-¿Lista? - me pregunta cuando salgo.
-No estoy segura.
Estoy hecha un manojo de nervios, rezo por no vomitar porque me moriría de la vergüenza. Nunca me han gustado las sorpresas, prefiero saber qué esperar porque así me es más fácil hacerme a la idea y prepararme mentalmente, me gusta tener las cosas bajo control.
-Te gustará, ya verás – dice acariciándome la espalda.
-Pues vamos – cuanto antes nos vayamos antes sabré qué me espera.
-Vamos.
En el coche no paro de toquetear mis pulseras como hago siempre que estoy nerviosa.
-Ves por la parte de atrás – le indica al conductor tras una media hora de camino. - Vale, ahora tienes que hacer una cosa, – dice dirigiéndose a mí – cierra los ojos y no los abras hasta que yo te diga.
-¿Es necesario?
-Sí, – los cierro – no hagas trampas.
-Que no.
Noto que para el coche aproximadamente un minuto más tarde. Harry sale primero y me ayuda a salir. Oigo cerrarse la puerta del coche y como este arranca y se va. Harry me pasa un brazo por la cintura para dirigirme.
-Espero que no nos esté viendo nadie, debo parecer tonta – me quejo.
-No pareces tonta y no hay nadie, bueno, ahora vamos a pasar por delante de alguien, pero solo es una persona. Hola – le dice a alguien, y creo que le enseña algo porque me suelta para buscar algo en un bolsillo y me da un codazo sin querer. Oigo abrirse una puerta delante mía y Harry vuelve a pasarme el brazo por detrás.
-Escalón – me indica.
Subo el escalón y la puerta se cierra de un portazo tras nosotros. Caminamos unos cuantos metros y me dice:
-Escaleras.
Me paro en seco.
-¿Cómo pretendes que suba unas escaleras si ver?
-Tienes razón.
Me pasa un brazo por detrás de las rodillas y otro por la espalda y me coge en brazos.
-Hay que ver como te gusta el dramatismo – bromeo para aliviar un poco la tensión porque siento que se me va a salir el corazón del pecho.
-Intento compensarte por todo el tiempo que he pasado fuera.
-No tienes que compensar nada idiota.
-Cállate, quiero hacerlo y punto.
Se acaban las escaleras y me deja en el suelo. Se abre otra puerta y de repente oigo miles de voces gritando y hablando a la vez. Harry me hace avanzar un poco y grita para hacerse oír:
-YA PUEDES ABRIRLOS.
Abro los ojos y me quedo sin aliento. Estamos en la grada de un estadio, abajo la pista esta abarrotada de gente, al igual que las gradas, el escenario todavía está vacío.
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We can make it til the end (Harry Styles)
Fiksi PenggemarElisabeth Hayes creció en Holmes Chapel. Cuando todavía estaba en el instituto de vuelta a casa solía pasar cada día por una panadería, allí fue donde conoció a Harry Styles, quien se convirtió en su mejor amigo, hasta que un día decidió participar...