañando sus mejillas, trato de escapar, pero el rubio no estaba dispuesto a dejarlo ir, por lo que tiro con fuerza de él y recostó contra la pared, invirtiendo las posiciones y acorralando al menor entre sus brazos.

-oye... Te dije que lo olvidarás... Yo, yo tengo que irme- murmuró, intentando escapar.

-Te vez lindo sonrojado- le respondió el rubio de vuelta, mientras llevaba una mano a su mejilla y la acariciaba.

-porque haces esto- preguntó en un tono bajo el castaño.

-tu hiciste lo que quisiste conmigo mientras estaba vendado, ahora me toca a mi y exijo respuestas- contesto con seriedad y firmeza.

-no se que quieres de mi, ya me expuse lo suficiente al confesar lo que siento por ti, dije cosas que nunca me imagine decir en voz alta. Así que no se que es lo que quieres, si, se que no he sido buena persona, y eso te da el derecho de querer hacerme paga...- y no pudo continuar con su extensa palabrería, que no tenia ni pies, ni cabeza, pues el rubio, parado en puntas, lo beso, obligándolo a callarse. El beso fue sumamente tierno y romántico. Al separarse, un pequeño rubor bañaba las mejillas del rubio, mientras que el castaño se encontraba sumamente rojo y sonreía como tonto.

-por que fue eso - pregunto ido.

-porque tu no te querías callar- contesto el rubio con simpleza.

-te estas vengando, cierto- pregunto.

-puede que si, ahora, te voy a hacer unas preguntas y quiero que me respondas con la verdad- dijo, recibiendo un asentimiento del contrario. -bien, cuando empezó todo-

-en segundo año- contesto sin más, buscando desviar su mirada.

-me gusta que me miren cuando hablo con alguien, Tony. Y me dices que te gusto desde segundo año de secundaria, no- pregunto el rubio curioso.

-no, me gustas desde segundo año de primaria- respondió serio, ahora si, mirándole a los ojos.

-segundo año de primaria, pero como, cuando, porque... Ese fue el año en el que ingresaste a la academia- dijo, completamente asombrado y con un tono de incredulidad.

-si, en ese año, tu y yo quedamos en el mismo salón, yo era el niño pequeño y rarito, al que únicamente se le acercaban porque tenia dinero y no porque realmente les importara lo que pasará conmigo o porque quisieran mi amistad. Me golpeaban, me molestaban y yo no hacia nada por defenderme, hasta que llegaste tu, que sin importar que te lastimaran, me defendiste. Yo me porte mal contigo desde ese día, pero era porque me frustraba ver que tu, a pesar de estar en clara desventaja, eras fuerte y les plantabas la cara, y yo apenas era capaz de defenderme. Pero, a pesar de mis desplantes, no te rendiste y ese año te convertiste en mi más preciado y único amigo. En ese momento, yo empecé a sentir cosas por ti, pero lo deje pasar, todo porque eras mi mejor amigo. Creí que el gusto especial que le tenia a tus abrazos, a las veces que jugábamos y al tiempo que pasábamos juntos era porque eras mi mejor amigo y por eso me gustaba tanto tu cercanía. Pero cuando llegamos a quinto año de primaria, me di cuenta de que tu me gustabas, me asuste y a la hora del nuevo ingreso, no pedí que me dejaran en tu grupo, solo porque quería alejarme y que lo que sentía por ti se desvaneciera con el tiempo... Pero, como puedes ver, eso jamás paso.- confesó mirando fijamente al rubio.

-porque me elegiste a mi, habiendo tantos que se mueren por ser tu pareja- pregunto nuevamente al rubio.

-si en el pasado, ninguno de ellos fue capaz de ver algo en mi, aparte de ti, que me brindaste tu sincera amistad y compañía, ninguno de ellos me merece ahora, únicamente tu- dijo con egocentrismo, sacándole un corta y hermosa risa al rubio.

-tu no has cambiado nada Tony, por eso me gustas- confesó, nervioso, mientras miraba al castaño.

-desde cuando- pregunto el castaño.

-desde el día en el que te perdí. Cuando eramos niños, amaba abrazarte, no se, me hacia sentir fuerte, tranquilo, protegido y cálido, muy gustaba estar contigo y escucharte hablar interminablemente o reir, tu hiciste de los primeros años de escuela los años mas felices de mi vida, yo era consciente de a que allí había algo más, pero lo ignoré y preferí dejar las cosas como estaban, no indagar más en el tema. Llego el fin del ultimo año, yo sabia que las cosas habían cambiado, pero me negué a verlo. Y cuando llegaste al año siguiente, con dolor, me di cuenta de que las cosas no volverían a ser iguales. Tu llegaste, con tu nuevo corte, tu sonrisa perfecta y sin los lentes que solías usar. En ese momento, me di cuenta de que alguien tan imperfecto como yo jamas podría pertenecer a tu mundo, por eso decidí admirarte en la lejanía- confesó, causando sorpresa en el contrario, quien le miraba lleno de amor.

-eres tonto, Steve. Jamás te fuste cuenta que tu eres mi mundo. Fuiste tu quien evito que fuera peor de lo que soy- le susurro, para besarlo suave y rápidamente -y aprovechando mis despliegue de cursilería y miel, yo quisiera preguntarte si quisieras ser el complemento de este desastre, el valor de la variable en mi ecuación, el signo que le falta a mis operaciones para tener significado...- pregunto nervioso, antes de ser cortado por un beso suave del contrario.

-entiendo y acepto, sólo si tu aceptas continuar siendo la musa de mi inspiración- respondió efusivamente el contrario, regalándole una hermosa sonrisa.

-no sabes lo feliz que me haces. Me diste más de lo que esperaba obtener, ahora, salgamos de aquí, porque, en verdad me muero de hambre. Vamos por Shawarma, yo invitó. Veras que no te vas a arrepentir de probarlo- dijo sin parar, para luego tomarlo de la mano y salir de aquel cuartillo, con una enorme y sincera sonrisa colgando de sus labios.

El rubio se carcajeó. Definitivamente, algunas cosas no cambiaban. Disfrutaba de la sensación tan agradable que le transmitía sostener la cálida mano de Tony entre la suya, hasta que recordó algo importante.

-¡espera! Los restos de mi libreta, debo recuperarlos- exclamo completamente angustiado.

-no te preocupes por eso, yo loa tengo aquí - señaló con su otra mano su mochila. -ahora te los entregó - comento.

-eh, no te preocupes, después de todo, lo que escribí ahí es para ti. Puedes conservarla, aunque esta destrozada- confeso con tristeza.

Tony sonrió maliciosamente, antes de atraerlo hacia si y plantarle un beso, importándole muy poco que los viera toda la academia.

Al separarse, el rubio se encontraba completamente aturdido, no sabia que había pasado ahí, pero la so risa del castaño le devolvió seguridad y confianza, así que simplemente lo dejo pasar.

Las exclamaciones generales de indignación y reproche se dejaron oír por el amplio pasillo, a las que el genio contestaba con sarcasmo y descaro, cerrándole la boca a más de uno. Al final, sencillamente tuvieron que darse por vencidos, la convicción del castaño era superior a todas las especulaciones y acusaciones que ellos pudieran proferir.

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La jornada escolar finalizó y los comentarios que llenaban los pasillos tuvieron que cambiar. Pero, ni a Steve ni a Tony les importaba. Ellos tenían cosas mas importantes de las que ocuparse ahora.

Una nueva pareja se había formado en la academia, pero esta era especial, no se fijaba en nada más que en los sentimientos del contrario y dejaba de lado cosas tan banales como el físico o la cantidad de posesiones de valor que poseyera el contrario.

Porque Steve seria lo más precioso y perfecto a los ojos de Tony. Y Tony seria lo más increíble, hermoso y especial a los ojos de Steve.

Ya después verían como le contaban a Bucky, pero eso seria ocupación de su yo del mañana, ahora irían a disfrutar de su recién empezada relación.

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Hasta aquí...

Esperó que les haya gustado.

Nos leemos en el capitulo final...

Saludos

Rumores, Malentendidos Y Situaciones IncomodasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora