Falls Dimensiones Alternativas (GF•RG•FF)

Capitulo #4

Y va de Obsesión A Terror sin Control

El dulce y pequeño niño salió deprisa de la cabaña, por un lugar que no fuera demacido obvio, para que su padre no le hiciera el cuestionario de a dónde iba y así él de paso tampoco tenía que responderle con mentiras, el niño comprendía a la perfección, que en su totalidad, que ni los jóvenes Gleefull, ni la cabeza de la familia Gleefull eran de su agrado, pero en que Gideon saliera con Mabbel no era realmente el problema, el problema era el tío de Mabbel. Stanford Gleefull, un hombre de unos aproximadamente cincuenta, cincuenta y cinco años de edad, que se mudó a una costosa y hermosa residencia en la montaña sur de Reverse Falls hace ya unos treinta y cinco años o incluso muchos años mas que esos, para todos en el pueblo no era más que un desconocido que elaboraba todo tipo de experimentos extraños en la lejana montaña. No fue hasta tres años después de su llegada al pueblo que se vio por primera vez a alguien que no fuera un contratista entrar a la ya casi terminada mansión Gleefull, y ya dos años más tarde en el pueblo fue segado por una radiante luz que provenía de la ahora terminada mansión Gleefull, días después de ese extraño suceso, se vio por primera vez salir a Stanford de la mansión, con un traje de gala color celeste, camisa blanca y su corbata de vaquero color negro, a la hora de conocer a la gente de Reverse no se comportó más que como un hipócrita, desagradecido, malhumorado y estúpido humano que ponía sus intereses sobre los de los demás, así es como se ganó el odio, respeto y miedo de todo ser que habita el pequeño pueblo, pero se hizo merecedor del mayor odio por parte de él padre de Gideon, después de una desafortunada ocasión.

El pequeño niño con el cabello alborotado y respiración acelerada se encontraba descansando un poco en el poster con la señal de parada de autobús, cuando ya termino con su pequeño descanso adopto una rígida y derecha con el pecho en alto, dándose mentalmente ánimos para continuar su camino hacia la morada Gleefull, la cual no es muy cercana a la cabaña del misterio, pero todo fue detenido por el sonido particular del clacson de una limosina que se estaba acercando a la parada de autobús en donde él se encontraba; Ya frente al albino se pudo observar que en la puerta trasera del lado que se le mostraba a Gideon tenía una "G" muy bien pintada y decorada alrededor de esta.

Al salir de su puerta correspondiente, el conductor se acercó con rapidez a la ya mencionada puerta con la encantadora decoración, la abrió y de allí salió con extrema delicadeza la joven y hermosa Mabbel Gleefull, ella estaba vestida con vestido color zafiro ajustado en el torso y totalmente suelto en la parte del volado que solo llegaba hasta la mitad de sus muslos, incluido a esto tenía unas medias semibeladas color negro, unas baletas y un abrigo corto, ambos del mismo color que las medias, claro que no podemos olvidar que en su cabeza portaba la misma diadema con el zafiro de la noche anterior. El de piel clara como la nieve solo le observo con mucho detenimiento, mientras la chica solo le dedica una pequeña y tierna sonrisa.

  – Hola Gideon – fue la primera en hablar, se notaba en su tono de voz que estaba muy alegre de ver a pequeño Pines – ¿Estás listo para irnos?

   – Ha ... – balbuceo el pequeño – Quiero decir, sí, sí estoy más que listo – se corrige al instante y le sonríe con inocencia a la bella castaña – t-te ves he-hermosa Mabbel – le alago con un notable nerviosismo, a lo cual a la ojizafiro le restó importancia, a ella le pareció un gesto bastante adorable, y se sonrojo levemente al escuchar parte de los pensamientos del adorable ojiazul.

   – Gracias por el cumplido Gideon – le responde aumentando un poco el sonrojo.

  – No creo que se tenga que agradecer que alguien te diga la verdad – dijo con una mini sonrisa en su rostro – tu eres hermosa todo el tiempo – el rostro de la castaña paso de ser levemente rosada a intensamente rojo – y no tienes que ser tan formal conmigo, somos amigos ¿No? Puedes llamarme Gid – le sugiere con cortesía.